La derrota
Aunque el tenista rompa la raqueta contra el suelo, por muy bronco que haya sido el partido al final deber¨¢ subir a la red para felicitar al ganador
A un jugador de p¨®quer muy avezado que hab¨ªa perdido una cifra exorbitante en una partida, al d¨ªa siguiente sus compa?eros de garito le preguntaron qu¨¦ tal hab¨ªa dormido esa noche y ¨¦l contest¨® que hab¨ªa dormido como un beb¨¦, porque cada cinco minutos se despertaba y lloraba. A?adi¨® que para un jugador que sabe perder las derrotas cicatrizan enseguida. En ese momento estaba sentado de nuevo a la mesa y ten¨ªa dos ases en la mano. El mundo se creaba de nuevo y la suerte volv¨ªa a rodar. Un monje del monasterio del Nido del Tigre de But¨¢n me dijo un d¨ªa que ante cualquier fracaso repitiera 100 veces como si fuera una oraci¨®n: ¡±He sido derrotado, algo he hecho mal, no importa, ma?ana empezar¨¦ de nuevo¡±. Es m¨¢s elegante aceptar una derrota que celebrar una victoria, hay m¨¢s est¨¦tica en el fracaso que en el ¨¦xito, tiene m¨¢s literatura el perdedor que el ganador.
Por mi parte, prefiero a Van Gogh con una sola oreja que con dos y al Picasso de la ¨¦poca azul, muerto de hambre, en calzoncillos que al triunfador con esmoquin y pajarita. En todos los colegios anglosajones el deporte est¨¢ considerado como una asignatura fundamental porque en la cancha se aprenden todas las reglas que luego hay que aplicar a los negocios, a la pol¨ªtica y a la moral ciudadana, el juego limpio, el respeto al adversario, pelear hasta la extenuaci¨®n sin rendirse nunca, valorar el triunfo y aceptar la derrota como una lecci¨®n. Aunque el tenista rompa la raqueta contra el suelo, por muy bronco que haya sido el partido al final deber¨¢ subir a la red para felicitar y abrazar al ganador. Ser¨ªa expulsado del circuito si no cumpliera estas reglas. Pero nadie es m¨¢s detestable que el jugador que tiene mal perder, que est¨¢ dispuesto a cometer cualquier trampa, a romper la baraja o a dar una patada al tablero con tal de no admitir la derrota. Es como quien tiene mal vino y encima no sabe beber.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.