Peligrosa espiral b¨¦lica?
Ir¨¢n y Pakist¨¢n extienden a Asia la tensi¨®n generada en Oriente Pr¨®ximo por la guerra de Gaza

Ir¨¢n tiene todos los alicientes para exhibir su capacidad nociva ante sus vecinos y sus enemigos en plena guerra de Gaza. Su centralidad en el llamado eje de la resistencia contra Israel y Estados Unidos le exige demostrar un cierto margen de disuasi¨®n que le permita mantener su autoridad entre sus socios de Hezbol¨¢ en L¨ªbano, los hut¨ªes en Yemen, el r¨¦gimen sirio y naturalmente Ham¨¢s en Palestina. Incluso en el interior del pa¨ªs. Los recientes atentados sufridos en Kerman, con un balance de 90 muertos, reivindicados por el Estado Isl¨¢mico, han sido un duro golpe para el r¨¦gimen de los ayatol¨¢s, que siempre ha considerado a ese grupo terrorista como un instrumento clandestino de Israel y Estados Unidos. Hay que contar, adem¨¢s, con su desprestigio y las persistentes dificultades de orden p¨²blico ante la oleada de protestas que empezaron en septiembre de 2022 y todav¨ªa se mantienen por el asesinato a manos de la polic¨ªa de Mahsa Amini, la joven kurda detenida por mostrar el pelo bajo el velo obligatorio.
Al igual que Putin identifica a sus enemigos con el nazismo, el Ir¨¢n de Al¨ª Jamenei hace lo propio con su doble espantajo del sionismo y el imperialismo americano, a los que atribuye todos los males, incluidas las protestas de las mujeres, y por supuesto los atentados terroristas que sufre su pa¨ªs. Aunque ahora no le interesa que la guerra de Gaza se desborde y convierta en una contienda regional en la que se vea directamente implicado, a Ir¨¢n le conviene preservar su imagen de potencia militar solidaria con Palestina sin aventurarse a provocar una intervenci¨®n a gran escala de Estados Unidos.
A este complejo equilibrio se deben los lanzamientos de misiles el lunes contra instalaciones que Teher¨¢n se?ala como pertenecientes al servicio secreto israel¨ª en Erbil, en el Kurdist¨¢n iraqu¨ª, y, el mismo d¨ªa, contra una base del Estado Isl¨¢mico en la provincia de Idlib, en Siria. Un d¨ªa m¨¢s tarde, la actividad militar iran¨ª se traslad¨® a la frontera con Pakist¨¢n mediante el lanzamiento de misiles sobre la vecina regi¨®n paquistan¨ª del Baluchist¨¢n, en una represalia contra la guerrilla separatista sun¨ª de Jaish al Adl (Ej¨¦rcito de la Justicia). Este ¨²ltimo incidente, sin conexi¨®n directa con la guerra de Gaza, mereci¨® una respuesta inmediata de Pakist¨¢n que atac¨® territorio iran¨ª. Aunque no sea de temer una continuaci¨®n de la escalada, lo que ha quedado en evidencia es la creciente disposici¨®n de ambas potencias regionales a utilizar la fuerza ante la ruptura de los equilibrios de poder y con el objetivo de conseguir mejores posiciones en un futuro orden geopol¨ªtico.
Parad¨®jicamente, Ir¨¢n y Pakist¨¢n manten¨ªan hasta ahora unas correctas relaciones de vecindad ¡ªtensadas tras el intercambio mortal de misiles¡ª a pesar de su adscripci¨®n mayoritaria a las dos ramas principales del islam: chi¨ª, la iran¨ª, y sun¨ª, la paquistan¨ª, con frecuencia enfrentadas hasta la violencia sectaria contra las comunidades minoritarias en los respectivos pa¨ªses. Justo antes del actual incidente, los ej¨¦rcitos de ambos Estados hab¨ªan realizado maniobras militares conjuntas. Finalmente, igual que Ir¨¢n ha buscado exhibir su fuerza ante el momento crucial del conflicto entre Israel y Ham¨¢s, Pakist¨¢n no ha querido quedarse rezagado en una respuesta que tambi¨¦n afecta a sus pretensiones de protagonismo como ¨²nica potencia musulmana que posee el arma nuclear. Como las detonaciones de explosivos por el efecto de simpat¨ªa, la onda expansiva de la guerra de Gaza est¨¢ empezando a alcanzar el continente asi¨¢tico. A la comunidad internacional corresponde detener por la v¨ªa diplom¨¢tica la espiral b¨¦lica.
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