El silencio de D¨ªaz Ayuso y la c¨¢rcel de S¨¢nchez
Ante el mensaje vengativo de parte de los manifestantes, la l¨ªder del PP Isabel D¨ªaz Ayuso opta por no defender la democracia, sino por alentar el grito que pide el encarcelamiento del presidente del Gobierno
No era la primera vez que la presidenta de la Comunidad de Madrid interrump¨ªa su discurso. Es una estrategia ¨®ptima para caldear el ambiente. Escuchas c¨®mo poco a poco se va extendiendo el griter¨ªo, decides si quieres que se imponga esa consigna, dejas de hablar, mides cada segundo, todo va muy r¨¢pido, pero tienes tiempo para pensar, sigues en silencio y as¨ª consigues que la proclama resuene a¨²n con m¨¢s fuerza. Ejemplo pr¨¢ctico un domingo a mediod¨ªa en la Puerta del Sol. Isabel D¨ªaz Ayuso ¡ªla l¨ªder pop y populista del nacionalismo conservador espa?ol¡ª prosegu¨ªa con su discurso sobre la agon¨ªa nacional. Estableci¨® una dial¨¦ctica sobre la situaci¨®n de libertad pol¨ªtica que se vive entre Catalu?a y el Pa¨ªs Vasco y el resto de Espa?a. Dijo que ellos no se rendir¨ªan. Ocurri¨® justo en ese instante. Capt¨® el mensaje airado, rabioso y vengativo de la ciudadan¨ªa que en masa se transforma en algo distinto. Y entonces dej¨® de hablar. Ella no lo dir¨ªa, pero estaba animando a que lo gritasen enfurecidas los miles de personas congregadas. ¡°Pedro S¨¢nchez, a prisi¨®n¡±.
Al instante, desde casa, pens¨¦ en Josep Borrell. Fue f¨¢cil rescatar el momento. Se conserva en la web de Televisi¨®n Espa?ola ¡ªel medio de comunicaci¨®n que ayer fue estigmatizado con el mismo grito que se escuchaba durante el proc¨¦s: ¡°prensa espa?ola, manipuladora¡±¡ª. Borrell y su discurso del 8 de octubre de 2017 en Barcelona casi al final de la manifestaci¨®n constitucionalista. No estuve all¨ª, pero recordaba un detalle de su intervenci¨®n. Hab¨ªan hablado todos los ponentes con un discurso repetido y confrontativo. Borrell, por el contrario, habl¨® como un dem¨®crata europeo que reclamaba con firmeza que los derechos c¨ªvicos de todos los catalanes y de sus representantes fueran respetados. Alert¨® de las consecuencias dram¨¢ticas que pod¨ªa tener que el presidente Puigdemont declarase unilateralmente la independencia. Y despu¨¦s de pronunciar su nombre, empez¨® a escucharse un grito obsesivo, punitivo, nefasto, que ayer se repiti¨® en todas las convocatorias organizadas por el PP: ¡°Puigdemont, a prisi¨®n¡±.
Aquel 8 de octubre, a diferencia de lo que este domingo hizo D¨ªaz Ayuso, Borrell escuch¨®. Levant¨® una mano del atril y con el dedo empez¨® a decir que no. Hubiese sido f¨¢cil animar al odio. Pero primero dijo no con el dedo y despu¨¦s lo dijo diversas veces. Cuatro o cinco. ¡°No chill¨¦is como las turbas del circo romano. A la prisi¨®n solo va quien dice el juez¡±. Y continu¨®, con ¨¦nfasis, con lo siguiente: ¡°Os pido por favor que extrememos el respeto¡±. Esa frase la repiti¨®. Porque en ese momento un pol¨ªtico de verdad sabe que se juega su credibilidad no como l¨ªder de un movimiento, sino como ejemplo de conducta democr¨¢tica. D¨ªaz Ayuso, que hab¨ªa acusado a S¨¢nchez de pisotear la separaci¨®n de poderes, opt¨® por no defender la democracia, sino por alentar el grito que pide el encarcelamiento del presidente del Gobierno por un proyecto de ley que a¨²n no se ha registrado en el Congreso.
Alberto N¨²?ez Feij¨®o, en lugar de impugnar esa deriva antidemocr¨¢tica, cuestion¨® la legitimidad del Gobierno que pueda formarse en los pr¨®ximos d¨ªas con el argumento que el Partido Popular fue la lista m¨¢s votada el 23 de julio. As¨ª no se refuerza nuestra institucionalidad. Se resquebraja. Estamos en un momento cr¨ªtico. Extrememos todos el respeto.
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