La calle ya no es suya
El pat¨¦tico alivio de adrenalina se salda en fracaso. No ha servido de semilla para alentar un golpe. No ha provocado el surgimiento de tr¨¢nsfugas en las izquierdas
¡°La calle es m¨ªa¡±, proclam¨® en 1976 el vicepresidente del Gobierno Manuel Fraga ¡ªle presid¨ªa el franquista Arias Navarro, el Carnicero de M¨¢laga¡ª tras la muerte de aquel general, y a¨²n en pleno ejercicio de la dictadura. As¨ª amenaz¨® el (despu¨¦s) fundador del PP a Ram¨®n Tamames, entonces dirigente comunista ¡ªantes de ataviarse de centrista y (luego) de hombre de paja de Vox¡ª, con el objetivo de que los rojos no se manifestaran por las calzadas.
Los cachorros fraguistas y los ultras de Vox recuperaron el esp¨ªritu de esa apropiaci¨®n indebida con el acoso a la sede del PSOE en la madrile?a calle de Ferraz, y a otras, desde el 7 de noviembre: contra la amnist¨ªa, contra las izquierdas, contra el orden p¨²blico democr¨¢tico. Parec¨ªa que se hund¨ªa el mundo, pero esa repugnante ordinariez de cercar al rival, ese desorden, esas im¨¢genes violentas y profascistas, ese sin dormir del vecindario, declinaron tras encresparse. Han capotado.
La movilizaci¨®n callejera permanente ya es solo ocasional y las banderas anticonstitucionales ceden plaza a las luces navide?as. Se cumplen as¨ª dos hermosos refranes castellanos, que retratan bien la inercia de la conducta humana: de tanto ir el c¨¢ntaro a la fuente, se rompe; de tanto bramar que viene el lobo, y nunca llega, la gente normal se va de finde.
El pat¨¦tico alivio de adrenalina se salda en fracaso. No ha servido de semilla para alentar un golpe. No ha provocado el surgimiento de tr¨¢nsfugas-tamayos en las izquierdas. No ha logrado influir a un solo socialista, ni siquiera a los m¨¢s inc¨®modos ¡ªresp¨¦tense sus razones¡ª, en favor de una traici¨®n que bloquease la amnist¨ªa. Y derribase al nuevo Gobierno de S¨¢nchez.
En cambio, s¨ª ha asociado al seguidista Alberto N¨²?ez Feij¨®o con los ultras, con ayuda de conductas alucinantes, como la de una grande-de-Espa?a-consorte, Esperanza Aguirre, bloqueando el tr¨¢fico y cisc¨¢ndose en el orden p¨²blico. S¨ª ha crispado a la opini¨®n p¨²blica. S¨ª ha enviado al mundo la imagen de que sigue existiendo (aunque residual) un trozo fascista de Espa?a.
Finalizada la pubertad callejera, queda la acci¨®n parlamentaria. Tampoco tendr¨¢ mucho recorrido (quiz¨¢ alguno, hasta las elecciones europeas de junio) el no a todo, la negativa a reunirse con el Gobierno, la especiosa apelaci¨®n a Europa, el intento de bloqueo universal. La ciudadan¨ªa est¨¢ en otras cosas, el empleo sigue creciendo y las empresas se inflan de beneficios, a Dios ¡ªpero no a Feij¨®o¡ª gracias. As¨ª que mejor vuelvan a la pol¨ªtica de Estado. O al menos a ¡°hacer cosas¡± como describ¨ªa el inefable Rajoy la inclinaci¨®n de los catalanes. Si no es mucha molestia.
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