Bruselas pone reparos a las cuentas de Alemania y Francia mientras que aprueba las de los viejos PIGS
La Comisi¨®n dio el visto bueno a los presupuestos de los pa¨ªses que m¨¢s problemas fiscales tuvieron la pasada d¨¦cada
Las notas a los planes presupuestarios que ha repartido Bruselas esta semana a los miembros de la zona euro han dejado una foto llamativa e impensable la d¨¦cada pasada, cuando m¨¢s arreciaba la crisis financiera. Pa¨ªses como Grecia, Irlanda, Chipre o Espa?a, que precisaron entonces de ayuda financiera de una forma u otra, vieron c¨®mo la Comisi¨®n Europea dec¨ªa que sus borradores de presupuestos estaban ¡°en l¨ªnea¡± con sus recomendaciones, que es la forma con que se dan los aprobados sobre las cuentas. En cambio, los alumnos entonces aventajados, como Pa¨ªses Bajos, Alemania, Austria o Luxemburgo, ahora ¡°no est¨¢n totalmente en l¨ªnea¡±. En el otro extremo, Francia, B¨¦lgica o Finlandia tuvieron lo m¨¢s parecido a un suspenso.
Durante la crisis financiera, se construy¨® en los mercados un acr¨®nimo muy peyorativo con las primeras s¨ªlabas del nombre de los pa¨ªses (en ingl¨¦s) que m¨¢s problemas tuvieron y que, adem¨¢s, recibieron ayudas de sus socios para poder atender a sus obligaciones financieras o rescatar a su banca: Portugal, Irlanda, Grecia y Espa?a (Spain). La palabra que surg¨ªa era PIGS (cerdos, en ingl¨¦s). La foto del martes, en cambio, era muy distinta. Pr¨¢cticamente el cuarteto completo aprobaba y el ¨²nico que no, Portugal, recibe un claro reconocimiento en su informe de calificaci¨®n cuando destaca que alcanza sin problemas su objetivo presupuestario de d¨¦ficit a medio plazo. No en vano, el desfase te¨®rico es de solo un 0,5% del PIB y, en cambio, Lisboa acabar¨¢ este a?o y el que viene con super¨¢vit presupuestario y su deuda p¨²blica caer¨¢ a un nivel en torno al 100% del PIB en 2024.
M¨¢s problemas tiene, sin embargo, uno de los miembros que se sumaron a aquel club de mala fama fiscal, Italia. Como Portugal, est¨¢ entre los que no han presentado un proyecto de presupuestos completamente alineado con las recomendaciones fiscales de Bruselas. Pero en este caso, no hay elementos que sirvan de contrapeso: previsiones de d¨¦ficit bastante por encima del 4% del PIB este ejercicio y el pr¨®ximo y una deuda p¨²blica en algo m¨¢s del 140% de su PIB (sobre 2,8 billones de euros).
Aunque casi m¨¢s que los aprobados, resulta bastante sorprendente la calificaci¨®n a Alemania. Berl¨ªn, en principio, s¨ª sigue las recomendaciones comunitarias sobre lo que debe aumentar el gasto p¨²blico y cumple con el compromiso de mantener la inversi¨®n p¨²blica. Pero hay un punto en el que no acata el dictado de Bruselas: no empieza a retirar todav¨ªa las ayudas por la crisis energ¨¦tica y, por tanto, no destina ese ahorro a reducir el d¨¦ficit. No es grave y m¨¢s teniendo en cuenta que su d¨¦ficit est¨¢ por debajo del 3% y su deuda se aproxima al 60%, los n¨²meros m¨¢gicos de los tratados comunitarios.
Pero tambi¨¦n es cierto que ese cachete llega en el peor momento posible para el Gobierno del sem¨¢foro (nombre de la coalici¨®n gubernamental), cuando el Tribunal Constitucional de ese pa¨ªs ha tumbado la decisi¨®n de reasignar 60.000 millones de deuda no gastados durante la pandemia a un fondo de ayudas para la transici¨®n ecol¨®gica. El fallo ha provocado una grave crisis pol¨ªtica y presupuestaria que ha forzado al Gobierno que dirige Olaf Scholz a suspender el l¨ªmite constitucional de la deuda.
Con Francia, la otra gran econom¨ªa de la eurozona, la calificaci¨®n de Bruselas no es tan anecd¨®tica. Su situaci¨®n fiscal es bastante m¨¢s precaria que la de Alemania. Sus cuentas cerrar¨¢n con unos n¨²meros rojos que rondan el 4,5% del PIB y su deuda p¨²blica est¨¢ estancada en una cifra equivalente al 109%. Sendas cifras y los pron¨®sticos para ellas, especialmente para la ¨²ltima, est¨¢n pesando en la posici¨®n que Par¨ªs mantiene durante la negociaci¨®n de la reforma de las reglas fiscales, reclamando m¨¢s flexibilidad en los nuevos reglamentos para que los presupuestos futuros puedan contener una rebaja de la deuda sin ahogar la inversi¨®n.
La evaluaci¨®n fiscal conocida esta semana tiene un asterisco claro para pa¨ªses como Espa?a y Luxemburgo, en los que hasta hace poco ha habido Gobiernos en funciones que no pod¨ªan presentar un borrador de presupuestos definitivo. Por eso, Bruselas ha reclamado a estos Estados que env¨ªen ¡°tan pronto como sea posible¡± los planes finales. Ser¨¢ entonces cuando se sepa si se confirma el aprobado espa?ol y si el nuevo Ejecutivo convence a los economistas de la Comisi¨®n Europea, que no dejan de recordar que la situaci¨®n fiscal espa?ola ¡°es muy dif¨ªcil¡±.
Esta conclusi¨®n se asienta en los vaticinios sobre el d¨¦ficit, del 3% para 2023 y 2024, y en que la deuda, aunque seguir¨¢ cayendo, se mantendr¨¢ en un nivel alto (106,5% del PIB) y no descender¨¢ a la velocidad que lo ha hecho en los a?os anteriores, pues el crecimiento ser¨¢ menor y la inflaci¨®n ¡ªuna gran ayuda cuando se trata de reducir los pasivos¨D tambi¨¦n va a perder fuerza.
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