Mal clima, mala salud

La creaci¨®n esta legislatura de un Observatorio de Salud y Cambio Clim¨¢tico, anunciada recientemente por la ministra de Sanidad, M¨®nica Garc¨ªa, viene motivada en parte por la acumulaci¨®n de continuos r¨¦cords de calor, el ¨²ltimo, este mes de enero, que registr¨® hasta 30 grados, algo in¨¦dito en Espa?a en esta ¨¦poca del a?o y m¨¢s propio de la primavera. El ministerio atiende as¨ª, urgido por la gravedad de las evidencias, una antigua reivindicaci¨®n de investigadores en salud p¨²blica, sanitarios, expertos y entidades medioambientales.

Da tambi¨¦n una idea del desaf¨ªo la intenci¨®n de modificar el plan de temperaturas extremas para que pueda activarse en cualquier mes, atendiendo a la variaci¨®n t¨¦rmica y no al calendario. Desde hace dos d¨¦cadas y hasta ahora se activaba en junio, pero el a?o pasado ya se tuvo que adelantar al 16 de mayo. Adem¨¢s, se consider¨® la posibilidad de ponerlo en marcha entre el 1 de mayo y el 15 de octubre. En 2023 se ejecut¨® por primera vez un plan similar para las bajas temperaturas, que igualmente causan estragos entre los grupos de poblaci¨®n m¨¢s vulnerables.

Adem¨¢s de impulsar pol¨ªticas para reducir sus efectos en la naturaleza, el calentamiento global obliga a tomar medidas de forma inmediata en aspectos que van desde los horarios laborales y escolares hasta la apertura de refugios clim¨¢ticos en las ciudades para hacer frente a las cada vez m¨¢s habituales olas de calor. El incremento de las afecciones respiratorias y cardiovasculares y de las alergias o la aparici¨®n de enfermedades propias de otras latitudes ¡ªtropicales, por ejemplo¡ª son algunos de los efectos que la crisis clim¨¢tica provoca ya en nuestra salud.

El Observatorio no solo debe de dar cabida a una gobernanza que comprometa a todas las administraciones, tendr¨¢ que implicar al conjunto de la sociedad. La experiencia acumulada durante la pandemia de covid puede ser muy ¨²til al respecto. Si hay que modificar h¨¢bitos y horarios en escuelas y centros de trabajo, habr¨¢ que escuchar e informar a todos los sectores implicados y tener en cuenta criterios de equidad social para mitigar la desconfianza y la impotencia que en ocasiones la ciudadan¨ªa dice sentir cuando se enfrenta a retos que, como este, apelan a algo m¨¢s que a la conciencia ecol¨®gica.

Finalmente, es clave que el Observatorio de Salud y Cambio Clim¨¢tico, dependiente del Ministerio de Sanidad, contribuya a reforzar el sistema sanitario a la hora de prevenir los efectos de episodios extremos de fr¨ªo y de calor que suponen un peligro para la poblaci¨®n y una sobrecarga para los profesionales. Si el cambio clim¨¢tico no es solo una crisis medioambiental, sino tambi¨¦n una crisis de salud p¨²blica, las administraciones, y toda la sociedad, deben actuar en consecuencia.