Protagonistas a toda costa
En Francia se ha puesto de moda colgar en TikTok las reacciones de aflicci¨®n suscitadas por la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica del fen¨®meno literario ¡®El consentimiento¡¯, de Vanessa Springora, en el que cuenta su experiencia con el escritor pederasta Gabriel Maztneff
Nunca es agradable ver reaparecer el nombre del pederasta Gabriel Matzneff en las tendencias de X en Francia. El hombre que abus¨® de la escritora francesa Vanessa Springora cuando ella ten¨ªa solo 14 a?os y ¨¦l 50, aprovechando la complacencia ante la pedofilia de un ambiente intelectual y una sociedad burguesa enferma que confund¨ªa libertad sexual con agredir sexualmente a ni?os, como queda retratado en El consentimiento o en La familia grande de Camille Kouchner, vuelve a ser noticia. Acaba de ser acusado por otra mujer de haberla violado cuando era peque?a en los a?os ochenta. El padre de esta mujer, un ¨ªntimo de Matzneff, cuya carrera y escritos veneraba, se la ¡°ofreci¨®¡±, literalmente. Los abusos tuvieron lugar en un palacete de la familia en el pij¨ªsimo distrito s¨¦ptimo de Par¨ªs. Empezaron cuando ella ten¨ªa 4 a?os y terminaron cuando cumpli¨® 13.
Convertido hoy en lo que tendr¨ªa que haber sido siempre, un paria de las letras ¡ªsi es que las haza?as sexuales de un enfermo mental fueron alg¨²n d¨ªa algo parecido a una obra literaria¡ª, y obligado a sus 87 a?os a vivir casi recluido en un estudio de alquiler social de 30 metros cuadrados en el barrio latino de Par¨ªs por miedo a ser linchado ¡ªsin duda hay parias que viven mucho peor¡ª, Maztneff ha llevado la abominaci¨®n a niveles dif¨ªcilmente superables. Recuerdo la incomodidad que sent¨ª al leer el testimonio de Springora. Por momentos ten¨ªa que cerrar el libro para encajar lo que describe. Hace poco sent¨ª lo mismo con otra bomba literaria, Triste neige, de Neige Sinno, abusada por su abuelo cuando era una ni?a, y no pude ir m¨¢s all¨¢ de las 10 primeras p¨¢ginas. Lo retomar¨¦, pero lo que quiero decir es que no son lecturas agradables, y suelen dejarle a uno bastante tocado, a veces durante d¨ªas. En Francia, estos libros han marcado un antes y un despu¨¦s, han permitido que la palabra se libere y que termine la impunidad de la que gozaron tantos a?os ilustres pederastas como Maztneff.
Por eso, me llam¨® la atenci¨®n que unas semanas atr¨¢s, al poco de estrenarse la adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica del libro en los cines franceses, se pusiera de moda en TikTok entre los adolescentes la frivolidad de filmarse a uno mismo antes y despu¨¦s de ver la pel¨ªcula para, se supone, remarcar el impacto emocional que provoca el ver en pantalla a un pederasta abusar de su v¨ªctima. Los v¨ªdeos, a cual m¨¢s rid¨ªculo y vacuo, son una especie de concurso de la aflicci¨®n impostada, con sus autores poniendo caritas y morritos o coloc¨¢ndose bien el pelo, m¨¢s preocupados por salir guapos en c¨¢mara que por el mensaje de la obra.
@cam.czee #leconsentement #cgrfz #foryou #fyp #pourtoi #fyp¥·?viral #trend #ninetta #cinematic #film
? son original - Lezappeur
El hashtag #LeConsentement fue compartido m¨¢s de 30 millones de veces y, al cabo de una semana, el n¨²mero de espectadores se triplic¨®, asegurando el ¨¦xito de la pel¨ªcula. El productor de la cinta interpret¨® el fen¨®meno como ¡°la prueba de que la juventud francesa tambi¨¦n levanta el pu?o cuando se abordan temas que le concierne¡±, lo que me pareci¨® completamente delirante: ?ser¨¢ que no hemos visto los mismos v¨ªdeos? Entiendo que para un productor el tir¨®n comercial es fundamental, pero de ah¨ª a felicitarse de que un tema tan grave, puesto en palabras con tanta inteligencia y sutileza por Springora y que destruye cada a?o la vida de 160.000 ni?os en Francia, sea tratado desde la superficialidad m¨¢s absoluta me parece una pena. Como tambi¨¦n me entristece que muchos chavales ya solo dediquen el d¨ªa a transformar cualquier cosa que viven en una herramienta de su comunicaci¨®n personal, movidos por una necesidad casi patol¨®gica de protagonismo, incluso cuando disfrutan de una obra cultural. Con lo bonito que es ir al cine y olvidarse de uno mismo el tiempo de una pel¨ªcula.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.