Agua por acuerdo
Las medidas de emergencia como la Operaci¨®n Sagunto son positivas, pero se necesitan iniciativas a m¨¢s largo plazo y m¨¢s sostenibles contra la sequ¨ªa
A situaciones de emergencia, medidas de emergencia. Si la lluvia no rescata a la seca Catalu?a esta primavera, barcos cargados con agua de la desalinizadora de Sagunto (Valencia) empezar¨¢n en junio a atracar en el puerto de Barcelona para abastecer a la ciudad. El acuerdo suscrito este lunes entre el Gobierno ¡ªque pagar¨¢ el transporte¡ª y la Generalitat ¡ªque pagar¨¢ el agua¡ª es positivo por dos motivos. El primero, porque ofrece una esperanza a corto plazo frente a la sequ¨ªa. El segundo, porque ha sido posible gracias a la colaboraci¨®n de distintas administraciones territoriales.
La Comunidad Valenciana, ahora gestionada por el Partido Popular, va a facilitar la operaci¨®n y el Gobierno central ha acudido a socorrer a Catalu?a en tan preocupante coyuntura. Andaluc¨ªa estudia un plan similar y Murcia se muestra tambi¨¦n dispuesta a colaborar. Ambas administraciones est¨¢n en este caso en manos del PP, pero conviene recordar las guerras del agua que ha sufrido Espa?a hist¨®ricamente para valorar en sus justos t¨¦rminos el entendimiento. Como en el caso de la Operaci¨®n Sagunto y en las mismas condiciones, tambi¨¦n participar¨¢ el Gobierno central, por lo que es previsible que en breve los barcos procedentes de la desalinizadora de Cartagena lleguen a Almer¨ªa, M¨¢laga y C¨¢diz.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera, ha lamentado que en el pasado se descartara la construcci¨®n de nuevas plantas desalinizadoras. Es un reproche que apunta un problema no solo achacable a la falta de lluvias. Espa?a es uno de los pa¨ªses que m¨¢s agua desalada produce en el mundo, pero los expertos y la realidad llevan a?os demostrando que la escasez es estructural y que la crisis clim¨¢tica empeora la situaci¨®n. El futuro ser¨¢, en definitiva, mucho peor y frente a tal evidencia escandaliza o¨ªr a pol¨ªticos que se limitan a pedir que llueva. Cambiar los h¨¢bitos de consumo, ahorrar agua y perseguir la eficiencia son buenas recetas que deben impulsarse ya. Pero tampoco son suficientes. Se necesitan m¨¢s plantas desalinizadoras y que, adem¨¢s, estas aprovechen al m¨¢ximo las energ¨ªas renovables.
En el acuerdo suscrito el lunes con la Generalitat se prev¨¦ ampliar la capacidad de las ya existentes e incluso construir dos nuevas. El problema es que lleva a?os poner en marcha tales proyectos. De ah¨ª que la imprevisi¨®n pasada conduzca ahora a soluciones de emergencia, como la de los barcos, altamente da?inas para el medio ambiente y, adem¨¢s, mucho m¨¢s caras. Ya se han producido algunas subidas en el recibo del agua y la l¨®gica tendencia no es halag¨¹e?a. La agricultura, que consume casi el 80% de la producci¨®n h¨ªdrica, se enfrenta, por tanto, a problemas a?adidos. Hoy la primera urgencia es mitigar la sequ¨ªa; la segunda, sentar las bases cuanto antes para ofrecer un futuro medioambiental y econ¨®micamente m¨¢s sostenible.
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