Redes de desinformaci¨®n

La Comisi¨®n Europea anunci¨® este jueves que abre una investigaci¨®n a X (antes Twitter) por difundir supuestamente desinformaci¨®n y contenidos violentos sobre la guerra entre Israel y Ham¨¢s. La investigaci¨®n busca comprobar si la red social propiedad de Elon Musk cumple con la Ley de Servicios Digitales europea. La UE ya public¨® en septiembre un informe que recopila casos de contenidos ilegales seg¨²n dicha ley y concluy¨® que la plataforma con m¨¢s desinformaci¨®n de internet es X, seguida de Facebook y TikTok. Ambas, como Google o Microsoft, siguen adheridas al c¨®digo voluntario de buenas pr¨¢cticas que la Comisi¨®n cre¨® en 2018 para ayudar a las empresas a cumplir con la normativa, fijando obligaciones relacionadas con la transparencia y la lucha contra la desinformaci¨®n. Musk sac¨® a X del acuerdo en mayo.

La responsable de implementar el c¨®digo europeo de buenas pr¨¢cticas, Vera Jourov¨¢, le advirti¨® entonces de que salirse del acuerdo no le exim¨ªa de cumplirlo. La ley ha entrado en vigor, y la guerra entre Israel y Ham¨¢s ha disparado la toxicidad de una de las principales fuentes de informaci¨®n de la era digital.

La plataforma que lleg¨® a ser un est¨¢ndar de la distribuci¨®n de noticias, el acceso a fuentes y expertos y la cobertura en tiempo real es hoy una m¨¢quina de difundir noticias falsas sobre los conflictos en Ucrania y Oriente Pr¨®ximo. En ella la cobertura informativa compite con fragmentos de videojuegos manipulados, pel¨ªculas de ficci¨®n, im¨¢genes de conflictos antiguos y material generado por inteligencia artificial. Todo para construir relatos alternativos, falsos o interesados. Compite con ventaja porque el periodismo requiere tiempo, recursos, experiencia y reflexi¨®n, mientras que la propaganda es impactante, instant¨¢nea y barata.

Diferentes informaciones sobre los procesos internos de la firma de Musk indican que Community Notes, la nueva herramienta colectiva de verificaci¨®n para usuarios de X, antes conocida como Birdwatch, es lenta e inadecuada para filtrar el volumen de desinformaci¨®n que difunde cada d¨ªa. El propio Musk, con casi 160 millones de seguidores, ha recomendado para informarse sobre el conflicto cuentas que difunden contenidos falsos y antisemitas. El sistema favorece la distribuci¨®n que llega a trav¨¦s de cuentas verificadas, pero la ¡°verificaci¨®n¡± se consigue con una suscripci¨®n de nueve euros al mes. Un precio muy bajo para una agencia de desinformaci¨®n.

Adem¨¢s de la plataforma favorita de los periodistas, los l¨ªderes pol¨ªticos y las empresas de comunicaci¨®n, Twitter era una herramienta de investigaci¨®n acad¨¦mica porque su interfaz de programaci¨®n de aplicaciones (API) proporcionaba acceso a metadatos y datos geolocalizados, hist¨®ricos y actualizados, permitiendo a investigadores y forenses de la desinformaci¨®n estudiar el historial, origen, conexiones e interacciones entre usuarios. Desde la adquisici¨®n de Musk, Twitter/X ha impuesto restricciones en el acceso a su API, con cuotas de 42.000 d¨®lares al mes para empresas y 100 para individuos. Esto ha acabado con proyectos como Botometer, la app para identificar cuentas falsas que el propio Musk utiliz¨® en el juicio sobre la compra de Twitter.

Este martes, Musk ya recibi¨® una carta del comisario europeo de Mercado Interior y Servicios, Thierry Breton, quien le recordaba que el Acta de Servicios Digitales establece obligaciones muy precisas en lo que respecta a la moderaci¨®n de contenidos. Especialmente cuando se trata de ¡°contenido violento y terrorista¡±. El acta prev¨¦ multas de hasta el 6% de los ingresos anuales de la empresa infractora. Si no resuelve el problema de su plataforma, es posible que tenga que irse de Europa. Est¨¢ por ver c¨®mo ser¨ªa la vida medi¨¢tica sin Twitter/X, pero ya sabemos c¨®mo es sin informaci¨®n veraz.