Negociar y explicar

A tres meses de la celebraci¨®n de las elecciones generales y con un escenario internacional cada vez m¨¢s imprevisible, Espa?a sigue sin un Gobierno en pleno ejercicio de sus funciones. El proceso para investir a un nuevo presidente ha transcurrido hasta ahora con plena normalidad constitucional. Tras el fracasado intento del l¨ªder popular, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, el Rey propuso ...

A tres meses de la celebraci¨®n de las elecciones generales y con un escenario internacional cada vez m¨¢s imprevisible, Espa?a sigue sin un Gobierno en pleno ejercicio de sus funciones. El proceso para investir a un nuevo presidente ha transcurrido hasta ahora con plena normalidad constitucional. Tras el fracasado intento del l¨ªder popular, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, el Rey propuso como candidato al l¨ªder socialista, Pedro S¨¢nchez. Sin embargo, ha pasado casi un mes desde esa propuesta y el silencio sobre las negociaciones para la formaci¨®n del Ejecutivo comienza a ser inquietante. Aunque el equipo socialista a¨²n no haya hecho ninguna declaraci¨®n sustantiva sobre qu¨¦ se est¨¢ negociando en materia territorial, laboral, econ¨®mica o de derechos sociales, las especulaciones sobre una posible amnist¨ªa concedida a los imputados del proc¨¦s monopolizan el debate pol¨ªtico y dan lugar a todo tipo de conjeturas, propiciando que la discusi¨®n quede en manos del inter¨¦s partidista.

Un asunto tan trascendente para la sociedad espa?ola merece ya ciertas explicaciones. La comprensible discreci¨®n de todo proceso negociador comienza a agrietarse por la brecha entre una ciudadan¨ªa con preocupaciones tangibles ¡ªa las que acaba de a?adirse una guerra en Oriente Pr¨®ximo¡ª y la reiterada confrontaci¨®n de los actores pol¨ªticos sobre hip¨®tesis de las que se desconoce cualquier detalle. El PP, dedicado hasta ahora a inflamar la calle con su ret¨®rica apocal¨ªptica, ha empezado a hacer un uso torticero de las instituciones. Lo vimos la pasada semana, cuando utiliz¨® el Senado como instrumento al servicio de su ofensiva para boicotear cualquier acuerdo de gobierno. Produc¨ªa sonrojo escuchar a Isabel D¨ªaz Ayuso, presidenta de una comunidad que practica la competencia desleal con el resto de las autonom¨ªas en materia fiscal, hablar de la igualdad de los espa?oles. Incomprensible tambi¨¦n fue la intervenci¨®n del presidente de la Generalitat, Pere Aragon¨¨s, que se present¨® en la C¨¢mara alta con un discurso que vuelve a confundir los intereses plurales de la ciudadan¨ªa para la que gobierna con los del independentismo. Con el evidente trasfondo de su pugna con Junts. Todo sucedi¨®, para colmo, con la inexplicable ausencia de los l¨ªderes auton¨®micos socialistas y de los miembros del Gobierno en funciones.

El silencio gubernamental, los discursos de ERC y Junts y el ruido atrapalotodo de la oposici¨®n conservadora est¨¢n provocando que el marco p¨²blico de la leg¨ªtima discusi¨®n sobre el pacto de investidura no lo fije el presidente. Repetir una y otra vez que ese marco es la Constituci¨®n supone utilizar una obviedad como argumento. Lo contrario resultar¨ªa preocupante. La ciudadan¨ªa merece saber por qu¨¦, a pesar de ser obviamente una moneda de cambio para una investidura, una posible amnist¨ªa ser¨ªa buena ahora para el conjunto de los espa?oles a la hora de revertir definitivamente la din¨¢mica de conflicto desarrollada en Catalu?a. Pedro S¨¢nchez debe explicarlo m¨¢s pronto que tarde. Y de forma que resulte entendible para aquellos que quieren avanzar en la concordia aun no estando de acuerdo con la amnist¨ªa como concepto general. Sin olvidar, adem¨¢s, que un acuerdo de investidura que pretende serlo tambi¨¦n de legislatura no puede girar en torno a un ¨²nico tema por decisivo que sea. Muchos espa?oles est¨¢n pendientes de asuntos como la vivienda, la sanidad o las leyes que quedaron pendientes de aprobar cuando se disolvieron las Cortes. Si el Gobierno insiste en su silencio, el debate sobre las negociaciones quedar¨¢ al albur de la polarizaci¨®n y de las medias palabras en un momento en que los ciudadanos necesitan claridad y estabilidad.