Polonia regresa
El triunfo del bloque liberal rompe la deriva populista y ultra del partido Ley y Justicia y devuelve al pa¨ªs a Europa
La democracia europea y liberal es la primera vencedora de las elecciones legislativas de este pasado domingo en Polonia. Ante todo, porque se va a producir la alternancia, el mecanismo esencial que caracteriza a las democracias y que los aspirantes a aut¨®cratas, como Donald Trump en Estados Unidos, pretenden eliminar. El Estado de derecho, seriamente deteriorado por el manoseo populista del partido Ley y Justicia (PiS), hasta ahora en el poder, empezar¨¢ a recuperar su vitalidad. El gran socio europeo que es Polonia contar¨¢ otra vez en Bruselas como pa¨ªs comprometido con las instituciones y solidario con los Veintisiete.
Ley y Justicia, el partido de Jaroslaw Kaczynski, puede consolarse con su insuficiente y p¨ªrrica victoria, que lo convertir¨¢ en la primera fuerza de la oposici¨®n. Confederaci¨®n, la formaci¨®n surgida a¨²n m¨¢s a su derecha, y que a?ade su libertarismo econ¨®mico, su simpat¨ªa por Vlad¨ªmir Putin y su hostilidad radical a la inmigraci¨®n a la subasta radical por el espacio del populismo ultraderechista, tuvo unos p¨¦simos resultados. PiS y Confederaci¨®n constitu¨ªan juntos una amenaza, afortunadamente conjurada, de una coalici¨®n dispuesta a protagonizar una nueva secesi¨®n interna en la Uni¨®n Europea, quiz¨¢s peor que la del Brexit, y una quiebra en la unidad demostrada hasta ahora por los europeos ante la guerra de agresi¨®n de Putin contra Ucrania.
Acaba de abrirse en Polonia la puerta al mayor cambio de rumbo social, cultural, en pol¨ªtica interna e incluso internacional desde la ca¨ªda del comunismo, algo que constituye un ment¨ªs al fatalismo y un signo de esperanza respecto al futuro de las peligrosas aventuras populistas. El cambio no es un fruto del azar, sino una expresi¨®n del profundo cansancio de la sociedad polaca ante un Gobierno divisivo, acosado por la corrupci¨®n y dispuesto a sembrar el resentimiento y el odio con tal de obtener rentas electorales. Estas han sido unas elecciones libres, ha dicho la OSCE, pero poco justas, dado el monopolio de los medios de comunicaci¨®n en manos del Gobierno y el uso de fondos p¨²blicos, algo que convierte en m¨¢s brillante la victoria de la oposici¨®n.
Nada es m¨¢s antieuropeo que fomentar las querellas entre pa¨ªses vecinos y los irredentismos que explotan las heridas del pasado para obtener r¨¦ditos pol¨ªticos en el presente, como ha hecho el Gobierno del PiS respecto a Alemania. En pol¨ªticas feministas y de igualdad de g¨¦nero, medio ambiente, pluralismo religioso e informativo, libertad de expresi¨®n y Estado de derecho, Polonia inicia ahora un cambio de rumbo de 180 grados para situarse de nuevo en l¨ªnea con sus vecinos europeos. La reforma iliberal del sistema judicial, que llega hasta el Tribunal Constitucional, es el primer punto de rectificaci¨®n que deber¨¢ emprender el Gobierno de alternancia de centroizquierda que han se?alado las urnas.
A pesar de la voluntad reformista de la nueva mayor¨ªa parlamentaria ¡ªla Plataforma C¨ªvica de Donald Tusk, la Coalici¨®n Tercera V¨ªa e Izquierda¡ª, el partido de Kaczynski todav¨ªa tiene frenos y palancas que no ser¨¢n f¨¢ciles de desmontar, empezando por los poderes de la presidencia de la Rep¨²blica, el Constitucional y los medios p¨²blicos de comunicaci¨®n. El regreso de Tusk, ex primer ministro conservador y expresidente del Consejo Europeo, al frente del bloque liberal y centrista, con un componente de izquierdas, es tambi¨¦n un rev¨¦s para las estrategias de frentismo derechista promovidas desde el Partido Popular Europeo. Y que implican el levantamiento de los cinturones sanitarios al extremismo de ultraderecha. Populares alemanes y espa?oles deber¨ªan tomar buena nota de estos resultados.
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