Armas, ¨¢rboles o f¨¢bricas
Queremos ayudar a Ucrania a luchar contra los rusos, depender menos de China, reindustrializarnos, invertir en pol¨ªticas contra el cambio clim¨¢tico, y hacer frente a la crisis demogr¨¢fica. No hemos hecho n¨²meros
Lo que est¨¢ ocurriendo en Alemania en estos momentos deber¨ªa servir como signo de alerta temprana de lo que ocurre cuando se intenta hacer demasiadas cosas al mismo tiempo. Es el primer pa¨ªs que se enfrenta a una dura restricci¨®n presupuestaria. Esto se debe a que Alemania tiene normas fiscales m¨¢s estrictas que los dem¨¢s. ...
Lo que est¨¢ ocurriendo en Alemania en estos momentos deber¨ªa servir como signo de alerta temprana de lo que ocurre cuando se intenta hacer demasiadas cosas al mismo tiempo. Es el primer pa¨ªs que se enfrenta a una dura restricci¨®n presupuestaria. Esto se debe a que Alemania tiene normas fiscales m¨¢s estrictas que los dem¨¢s. En noviembre, una sentencia del Tribunal Constitucional alem¨¢n aplic¨® esas normas de la forma m¨¢s estricta posible. Por otro lado, las normas fiscales de la UE tambi¨¦n vuelven a entrar en vigor este a?o. Hasta ahora, los gobiernos no se las han tomado muy en serio. Pero eso cambiar¨¢ en el presupuesto del a?o que viene.
El Gobierno franc¨¦s registr¨® un d¨¦ficit fiscal del 4,9% en 2024, sin que se vislumbre una verdadera consolidaci¨®n fiscal. Es posible que solo nos separen un par de rebajas de la calificaci¨®n de la deuda p¨²blica francesa de la siguiente crisis de deuda soberana en la eurozona. Con Giorgia Meloni, Italia tiene una primera ministra que ha logrado evitar las pantallas de radar de los vigilantes del mercado de bonos. Pero su Gobierno tampoco est¨¢ abordando el problema fundamental de la econom¨ªa italiana: la falta de crecimiento de la productividad. La austeridad acecha ahora en todas partes.
Algunos de nuestros problemas fiscales vienen impuestos por acontecimientos externos. Alemania gasta el 0,5% de su producto interior bruto en ayuda a Ucrania. El Reino Unido gasta el 0,4%. Francia e Italia gastan menos del 0,1%, pr¨¢cticamente nada. Esto es lo que pasa cuando te encuentras con limitaciones presupuestarias. Puedes envolverte en una bandera ucrania. Pero no puedes ayudar.
Por si fuera poco, existe un consenso entre los miembros europeos de la Alianza Atl¨¢ntica sobre la necesidad de gastar m¨¢s en defensa. Alemania ha tenido problemas para cumplir el objetivo de gasto en defensa de la OTAN del 2% del PIB, lo que llev¨® a Donald Trump a amenazar con que no proteger¨ªa a Europa de un ataque de Rusia. Durante la primera fase de la Guerra Fr¨ªa, entre 1954 y 1969, Alemania gast¨® el 4,7% en defensa (cifras de Warwick). En la mayor¨ªa de las econom¨ªas avanzadas, el gasto en defensa se redujo en las d¨¦cadas de 1970 y 1980 hasta aproximadamente el 3%-4%. Y en la ¨²ltima d¨¦cada, se situaba por debajo del 2% de media. En vista de los conflictos geopol¨ªticos presentes y futuros, el gasto en defensa tendr¨¢ que volver a aumentar, posiblemente al nivel en que estaba durante la Guerra Fr¨ªa.
Dado que a los bancos centrales les resulta m¨¢s dif¨ªcil engullir la deuda p¨²blica sin crear inflaci¨®n, ser¨¢n los gobiernos los que establezcan las prioridades de gasto. La gran decisi¨®n del Gobierno de Joe Biden ha sido la Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n, probablemente el ejemplo de pol¨ªtica industrial con m¨¢s ¨¦xito de la historia. Tras d¨¦cadas de estancamiento, la inversi¨®n industrial estadounidense se ha disparado, pero a costa de Europa. China tambi¨¦n est¨¢ inundando los mercados con exportaciones subvencionadas. La consecuencia es la desindustrializaci¨®n de Europa.
A esto se a?ade otra crisis: la jubilaci¨®n de la generaci¨®n de la explosi¨®n demogr¨¢fica y el aumento de los costes para subvencionar las pensiones y pagar la asistencia a la tercera edad. Todo el mundo lo ve¨ªa venir, pero pocos gobiernos hicieron las previsiones fiscales necesarias. El economista brit¨¢nico Charles Goodhart ve en ello el motivo de otra crisis financiera.
Occidente se enfrenta a crisis fiscales m¨¢s o menos previsibles, en el gasto de defensa, en el envejecimiento de la poblaci¨®n, en el comercio mundial y en las guerras de terceros, as¨ª como en frente del cambio clim¨¢tico. El gasto en defensa est¨¢ fuertemente relacionado con la amenaza percibida. El coste del envejecimiento de la poblaci¨®n es tambi¨¦n, en gran medida, un coste fijo. No se puede negar la asistencia sanitaria a quienes la necesitan.
Entonces, ?qu¨¦?
En Alemania ya podemos ver ad¨®nde nos lleva esto. El Gobierno alem¨¢n est¨¢ empezando a reducir el gasto en medidas contra el cambio clim¨¢tico y las inversiones del sector p¨²blico. La decisi¨®n del Partido Laborista de dar marcha atr¨¢s a su plan de gasto contra el cambio clim¨¢tico no es un hecho tan aislado como parece. Siempre que los pa¨ªses aplican medidas de austeridad, lo primero que se reduce es la inversi¨®n.
Las pol¨ªticas ecol¨®gicas constituyen una parte importante de la inversi¨®n. La oposici¨®n alemana, la CDU/CSU, ya ha empezado a romper el consenso de la UE sobre la pol¨ªtica medioambiental al oponerse a los puntos clave de la agenda verde de la UE y de Alemania, incluida la ley de restauraci¨®n de la naturaleza de la UE y la propia ley sobre la calefacci¨®n dom¨¦stica de Alemania.
Hasta hace unos a?os, el pa¨ªs germano se regodeaba en la ilusi¨®n de que se convertir¨ªa en l¨ªder mundial de las tecnolog¨ªas verdes. Ahora sabemos que no es as¨ª. China es la campeona de las bater¨ªas de autom¨®viles y la tecnolog¨ªa solar. La Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n de Estados Unidos tambi¨¦n est¨¢ atrayendo a los productores verdes y alej¨¢ndolos de Europa.
Alemania incluso ha empezado a oponerse a la nueva pol¨ªtica exterior basada en valores, que su Gobierno ha defendido hasta hace poco. La semana pasada, el Ejecutivo alem¨¢n neg¨® su apoyo a una de las leyes m¨¢s importantes de la UE con la actual Comisi¨®n Europea: una ley europea sobre la cadena de suministro para obligar a las empresas a garantizar que ninguno de sus proveedores viola las normas laborales internacionales, por ejemplo, sobre el trabajo en condiciones de esclavitud o sobre el trabajo infantil. Alemania ya aplica una versi¨®n mucho m¨¢s suave de esa ley y ha descubierto que incluso esta versi¨®n de la ley supone un elevado coste de cumplimiento para las empresas.
Alemania es el canario en la mina de carb¨®n, el pa¨ªs en el que las diversas colisiones fiscales se iniciaron antes. Pero no es la ¨²nica.
Los pa¨ªses europeos pueden optar por respuestas diferentes. Es posible que algunos intenten subir los impuestos. Otros tratar¨¢n de gastar menos en defensa que los dem¨¢s. La mayor¨ªa reducir¨¢ las inversiones verdes. De un modo u otro, la austeridad se acerca.