Bendici¨®n papal a la normalidad
Francisco hace un nuevo gesto de tolerancia hacia las parejas homosexuales en el seno de la Iglesia
El papa Francisco ha dado un paso trascendente para reconocer los derechos de los homosexuales en el seno de la Iglesia cat¨®lica mediante la aprobaci¨®n de un documento del Dicasterio de la Doctrina de la Fe (DDF) ¡ªel antiguo Santo Oficio¡ª en el que se autoriza que los sacerdotes bendigan a parejas de gais y de lesbianas. La medida afecta tambi¨¦n a parejas de hecho heterosexuales. Se trata de un paso en una direcci¨®n, ya apuntada por Francisco desde el comienzo de su pontificado, que aumenta el enfrentamiento con los sectores m¨¢s conservadores de la Iglesia, opuestos a cualquier tipo de apertura en la tradicional condena eclesi¨¢stica de la homosexualidad.
El documento, firmado por el reci¨¦n nombrado prefecto de la DDF, el cardenal argentino V¨ªctor Manuel Fern¨¢ndez, hombre de la m¨¢xima confianza del Pont¨ªfice, tiene una gran importancia porque emana del ¨®rgano que establece lo que es acorde a la doctrina cat¨®lica y lo que no. Es, adem¨¢s, la primera declaraci¨®n de este tipo emitida por el citado organismo en los ¨²ltimos 23 a?os. Desde ahora cualquier sacerdote tiene autorizaci¨®n para bendecir a parejas homosexuales o a las que, en el lenguaje que emplea el texto, est¨¢n ¡°en situaci¨®n irregular¡±, es decir, aquellas que conviven pero no forman un matrimonio. Se trata de una reivindicaci¨®n que ha crecido con fuerza en los ¨²ltimos a?os entre los sectores m¨¢s aperturistas, encabezados por la mayor¨ªa de los obispos de la poderosa Iglesia alemana, cuyo peso se ha hecho notar en los ¨²ltimos s¨ªnodos ¡ªlas reuniones de prelados de todo el mundo convocados por el Papa¡ª celebrados en el pontificado de Francisco.
No obstante, y en parte debido a la gradualidad sist¨¦mica de los cambios en la Iglesia, el documento de la DDF establece que las bendiciones no podr¨¢n ir acompa?adas de ceremonias que las equiparen al matrimonio. Es decir, no podr¨¢n ser celebradas en liturgias similares a una boda. Se trata, en efecto, de una disposici¨®n que rebaja su importancia respecto al matrimonio tradicional, pero, al mismo tiempo, introduce de manera contundente una medida negada radicalmente por la facci¨®n m¨¢s tradicionalista.
Francisco contin¨²a as¨ª una senda que ya marc¨® desde su famosa respuesta en 2013, cuando preguntado sobre la homosexualidad dijo que ¨¦l no era qui¨¦n para juzgar. En 2020 afirm¨® que las uniones del mismo sexo ten¨ªan derecho a formar una familia y un a?o m¨¢s tarde pidi¨® a los padres que no condenaran el hecho de que sus hijos tuvieran una orientaci¨®n sexual ¡°diferente¡±. Ahora un documento oficial de la Iglesia asume una reivindicaci¨®n largamente defendida por quienes reclaman el fin de una discriminaci¨®n superada ya en el plano legal y cada vez m¨¢s a nivel individual por las sociedades de gran cantidad de pa¨ªses, entre ellos, muchos de cultura cat¨®lica.
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