Tratar la depresi¨®n

La depresi¨®n es como una espora que aguarda las condiciones ideales para manifestarse y colonizar el territorio. Le es suficiente un sitio sensible para incubarse y, sin la atenci¨®n adecuada, el doliente podr¨¢ estar tirado en la cama sin saber qu¨¦ hacer de su vida, pregunt¨¢ndose si sus amigos de verdad le estiman, si su trabajo merece la pena o si es justo tener una familia que le proteja. Construir¨¢ una encrucijada para desorientar al afectado. Le mostrar¨¢ mil motivos por los que puede sentirse agobiado; a veces lo debilita hasta llevarlo a un estado de inanici¨®n. La depresi¨®n se cura, no con voluntad, como mucha gente cree. Ayuda agradecer, perdonar, dormir bien y hacer ejercicio. Tambi¨¦n es remedio el cari?o y la atenci¨®n de los cercanos, el apapacho tierno. Un ba?o de qu¨ªmica cerebral y uno se siente repuesto. A veces, en medio de la agon¨ªa aparecen las ganas de ponerse los tenis para salir a ver el sol o las estrellas, y as¨ª comienza la caminata cuesta arriba, en ocasiones con un bast¨®n de antidepresivos y una mochila llena de pretextos para recuperarse.

Paulina Orozco Barboza. Guadalajara (M¨¦xico)

La importancia del primer ciclo

El primer ciclo de Educaci¨®n Infantil es el eterno olvidado. Todo ello deriva de la err¨®nea perspectiva que las personas tienen de esta etapa, ya que en el pasado se asociaba exclusivamente con la vertiente asistencial. Hoy, esta etapa tiene un gran potencial educativo y adquiere una gran relevancia para los m¨¢s peque?os puesto que es ese lugar donde comenzar a desarrollar la personalidad al socializar con iguales y avanzar en el lenguaje, donde hacer una inmersi¨®n de fondo en la dimensi¨®n emocional, art¨ªstica, cognitiva y f¨ªsica, desarrollando su autonom¨ªa progresivamente. Ya es hora de que reciba el reconocimiento que esta etapa merece y deje de ser el patito feo de la educaci¨®n.

Elisabet Guerrero Lozano. Marbella

Un logo rid¨ªculo

La Junta de Castilla y Le¨®n ha vuelto a presentar un logo de dudosa calidad y que pretende representar a nuestra tierra. Hace tiempo estuve unido a alguien de Andaluc¨ªa que comentaba que en su casa siempre hab¨ªan sentido cierta discriminaci¨®n por parte de los castellanos, gente fina y que hablaba ¡°bien¡±. Me dol¨ªa ver c¨®mo se pueden ensombrecer nuestras ra¨ªces. Hoy me duele ver c¨®mo mi tierra se desangra y vac¨ªa mientras sus instituciones la ridiculizan de este modo, y no dejo de recordar que algunas de las alabanzas m¨¢s bellas a esta tierra y sus campos vienen de un andaluz.

Carlos Crespo. Palacios de Goda (?vila)

Marea de indignaci¨®n

La costa gallega est¨¢ acostumbrada al bochorno. Bochorno por una comunidad internacional que no impone leyes que acoten a las navieras que campan a sus anchas por los oc¨¦anos y mares, diluyendo sus responsabilidades en un marem¨¢gnum de pa¨ªses y banderas. Bochorno por que los gobiernos, tanto auton¨®mico como nacional, implicados en la soluci¨®n de los vertidos gastan muchas de sus energ¨ªas en culpar al contrario en vez de trabajar para lograr un impacto m¨ªnimo de la contaminaci¨®n. La salud del mar, nuestro propio futuro y el porvenir de las gentes del mar bien se merecen soluciones consensuadas r¨¢pidas y eficientes.

Manolo Romasanta Touza. Sig¨¹eiro (A Coru?a)