Acecha una cuarta guerra
Nunca el r¨¦gimen norcoreano hab¨ªa mostrado una cara tan peligrosa desde 1950
A las dos guerras ya en marcha, en Ucrania y en Gaza, y a la amenaza de una tercera en Taiw¨¢n, se suman ahora los negros nubarrones que anuncian la posibilidad de una cuarta. Para mayor dramatismo, un ingrediente com¨²n a todos estos escenarios se a?ade a las matanzas masivas ahora en marcha. El arma matadora de civiles por excelencia que es la bomba nuclear est¨¢ en manos de uno de los actores en cada uno de los conflictos potenciales o en curso. Notables historiadores y polit¨®logos han se?alado adem¨¢s el peligro de conexi¨®n entre conflictos y amenazas simult¨¢neos y recuerdan que as¨ª fue como se teji¨® la trama apocal¨ªptica de las dos grandes guerras mundiales del siglo XX.
La alarma se ha disparado con la creciente belicosidad de Corea del Norte, que acaba de abandonar su tradicional pol¨ªtica de reunificaci¨®n pac¨ªfica de la pen¨ªnsula en favor de la conquista militar de Corea del Sur. El dictador Kim Jong-un ha se?alado a su vecino y hermano del Sur, la Rep¨²blica de Corea, como su principal enemigo. A la vez, ha derribado el monumento construido en 2001 en homenaje a una futura reunificaci¨®n y cancelado de la Constituci¨®n la obtenci¨®n de tal objetivo hist¨®rico. Sucede en mitad del fragor de sus maniobras artilleras, amenazas nucleares y pruebas bal¨ªsticas sobre zonas mar¨ªtimas surcoreanas, una de las actividades que m¨¢s complacen al rollizo y belicoso aut¨®crata comunista. Nunca el r¨¦gimen hab¨ªa mostrado una faz tan peligrosa desde 1950, seg¨²n destacados expertos. Hasta el punto de que consideran que ya est¨¢ tomada la decisi¨®n de ir de nuevo a la guerra.
El camino agresivo de Rusia, y en distinto grado de China, no pod¨ªa quedar sin emulaci¨®n. A Kim Jong-un le sirven de inspiraci¨®n la invasi¨®n de Ucrania y las crecientes amenazas sobre Taiw¨¢n, pero tambi¨¦n la respuesta de Israel a los atentados masivos de Ham¨¢s del 7 de octubre. Cuando la pol¨ªtica de la fuerza se impone a la fuerza de la legalidad internacional, nada m¨¢s normal que los reg¨ªmenes m¨¢s gamberros pretendan superar el mal ejemplo de los m¨¢s poderosos. Asociados entre ellos, reh¨²yen las sanciones, asocian sus industrias destructivas e incluso obtienen rendimientos comerciales. Pyongyang se ha convertido en uno de los mayores suministradores de misiles, munici¨®n artillera y probablemente de material nuclear, primero para Rusia y luego para las fuerzas que combaten contra Estados Unidos e Israel por procuraci¨®n en L¨ªbano, Irak, Siria y Yemen.
Rusia y China estuvieron comprometidas en las conversaciones de desarme nuclear con Pyongyang entre 2003 y 2007 y luego en el acuerdo firmado con Ir¨¢n de 2015. Algo se ha hecho muy mal estas ¨²ltimas dos d¨¦cadas para que las peores dictaduras est¨¦n aline¨¢ndose ahora en un conglomerado amenazador, a semejanza de aquel Pacto Tripartito entre Alemania, Italia y Jap¨®n de 1940 que arruin¨® Europa y el mundo con la guerra m¨¢s devastadora de la historia.
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