Los objetivos de Israel: entre el querer y el poder
Netanyahu no solo no lograr¨¢ destruir por completo a Ham¨¢s, sino que habr¨¢ realimentado la rabia violenta de sus v¨ªctimas y de quienes las apoyan, sin que el castigo infligido le garantice la permanencia en el cargo
Benjam¨ªn Netanyahu acaba de anunciar su intenci¨®n de ocuparse ¡°indefinidamente¡± de la seguridad de Gaza, una vez terminada la actual operaci¨®n de castigo. No solo parece olvidar que, como ocupante, esa es la obligaci¨®n de Israel desde 1967, sino que ni siquiera menciona que tambi¨¦n le corresponde garantizar el bienestar de los m¨¢s de 2,2 millones de sus habitantes (junto con los de Cisjordania). A eso se une la amenaza de eliminar a Ham¨¢s, de aplastar a los que considera ¡°animales inhumanos¡± hasta doblegar su resistencia, y de arrasar la Franja con alusiones al empleo de armas nucleares. Una multiplicidad de mensajes belicistas que se corresponden con el objetivo estrat¨¦gico del movimiento sionista: el dominio total de la Palestina hist¨®rica. Y ahora se les presenta una oportunidad que creen id¨®nea para ello.
Visto desde Israel, todo parte ¡ªdescartando cualquier corresponsabilidad propia¡ª del golpe recibido el pasado d¨ªa 7, el m¨¢s brutal en d¨¦cadas y el que m¨¢s claramente pone en riesgo la permanencia de Netanyahu en el Gobierno. De ah¨ª se deduce la imperiosa necesidad de responder por la fuerza, tanto para restablecer la disuasi¨®n frente a cualquier enemigo (incluido Hezbol¨¢, Ir¨¢n y todas las milicias que puede activar Teher¨¢n), como para salvar a un Netanyahu al que espera la c¨¢rcel si pierde el poder. Un Netanyahu se?alado como el principal responsable del ataque sufrido, que ve derrumbada su supuesta imagen de ¡°Sr. Seguridad¡±. Para completar el marco mental que pretende imponer como ¨²nico aceptable, Netanyahu insiste en que todos los habitantes de la Franja son terroristas y colaboracionistas y, dado que Ham¨¢s dispone de t¨²neles e infraestructuras por doquier, est¨¢ justificado devastar todo el territorio.
A partir de ah¨ª se explica la actual operaci¨®n militar. Por una parte, mientras mantiene desconectada a la Franja del resto del mundo (incluyendo el paso de Rafah), ya ha logrado encapsular la mitad norte de Gaza como resultado de una doble acci¨®n con unidades mecanizadas y acorazadas ¡ªuna en direcci¨®n oeste, para partirla en dos mitades, y otra desde el norte por la costa, para evitar la salida de los milicianos de Ham¨¢s y la entrada de apoyos y suministros¡ª. Por otra, prosigue con bombardeos sistem¨¢ticos que buscan destruir la capacidad militar y pol¨ªtica de Ham¨¢s, castigando de paso a los centenares de miles de gazat¨ªes all¨ª enclaustrados. Lo que cabe prever a continuaci¨®n es que, aprovechando la cobertura que le proporciona Washington, todav¨ªa emplee alg¨²n tiempo en seguir ablandando el terreno con fuego artillero y a¨¦reo, combin¨¢ndolo con incursiones m¨¢s precisas a instalaciones y n¨²cleos de resistencia de Ham¨¢s y sus aliados locales. Y as¨ª hasta que, como en tantas ocasiones anteriores, considere que ya ha cortado el c¨¦sped hasta un nivel que le resulte aceptable.
Cortar el c¨¦sped (expresi¨®n tantas veces empleada por los militares israel¨ªes) significa limitarse a degradar a Ham¨¢s sabiendo que solo es cuesti¨®n de tiempo que vuelva a recobrarse; o, lo que es lo mismo, implica asumir que la destrucci¨®n total de un enemigo que ha ayudado a crecer est¨¢ fuera de su alcance. Un enemigo que, con el prop¨®sito de arruinar los planes israel¨ªes, no dudar¨¢ en obstaculizar (incluso por la fuerza) los intentos de los gazat¨ªes para escapar del cerco israel¨ª en el norte, escudarse en esa misma poblaci¨®n civil para evitar su destrucci¨®n y emplear ambulancias o lo que sea necesario para escapar a la muerte. Tambi¨¦n procurar¨¢ aprovechar su mejor conocimiento del terreno y su red de t¨²neles para eliminar a m¨¢s soldados israel¨ªes, calculando que eso le da buena imagen ante sus simpatizantes y repercute negativamente en la imagen de Netanyahu. En definitiva, Israel no puede hacer lo que tanto quiere porque el coste ser¨ªa insoportable para un gobernante en demasiados apuros.
Lo dem¨¢s ¡ªsean las llamadas a supuestas pausas t¨¢cticas o humanitarias y al establecimiento de corredores humanitarios, o el gesto israel¨ª de abrir pasos durante unas horas a quienes pretenden escapar de la encerrona en la capital de la Franja¡ª es pura farsa, buscando dulcificar la imagen de quienes no tienen reparos en violar el derecho internacional humanitario y de quienes los respaldan internacionalmente.
Por eso, metidos en esa repetitiva espiral, unos y otros volver¨¢n a fracasar. Israel no solo no lograr¨¢ destruir por completo a Ham¨¢s, sino que habr¨¢ realimentado hasta el extremo la rabia violenta de sus v¨ªctimas y de quienes las apoyan, sin que el castigo infligido le garantice a Netanyahu la permanencia en el poder y sin que acerque a Israel a su objetivo ¨²ltimo. Ham¨¢s so?ar¨¢ con salir m¨¢s potenciada ante su gente, aunque solo sea en la medida en que, a diferencia de la Autoridad Palestina, parece decidida a enfrentarse al ocupante. Pero saldr¨¢ mucho m¨¢s debilitada, sin haber logrado que sus habituales apoyos externos se decidan a poner en riesgo sus propias posiciones provocando una escalada regional que obligue a Estados Unidos y a Israel a reconsiderar su comportamiento. Y as¨ª, hasta la pr¨®xima.
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