A los que vengan
Si ustedes ¡ªque nos leen desde el futuro¡ª juzgan aquello que consentimos en la franja de Gaza, sepan que lo vimos
La verdad es que lo vimos. Vimos eso y las dem¨¢s cosas, porque en aquella ¨¦poca lo ve¨ªamos todo y nos ve¨ªan, aunque costaba distinguir las im¨¢genes reales y las que creaba la inteligencia artificial. Era l¨®gico: si costaba distinguir la realidad de la ficci¨®n, si la realidad a veces se expresaba como si fuera el guion de una serie. Pero la verdad es que lo ve¨ªamos. Vimos el atroz ataque de Ham¨¢s sobre Israel y sus secuestros. Y vimos que, a esos atentados, el Estado de Israel respondi¨® con una virulencia a la que el exfiscal del Tribunal Penal Internacional le encajaba con la definici¨®n de genocidio. Vimos ese debate sobre el nombre de las cosas, aunque hab¨ªa ya palabras para describirlo. Matanza, por ejemplo.
Vimos que Israel les dijo a los civiles palestinos que se fueran de sus casas y se agolparan sin recursos, sin luz ni apenas comida, en el conf¨ªn de Rafah, de donde no podr¨ªan salir. Y cuando estuvieran all¨ª, con las puertas de Egipto cerradas y militarizadas, Israel anunciar¨ªa un ataque que extendiera el miedo entre los civiles que no ten¨ªan escapatoria. Vimos los n¨²meros de los ni?os muertos, de los ni?os asesinados, y los heridos atendidos en hospitales bombardeados.
Vimos la historia de la ni?a de cinco a?os acribillada junto al resto de su familia, junto a los sanitarios que fueron en su busca, despu¨¦s de que sus padres hubieran metido a los ni?os en el coche siguiendo las recomendaciones del Gobierno de Israel. Vimos la imagen de una familia embutida en los restos de un coche que cargaba en el techo con todo lo que les quedaba: con su vida a cuestas. Vimos que a las voces que clamaban contra el exceso de un Estado moderno se las pon¨ªa bajo sospecha, fueran Ant¨®nio Guterres o Josep Borrell. Vimos que al rescate de dos de los secuestrados por Ham¨¢s, en una operaci¨®n en la que murieron al menos 67 gazat¨ªes, seg¨²n las autoridades que controla Ham¨¢s, el primer ministro Netanyahu lo llam¨® operaci¨®n perfecta. Perfecta fue la palabra que utiliz¨®.
Todo eso lo vimos, m¨¢s las otras guerras que ignoramos. Porque verlo todo no supon¨ªa querer mirarlo. Porque todo no se puede. Si ustedes ¡ªque nos leen desde el futuro¡ª juzgan aquello que consintieron las generaciones que les precedieron ¡ªnosotros¡ª, que sepan al menos que lo vimos. Que es f¨¢cil el juicio en la distancia, lo mismo que a nosotros nos ser¨ªa f¨¢cil caer en esa tentaci¨®n ante las matanzas del pasado, la de preguntarnos c¨®mo fue que las consintieron o que pudieran pasar. Que sepan, porque seguramente lo van a saber en las vidas que ustedes vivan, que esas preguntas tambi¨¦n les perseguir¨¢n a ustedes y a sus conciencias, porque cambian las tecnolog¨ªas y las gentes, pero, en realidad, nada es nuevo del todo. No ser¨¢ f¨¢cil la respuesta, si es que ustedes la encuentran. Pero miren, al menos miren.
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