Espa?a debe ser accionista de Telef¨®nica
El Estado tiene que garantizar un servicio sin interrupciones de las telecomunicaciones, incluso en caso de ciberataque o desastre natural. Su ausencia en la propiedad de la principal operadora era una anomal¨ªa
Telef¨®nica no es s¨®lo la mayor infraestructura de telecomunicaciones en Espa?a, tambi¨¦n es uno de los principales proveedores de servicios del Gobierno de Espa?a. Gestiona los datos de las administraciones, suministra sistemas y equipos al ej¨¦rcito, le vende servicios satelitales al brazo aeroespacial del Ministerio de Defensa y es una capa crucial de nuestra ciberseguridad. Tambi¨¦n es el mayor accionista de cables submarinos de fibra ¨®ptica que conectan la pen¨ªnsula, incluyendo los modelos m¨¢s recientes de Google, Facebook y Microsoft. Gestiona sistemas y servicios esenciales para el funcionamiento de la sociedad espa?ola y de su econom¨ªa y por lo tanto la protecci¨®n de esos sistemas y servicios es una de las responsabilidades del Estado. El a?o pasado, Meta podr¨ªa haber cumplido su amenaza y cerrar Instagram en Europa para no cumplir con la Normativa de Protecci¨®n de Datos. Habr¨ªa dejado a cientos de miles de pymes europeas sin escaparate y plataforma de venta directa y muchas habr¨ªan tenido que cerrar, pero la econom¨ªa europea habr¨ªa sobrevivido. Cuando Google cerr¨® su agregador de noticias en Espa?a en 2014 para no cumplir la antigua Ley de Propiedad Intelectual, los medios digitales perdieron millones de visitas necesarias para negociar importantes acuerdos de publicidad. Pero la prensa vivi¨® para contarlo. De Telef¨®nica depende el funcionamiento de los mercados financieros, las empresas, los servicios de emergencia, las administraciones, la salud, la energ¨ªa, la alimentaci¨®n, la seguridad. Es la Era de la Informaci¨®n.
El Estado tiene que poder garantizar un servicio continuo sin interrupciones de las telecomunicaciones. Es la funci¨®n del Estado, no una opci¨®n. Tiene que poder garantizar un acceso inmediato al sistema en caso de accidente, atentado, ciberataque o desastre natural para coordinar acciones cr¨ªticas. Tiene que poder garantizar que se cumplen las normas de seguridad, de protecci¨®n de datos, velar por los derechos ciudadanos y los intereses de Espa?a por encima de los intereses privados de cualquier accionista. Son cosas que no son posibles con Meta, Google o Microsoft pero que debemos poder hacer con todas las infraestructura cr¨ªticas, incluyendo autopistas, hospitales, redes ferroviarias y canales de suministro de agua y energ¨ªa. El Estado tiene la responsabilidad de garantizar su funcionamiento aunque no sean de su propiedad.
Incluso si no la tuviera. Dice Saudi Telecom, que pertenece en un 64% al fondo soberano saud¨ª presidido por el pr¨ªncipe heredero Mohammed bin Salman, que le interesa Telef¨®nica porque tiene ¡°un portafolio ¨²nico de activos de infraestructura l¨ªderes en su clase¡±. Es una verdad autoevidente. Telef¨®nica tiene 343 millones de usuarios en dos continentes, incluyendo telefon¨ªa, cable y televisi¨®n. Bin Salman, l¨ªder del gobierno saud¨ª, quiere usar esos tent¨¢culos para expandir su influencia m¨¢s all¨¢ de sus fronteras. Y m¨¢s all¨¢ del petr¨®leo. Invertir en infraestructuras de comunicaciones, transporte y log¨ªstica es parte de su plan nacional Vision 2030, para trascender una econom¨ªa basada exclusivamente en combustibles f¨®siles. Si al fondo soberano m¨¢s rico del mundo le interesa invertir en Telef¨®nica, probablemente a Espa?a tambi¨¦n.
No es un esc¨¢ndalo que el Gobierno compre acciones de su principal operadora. M¨¢s bien lo contrario. Cuando Europa privatiz¨® sus telecomunicaciones, a finales en la segunda d¨¦cada de los 90, las principales econom¨ªas europeas como Francia y Alemania mantuvieron participaciones en sus grandes operadoras. La anomal¨ªa en este caso fue Espa?a, por decisi¨®n del Gobierno de Jose Mar¨ªa Aznar. Incluso los pa¨ªses m¨¢s reacios redescubren ahora la importancia de la soberan¨ªa tecnol¨®gica. Biden le ha prohibido a Nvidia venderle chips a China, uno de los mayores mercados del mundo, y hace un mes invocaba una ley de Truman que otorga al presidente autoridad para garantizar la disponibilidad de recursos cr¨ªticos y tecnolog¨ªas necesarios para la seguridad nacional.
El mes que viene las elecciones de Taiwan se juegan la soberan¨ªa del pa¨ªs contra China sino de la Taiwan Semiconductor Manufacturing Company, el principal fabricante de semiconductores del mundo. Francia ha tomado medidas superproteccionistas para impulsar su propia industria, y con Alemania amenaza tumbar la ley de IA para no perjudicar a sus modelos m¨¢s prometedores, Aleph Alpha y Mistral. Aqu¨ª todo el el mundo quiere proteger sus recursos. El esc¨¢ndalo ser¨ªa no hacerlo nosotros tambi¨¦n.
Para el fondo ¨¢rabe, la cualidad m¨¢s atractiva de Telef¨®nica en este momento es su vulnerabilidad. El gigante espa?ol ha perdido gran parte de su valor de mercado e la ¨²ltima d¨¦cada. En los ¨²ltimos 15 meses ha vendido el 45% de su negocio de fibra rural, parte de su negocio de fibra ¨®ptica en latinoam¨¦rica y el 17% de su filial brit¨¢nica de torres a un fondo brit¨¢nico de infraestructuras. Es la m¨¢s vulnerable de las grandes operadoras europeas, un caramelo para inversores como Bin Salman. O BlackRock, socio del gobierno saud¨ª en operaciones de oriente medio y uno de los principales accionistas de Telef¨®nica por delante de BBVA y CaixaBank. Los dos juntos pueden hacer mucho da?o en una de las empresas m¨¢s importantes de nuestro pa¨ªs. No los podemos dejar.
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