Gaza no puede esperar
Estados Unidos permite t¨ªmidos avances pero impide a la ONU imponer un alto el fuego que es cada d¨ªa m¨¢s urgente
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se ha quedado corto esta semana en su segunda resoluci¨®n despu¨¦s de los ataques del 7 de octubre contra Israel. La cat¨¢strofe de Gaza est¨¢ adquiriendo proporciones apocal¨ªpticas, cuesti¨®n que exige por s¨ª sola un alto el fuego definitivo en lugar de breves pausas humanitarias como propugnaba su primera resoluci¨®n, tal como se?al¨® una vez m¨¢s el secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres. Es imprescindible para que lleguen los suministros y la asistencia sanitaria y se aseguren el cobijo, el agua y los alimentos a los 2,1 millones de gazat¨ªes, sometidos a condiciones de asedio y en un 85% desplazados forzosamente debido a los bombardeos y a las amenazas, muchas veces contradictorias, del ej¨¦rcito israel¨ª.
Los llamamientos al auxilio masivo a Gaza y el nombramiento de un coordinador especial que organice la ayuda humanitaria son pasos en la buena direcci¨®n, aunque todav¨ªa insuficientes, como ha reconocido la representaci¨®n palestina en Naciones Unidas. Estados Unidos no ha querido apoyar el necesario alto fuego inmediato y definitivo y se ha limitado a facilitar con su abstenci¨®n una resoluci¨®n en la que se llama a ¡°crear las condiciones para un cese sostenible de las hostilidades¡±. Tambi¨¦n ha sorteado con la figura del coordinador las exigencias israel¨ªes de inspecciones militares para toda la ayuda humanitaria. Estados Unidos ha evitado as¨ª ejercer por tercera vez su derecho de veto y, de paso, se ha salido con la suya al eludir una propuesta de resoluci¨®n m¨¢s en¨¦rgica, interpretada por Israel como una intromisi¨®n en su derecho a defenderse e incluso como una victoria de Ham¨¢s.
Hay otros motivos para que callen de una vez las armas. El m¨¢s evidente, el peligro de una escalada que encienda la regi¨®n entera. Un punto de ignici¨®n se halla en la frontera con L¨ªbano, donde a diario se incrementan los enfrentamientos con la guerrilla proiran¨ª de Hezbol¨¢, a la que Benjamin Netanyahu ha amenazado con una ofensiva de grandes dimensiones. El otro est¨¢ en las costas yemen¨ªes del estrecho de Bab el Mandeb, sometidas a la pirater¨ªa y a los misiles de los rebeldes hut¨ªes, tambi¨¦n proiran¨ªes, que perturban gravemente el transporte mar¨ªtimo hasta constituir un elemento de presi¨®n inflacionaria.
Esta crisis pone a prueba la capacidad de Joe Biden y de la diplomacia estadounidense. No puede despegarse de la posici¨®n belicista de Israel, pero quiere evitar la expulsi¨®n de la poblaci¨®n palestina de Gaza y una nueva ocupaci¨®n de la Franja. El valor final de la resoluci¨®n solo se conocer¨¢ si tiene efectos inmediatos en la ayuda humanitaria y viene acompa?ada de una fase de la guerra m¨¢s limitada, sin bombardeos masivos ni grandes operaciones terrestres, tal como Biden recomienda a Netanyahu. Ser¨ªa el paso previo para el urgente alto el fuego definitivo, la ¨²nica garant¨ªa de supervivencia para los gazat¨ªes.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.