Colombia combate el clasismo
El presidente Gustavo Petro quiere acabar con los estratos sociales, un sistema que naci¨® con vocaci¨®n solidaria, pero que hoy divide a la sociedad
El presidente colombiano, Gustavo Petro, ha dado la orden de eliminar los llamados estratos sociales para ayudar a combatir el clasismo. Desde los a?os noventa, la sociedad est¨¢ subdividida, desde el punto de vista administrativo, en seis pelda?os. Esta clasificaci¨®n ten¨ªa en un principio una inspiraci¨®n social. El prop¨®sito era que los habitantes de las zonas m¨¢s acomodadas, ubicadas en los estratos cinco y seis, subsidiaran los servicios p¨²blicos de las ¨¢reas m¨¢s empobrecidas de los niveles uno, dos y tres. Sin embargo, la catalogaci¨®n de las viviendas, de la que depende la pertenencia a un estrato o a una clase, degener¨® en un sistema que tiene m¨¢s que ver con los prejuicios que con los recibos de luz o agua.
Frases como ¡°se le nota el estrato¡± o ¡°se cree de mucho estrato¡±, utilizadas para se?alar la supuesta falta de gusto o las maneras de alguien, sirven como eufemismo para el clasismo m¨¢s rancio. Aunque una norma dif¨ªcilmente puede de por s¨ª cambiar costumbres arraigadas, ajustar el sistema de bonificaci¨®n de esos subsidios por uno m¨¢s acorde con los tiempos puede ayudar, de entrada, a modificar el lenguaje y abrir un debate m¨¢s sociol¨®gico que t¨¦cnico.
La propuesta de eliminar los estratos no es nueva, pero nunca ha podido llevarse a cabo. Creado hace 30 a?os, con la Constituci¨®n de 1991, de corte progresista, seg¨²n este sistema, el Estado estudia las condiciones socioecon¨®micas de los predios ¡ªla existencia y tama?o de su cocina, el estado de conservaci¨®n de sus ba?os, el material de sus muros¡ª y su entorno, como la existencia de v¨ªas pavimentadas. A partir de ello le asigna un estrato a cada inmueble. Numerados del uno al seis, los hogares en los tres estratos m¨¢s bajos pagan servicios p¨²blicos subsidiados, mientras que los dos estratos m¨¢s altos asumen un sobreprecio para ayudar a financiar esas ayudas. Un sistema solidario que, sin embargo, atiende m¨¢s a la situaci¨®n de las casas que a la de las personas.
Por eso, con un Estado m¨¢s evolucionado que ha creado mecanismos para conocer la situaci¨®n econ¨®mica de las familias, tambi¨¦n los t¨¦cnicos llaman ahora a eliminar el sistema. Es en ese momento que el presidente propone aprovechar una reforma para repensar tambi¨¦n el clasismo. Eliminar el sistema de estratos no acabar¨¢ ni, por un lado, con las ayudas p¨²blicas ni, por otro, con la discriminaci¨®n. Pero, as¨ª como puede ayudar a mejorar el reparto del dinero, puede ¡ªy debe¡ª promover una sociedad m¨¢s igualitaria desde su lenguaje. Es otra muestra de que los caminos para nivelar el terreno de juego no se limitan ni a la creaci¨®n de riqueza ni a su redistribuci¨®n: la igualdad pasa por c¨®mo nos entendemos y c¨®mo nos dirigimos unos a otros.
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