Terrazas sin humo y con fentanilo

La derecha ha recuperado una de sus causas cl¨¢sicas: el tabaco. La prohibici¨®n, posible y futura, del fumeteo en las terrazas ha resucitado a muchos de los que se alzaron en armas contra la prohibici¨®n de fumar en locales cerrados de 2011. Hay que recordar que esto no est¨¢ decidido: M¨®nica Garc¨ªa, ministra de Sanidad, solo dijo en la entrevista de la Cadena SER que hay que ampliar espacios libres de humo y que se est¨¢ estudiando ¡°la medida concreta¡±.

Se tome o no esa decisi¨®n, las discusiones que han comenzado ya en Twitter tienen pinta de seguir el mismo camino que las de hace una d¨¦cada. Y probablemente terminar¨¢n igual: con una mayor¨ªa de fumadores asegurando que se est¨¢ mejor sin humo tambi¨¦n en las terracitas, aunque solo sea por la obviedad de que se est¨¢ mejor sin humo en todas partes, y con los no fumadores habi¨¦ndonos dejado una fortuna en ibuprofeno.

La publicaci¨®n que m¨¢s ha llamado la atenci¨®n es, para variar, un tuit casi indescifrable de Isabel D¨ªaz Ayuso. La presidenta de la Comunidad de Madrid tuite¨® la semana pasada la frase ¡°pero qued¨® prohibido fumar tabaco en las terrazas¡±, acompa?ada de un par de fotos de la crisis del fentanilo en Estados Unidos. Despu¨¦s de navegar entre las respuestas y de hacerme varios croquis, creo que la presidenta se refer¨ªa a que la izquierda quiere prohibir fumar en las terrazas y a la vez legalizar la marihuana.

No estoy nada seguro de esta lectura: la marihuana no tiene nada que ver con el fentanilo, que en Espa?a ni siquiera es un problema. Adem¨¢s, por muy malos que sean los porros, no causan m¨¢s de 60.000 muertes al a?o, como el tabaco. Pero es normal que no me entere: James Joyce dijo que hab¨ªa escrito Finnegans Wake para mantener a los cr¨ªticos ocupados durante 300 a?os, y D¨ªaz Ayuso tuitea igual, para tener a tuiteros y periodistas ocupados durante al menos 300 horas, unas cuantas de ellas intentando discernir si escribe la cuenta oficial o una parodia. En cualquier caso, no soy nadie para echarle en cara a Ayuso que se le haya ido un poco el punto de mira. En alguna discusi¨®n de 2011, yo tambi¨¦n exager¨¦ y me dej¨¦ llevar (s¨ª, lo voy a decir) por los malos humos (lo dije).

La prohibici¨®n no ser¨ªa un disparate. Como publicaba Materia en 2018, varios estudios en Madrid y Barcelona muestran que ¡°los niveles de part¨ªculas t¨®xicas en las terrazas est¨¢n por encima de los l¨ªmites aconsejables y que, adem¨¢s, en muchos casos se incumple la ley¡±. Esa ley permite fumar en terrazas cubiertas si tienen ¡°un m¨¢ximo de dos paredes, muros o paramentos¡±, un detalle que han sacado a relucir estos d¨ªas muchos tuiteros porque todos hemos visto y sufrido el tabaco en terrazas m¨¢s cerradas que el alc¨¢zar de Toledo.

La referencia a la libertad por parte de los defensores del tabaco es tan flojilla ahora como lo fue en 2011: el tabaco no est¨¢ prohibido, solo est¨¢ prohibido en algunos sitios. Como casi todo: puedo ir desnudo por casa, pero no en la calle (por suerte para todo el mundo); puedo poner la m¨²sica al volumen que quiera en mis auriculares, pero no en los altavoces a las tres de la ma?ana, y, por supuesto, es legal beberme siete negronis, pero no ponerme a conducir justo despu¨¦s, mientras aseguro que ¡°voy bien¡±.

Al menos, a los fumadores les queda un ¨²ltimo reducto para defender que su vicio conserva algo de estilo: las fotos de Rosal¨ªa y su pareja, el actor Jeremy Allen White, a quienes han pillado fumando en la calle varias veces, como dos oficinistas que hacen una pausa a las diez y media. Es probable que White y Rosal¨ªa sean las ¨²nicas dos personas a las que en 2023 les sigue quedando bien el cigarrillo en las manos.

Y, como me sobran un par de l¨ªneas, s¨ª me gustar¨ªa pedirles a los fumadores que, por favor, no tiren colillas al suelo. Eso es una cochinada y no hay acepci¨®n de la palabra ¡°libertad¡± que sirva para defenderla.