Lo que no nos devolver¨¢ la amnist¨ªa
La herida profunda no est¨¢ en la relaci¨®n Catalu?a-Espa?a sino en el cuerpo de la sociedad catalana misma, entre los que aqu¨ª hemos estado siempre y aqu¨ª seguimos
Yo era una catalana ejemplar, una mora bien integrada hasta que lleg¨® el proc¨¦s y expres¨¦ mi escepticismo. Pens¨¦ que era mejor atender primero a las acuciantes necesidades sociales en los a?os de crisis y que una soluci¨®n federalista pod¨ªa ser m¨¢s viable y eso me supuso ser expulsada a la tierra ahora tan poblada de los botiflers. No es un consuelo que incluso Puigdemont est¨¦ hoy en este lado de los catalanes traidores porque lo que hemos perdido por el camino ha sido mucho y algunos ya no volveremos a tener la misma visi¨®n que ten¨ªamos antes de que todo empezara. Supongo que en esto consiste hacerte mayor y madurar pero a m¨ª me sigue costando poner palabras a la herida todav¨ªa abierta en la sociedad a la que me incorpor¨¦ desde peque?a y que es la m¨ªa a todos los efectos.
La herida profunda no est¨¢ en la relaci¨®n Catalu?a-Espa?a sino en el cuerpo de la sociedad catalana misma, entre nosotros, los que aqu¨ª hemos estado siempre y aqu¨ª seguimos aunque la clase pol¨ªtica haya sacudido la convivencia hasta l¨ªmites peligrosos para la cohesi¨®n de una poblaci¨®n compleja y diversa. Yo no volver¨¦ a ser la misma que antes del proc¨¦s porque de repente descubr¨ª una parte del catalanismo cuyas ideas pod¨ªa compartir m¨¢s o menos (protecci¨®n y defensa de la lengua y la cultura) erigida en guardiana de esencialismos que cre¨ªa desterrados. Me di de bruces con un nacionalismo supremacista que a los nuevos catalanes ya no solo nos ped¨ªa que habl¨¢ramos la lengua y valor¨¢ramos los elementos culturales particulares sino que adem¨¢s para considerarnos integrados ten¨ªamos que ser independentistas. Esto es, que la ideolog¨ªa se convert¨ªa en identidad y si no defend¨ªamos los valores del secesionismo ca¨ªamos autom¨¢ticamente del lado de los extranjeros. Esto se difundi¨® desde la derecha pero tambi¨¦n la supuesta izquierda desempolv¨® el viejo clich¨¦ del charnego ejemplar, ahora partidario de la Catalu?a libre (y ah¨ª sigue Rufi¨¢n) y quiso ensanchar la base con una deriva comunitarista en la que no le hac¨ªa ascos a imanes salafistas y fichaba a mujeres con velo que predicaban en las mezquitas, con hombres y mujeres separados por sexos, las bondades de un pa¨ªs que, a diferencia de la malvada Espa?a, tratar¨ªa mucho mejor a los inmigrantes.
Amnistiar¨¢n y pactar¨¢n y todo quedar¨¢ olvidado pero a los ciudadanos nadie nos devolver¨¢ los amigos que perdimos por el camino del fanatismo identitario en el que nos metieron los pol¨ªticos.
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