Agust¨ªn Ibarrola, un creador y un resistente
El pintor y escultor fue mucho m¨¢s que un ciudadano empe?ado en hacer obras de arte

De tiempo en tiempo nos llega la noticia del fallecimiento de un hombre admirable. Ya s¨¦ que el ejercicio de admirar se apoya en fundamentos subjetivos. Admirable para m¨ª (para quienes quisieron hacerle da?o supongo que no) fue Agust¨ªn Ibarrola, de cuya muerte supimos con tristeza el viernes pasado. He aqu¨ª un hombre que a edad temprana se lo jug¨® todo a una carta: la de la creaci¨®n. Desde que a los 11 a?os abandon¨® la escuela hasta los 93 que dur¨® su vida, Ibarrola se consagr¨® a crear en diversas etapas evolutivas, con materiales m¨²ltiples, un sinn¨²mero de pinturas, esculturas, dibujos, collages, fotograf¨ªas y mucho m¨¢s. A uno se le figura que la creaci¨®n constante debi¨® de proporcionar al artista un s¨®lido argumento vital. No concibo mayor obsequio de la vida que la posibilidad de dedicarse de lleno a una vocaci¨®n.
Pero Ibarrola, como se sabe, fue mucho m¨¢s que un ciudadano empe?ado en hacer obras de arte. Conoci¨® de cerca el mundo del trabajo; de hecho, coincidi¨® en la mina con el poeta Blas de Otero, con quien comparti¨® militancia comunista. Seg¨²n sus propias palabras, se enfrent¨® a dos dictaduras, la de un general que gan¨® una guerra civil y la que otros desencadenaron a tiros y bombazos en su tierra natal. A ambas se enfrent¨® Ibarrola desde su actividad art¨ªstica, pero tambi¨¦n desde la acci¨®n c¨ªvica. Sufri¨® tortura en tiempos de Franco y dos estancias carcelarias que dan un total de nueve a?os entre rejas. D¨¦cadas despu¨¦s, ETA tom¨® el relevo de la persecuci¨®n, forz¨¢ndolo a llevar escolta y atacando sus creaciones de arte campestre. Cada vez que intentan colarnos la tesis de la organizaci¨®n que luch¨® contra el franquismo me acuerdo de gente de izquierdas a quienes Franco encarcel¨® y contra los que las pistolas de ETA dispararon m¨¢s tarde, como L¨®pez de Lacalle o Jos¨¦ Ram¨®n Recalde. ?No es raro combatir un r¨¦gimen atentando contra sus opositores?
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