La ca¨ªda: objetos inocentes que nos matan

El 13 de enero fue el D¨ªa Mundial de la Lucha Contra la Depresi¨®n que, seg¨²n la OMS, afecta a 320 millones de personas, 18% m¨¢s que hace una d¨¦cada. Las ca¨ªdas, tambi¨¦n seg¨²n la OMS, causan cada a?o el fallecimiento de 684.000 personas y en 2021, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, fueron la segunda causa de muerte no natural en Espa?a (10 personas por d¨ªa), s¨®lo superada por los suicidios que son la primera causa externa de muerte en el pa¨ªs (en 2022 registraron un aumento de 5,6% en relaci¨®n con 2021). Depresi¨®n, ca¨ªdas, suicidios: las cifras son altas pero estamos a salvo. Son cosas que les pasan a otros, m¨¢s fr¨¢giles, m¨¢s infelices que nosotros. Semanas atr¨¢s se desat¨® en Buenos Aires una tormenta descomunal con vientos de 100 kil¨®metros por hora. Yo hab¨ªa llegado a casa apenas antes, despu¨¦s de una noche feliz. Estaba durmiendo cuando, a las tres de la ma?ana, me despert¨® el viento, aterrador como el graznido de un ave monstruosa. Aturdida, salt¨¦ de la cama para cerrar las ventanas pero me enred¨¦ en las s¨¢banas y me ca¨ª. Golpe¨¦ con la cabeza en el piso. Escuch¨¦ ¡°crack¡±. El cuello se deform¨® en una torsi¨®n horrible y naufragu¨¦ en una blancura cegadora. Me puse de pie como pude, aturdida. Recorr¨ª temblando la casa, que trepidaba bajo el dominio de esa bestia invisible, pregunt¨¢ndome si en realidad yo no estar¨ªa muerta, yacente en el piso del cuarto. Poco despu¨¦s, dos vecinos tocaron el timbre: la tapa de cemento de un tanque de agua hab¨ªa volado como un frisbee, se hab¨ªa incrustado en la puerta de nuestro edificio y la hab¨ªa destrozado. La muerte puede acechar en la puerta de casa, en una cama, a la ma?ana siguiente de una noche feliz. En la falsa seguridad de nuestros cuartos, los objetos inocentes nos matan y, si no nos matan, nos recuerdan que todos podemos, alguna vez, caer.