La izquierda camino de las europeas
La clave no es qui¨¦n ganar¨¢ la pugna entre Podemos y Sumar, sino qu¨¦ quedar¨¢ de esa lucha tras las elecciones a la Euroc¨¢mara
La ¨²ltima vez que discut¨ª con miembros de lo que es hoy Izquierda Espa?ola les dije que se parec¨ªan a los ni?os de San Ildefonso, por lucir esa llamativa est¨¦tica personal tan atildada, como de alguien que, defini¨¦ndose progresista, siente que tiene que pedir perd¨®n desde lo textil. La raz¨®n de la pol¨¦mica se hallaba en su enmienda a la totalidad de la reci¨¦n aprobada reforma laboral, a la que calificaron de terrible cesi¨®n a los empresarios. No fueron los ¨²nicos que erraron en cargar contra uno de los grandes ¨¦xitos del Gobierno en favor de los trabajadores, aunque al menos ellos lo hicieron de manera di¨¢fana.
La an¨¦cdota no es gratuita. Explica que quien quiere lanzar un nuevo partido necesita oponerse a lo existente para tomar una cierta relevancia. Tambi¨¦n presentarse antes de las elecciones europeas, esa magn¨ªfica pista de despegue por su circunscripci¨®n ¨²nica y, adem¨¢s, conseguir toda la atenci¨®n medi¨¢tica posible. Si en la derecha husmean que de alguna forma vales para dividir el voto progresista tendr¨¢s su favor asegurado; hasta ah¨ª nada nuevo que no ocurriera en 2014 con Podemos. Cada cual sabe con qui¨¦n cena, con qui¨¦n se acuesta y d¨®nde busca la financiaci¨®n.
El problema de Izquierda Espa?ola no es ese, sino su car¨¢cter profundamente identitario y prepol¨ªtico. Lo primero, por construirse a la contra de los nacionalismos perif¨¦ricos, algo que ya pas¨® con UPyD y Ciudadanos, partidos de donde proceden algunos de sus componentes. Lo segundo, por fabular con que en Espa?a el centralismo furibundo puede ser funcional. Nuestra arquitectura institucional se pens¨® en la Transici¨®n para favorecer a la provincia sobre los n¨²cleos urbanos, all¨¢ donde eran fuertes los comunistas. Los jarrones chinos a los que hoy se les llena la boca de la palabra traici¨®n son los mismos que prefirieron a Tarradellas antes que al PSUC.
En el fondo, el valor de Izquierda Espa?ola no creo que sea siquiera electoral, sino de representar un suced¨¢neo progresista que se amolde a una peligrosa idea que circula en la Corte en los ¨²ltimos tiempos: se debe acabar con los nacionalistas vascos y catalanes (desde el nacionalismo espa?ol). La pusieron en circulaci¨®n Ayuso y Vox el pasado mayo, la retom¨® G¨¦nova en la jornada de los tres decretos. Ilegalizar partidos tiene dif¨ªcil encaje constitucional, pero antes de que cualquier realidad acabe tomando cuerpo es necesario anticiparla en el imaginario colectivo.
Una cosa son los pecados indepes, esa estomagante tendencia de Junts a tomarse esta legislatura como un todo o nada. Y otra bien diferente que las derechas, renuentes e incapaces de adaptarse a la realidad espa?ola de 2024, crean viable eliminar de la ecuaci¨®n a una parte del electorado. Feij¨®o tuvo que matizar, pero se intuye que el objetivo de fondo es amputar a una parte de quien compone el Legislativo para permitir una involuci¨®n reaccionaria sin contestaci¨®n. Suena excesivo, pero piensen cu¨¢l debe ser la medida del exceso para los que se confabularon para impedir la pasada investidura al llamamiento de ¡°el que pueda hacer, que haga¡±.
Esto, una derecha radicalizada con su centro de gravedad tendente a FAES, es lo que parece que olvidan en Podemos cuando deciden que el sabotaje a Yolanda D¨ªaz es m¨¢s importante que la estabilidad parlamentaria. Su objetivo es llegar a las europeas escenificando que son los guardianes de las esencias, algo perfectamente leg¨ªtimo de no ser porque a la hora de dar la nota adulteran el debate con coartadas que dificultan la pol¨ªtica real m¨¢s que favorecerla: que se lo pregunten a los m¨¢s de 700.000 perceptores del subsidio de desempleo que no disfrutar¨¢n el incremento de su prestaci¨®n. De la reciente escaramuza han obtenido v¨ªa directa con Bola?os, pero tambi¨¦n un previsible desgaste. El valor de una formaci¨®n peque?a, a la larga, se mide por lo que consigue, no por lo que complica.
Todo lo negativo que no se cansa de mostrar Podemos, atrapado en la isla del doctor Iglesias Moreau, no significa que Sumar despunte en algo positivo. Su fortaleza siguen siendo las pol¨ªticas desplegadas por Trabajo, como la reciente nueva subida del SMI, pero sus debilidades se muestran en el abstracto fondo ideol¨®gico del proyecto y su sesgo hacia las clases medias de las grandes ciudades, algo que la presentaci¨®n de su n¨²cleo dirigente hace dos domingos ha venido a confirmar. La Espa?a de 2024 no es la del 15-M, un partido es algo m¨¢s que el carisma de su l¨ªder y la conjunci¨®n de celebridades del activismo, la universidad y lo medi¨¢tico.
La clave no es qui¨¦n ganar¨¢ la pugna entre Podemos y Sumar, sino qu¨¦ quedar¨¢ de esa lucha tras las europeas. Los morados pueden morir matando al intentar situar a los de D¨ªaz como una copia de los verdes alemanes, pero la responsabilidad de no dejarse ubicar en ese ep¨ªgrafe recae enteramente sobre Sumar. Tienen su asamblea fundacional el pr¨®ximo 23 de marzo, una donde convendr¨ªa que primara la claridad program¨¢tica, sea del tipo que sea, sobre las buenas intenciones.
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