El espacio-tiempo laboral
Los pa¨ªses donde se trabajan menos horas son m¨¢s productivos. Pero la mayor productividad no es el resultado de reducir la jornada, sino al rev¨¦s
Reducir el tiempo de trabajo, ?dilata el espacio para otras actividades o lo absorbe como un agujero negro? Para saber si la propuesta de reducir la semana laboral a 37,5 horas nos beneficia, necesitamos la teor¨ªa de la relatividad. O la f¨ªsica cu¨¢ntica, porque yo siento que estoy en dos lugares a la vez.
Hay un V¨ªctor que ve el descenso de las horas de trabajo como un avance inexorable en los derechos sociales. Un logro que despierta recelos en sectores conservadores que se esfumar¨¢n en pocos a?os, como pas¨® con el divorcio o las leyes LGTBI. Ese V¨ªctor ha mirado la discusi¨®n parlamentaria en 1983 que fij¨® la semana laboral en 40 horas. El representante del Grupo Popular predijo entonces: ¡°Nosotros creemos que habr¨¢ m¨¢s desempleados¡±. Y que la ley ¡°atosiga y restringe los l¨ªmites de la negociaci¨®n entre la patronal y los sindicatos, por lo que supone un atentado a la autonom¨ªa de las partes¡± y que ¡°va a perjudicar nuestra competitividad con otros pa¨ªses europeos¡±. Id¨¦nticas a las quejas que hemos o¨ªdo estos d¨ªas, aunque el vocabulario ahora es m¨¢s simple.
Y hay otro V¨ªctor que dice que no estamos en 1983, sino en 1936, cuando muchos reclamaban la jornada de seis horas, anticip¨¢ndose quiz¨¢s en demas¨ªa a las circunstancias del momento. Ese V¨ªctor ve dos divergencias notables con los ochenta. Primero, la evoluci¨®n de la productividad. Mientras que durante las ¨²ltimas d¨¦cadas del siglo pasado est¨¢bamos recortando el diferencial con Alemania, en las primeras d¨¦cadas de este lo hemos ampliado. Hoy nuestra productividad es una de las que menos crece en Europa.
Los pa¨ªses donde se trabajan menos horas son m¨¢s productivos. Pero la mayor productividad no es el resultado de reducir la jornada, como algunos insin¨²an, sino que es al rev¨¦s: cuando una naci¨®n es m¨¢s productiva puede permitirse el lujo de trabajar menos.
Pero acortar la semana laboral no solo puede molestar a los empresarios, sino tambi¨¦n a muchos trabajadores, porque puede agudizar todav¨ªa m¨¢s la dualidad del mercado laboral. El mill¨®n de empleados del sector privado, y los tres del p¨²blico, que ya trabajan por convenio menos de 40 horas, podr¨ªan reducirlas, gracias a sus poderosos sindicatos, a 37 o incluso 35 horas manteniendo el mismo sueldo, aunque ?es veros¨ªmil para los nueve millones que trabajan m¨¢s de 40? Ojal¨¢. Pero, si no, unos ser¨¢n m¨¢s libres y, los otros, menos iguales.
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