¡®Pay and sit¡¯
La Fundaci¨®n Arrels llena sus redes sociales de ejemplos de arquitectura hostil que dificulta la vida a los m¨¢s de 1.300 ¡®sin techo¡¯ de Barcelona
Las ciudades ¡ªmenos Nueva York¡ª tambi¨¦n duermen. El madrugador, ya sea para sacar el perro, para correr o por imperativo filial, tiene a su alcance el lujo de verlas despertar. Presenciar como poco a poco se activa el tr¨¢fico, se levantan algunas persianas, y los primeros trabajadores toman un caf¨¦ r¨¢pido antes de arrancar. Los hogares encienden la luz, como espasmos sincronizados, y el olor a cruas¨¢n reci¨¦n hecho asoma por cualquier esquina mientras los empleados municipales adecentan las calles.
En la intemperie, otro tipo de vida tambi¨¦n amanece. Sacos de dormir que se remueven, una mano que asoma, un gorro que se cae al desperezarse, y el resto de la persona que emerge, con los ojos hinchados de una noche inc¨®moda. El d¨ªa empieza tempran¨ªsimo, por obligaci¨®n. O se levanta, o no tardar¨¢ en llegar la polic¨ªa para recordarle que no puede seguir durmiendo en la calle. La jornada no debe comenzar con ese banco, ese soportal o ese parterre ocupado.
¡°?Funcionar¨ªa esto en tu pa¨ªs?¡±, escribe una cuenta de X llamada Momentos Virales, con m¨¢s de un mill¨®n y medio de seguidores. En la imagen, se observa un banco de madera en un parque, con pinchos met¨¢licos que impiden sentarse. Hasta ¨¦l llega un hombre, malet¨ªn en mano, que introduce una moneda de 50 c¨¦ntimos en la ranura met¨¢lica de la pata derecha. Los pinchos bajan, y el se?or, encamisado, se sienta, bebe un poco de agua, se come una manzana y ojea un diario¡ Hasta que una tenaz alarma le avisa que se le ha acabado el tiempo. Sin olvidar su ajada cartera marr¨®n, el hombre se levanta y acepta parsimonioso que el tiempo en su banco privado ha acabado.
Funcionar¨ªa esto en tu pa¨ªs? pic.twitter.com/MeNUOohK3u
— Momentos Virales (@momentoviralx) February 24, 2024
Las respuestas al tuit se dividen entre los que creen que en su pa¨ªs lo robar¨ªan (¡°le sacan las monedas, desarman la banca y la venden por partes¡±), los que aseguran que no valdr¨ªa para nada porque el mundo est¨¢ lleno de p¨ªcaros (¡°Le pones una tabla encima y ya¡±), los que consideran que es un abuso que les cobren a¨²n por m¨¢s cosas (¡°No den ideas, si ya se pagan muchos impuestos. ?Otro m¨¢s? NO¡±), y quienes le ven fallos al invento (¡°?Qu¨¦ pasar¨¢ cuando un ni?o se haga da?o?¡±). Solo unos pocos se indignan ante la iniciativa de privatizar un banco en un lugar p¨²blico (¡°Eso me parece muy capitalista¡±).
De manera recurrente, el banco de Fabian Brunsing, Pay and Sit. Private bench, vuelve a X por alguna de las numerosas cuentas que postean curiosidades descontextualizadas y esperan a que se hagan virales. El artista y fot¨®grafo alem¨¢n lo cre¨® en 2008, como cr¨ªtica del uso del espacio p¨²blico en una sociedad en la que todo est¨¢ en venta. Solo algunos usuarios de X detectan que es tambi¨¦n una soluci¨®n cruel para que los sin techo no tengan donde descansar. ¡°Arquitectura hostil¡±, escribe uno de ellos.
Pero el banco privado de Brunsing no est¨¢ tan lejos de la realidad. La cuenta verificada Masssimos tuitea un asiento de una ciudad de Jap¨®n, con varias crestas intermedias simulando un dinosaurio. Los seguidores no tardan en reprochar la ¡°manera muy mona¡± de evitar que se tumben personas sin hogar. Estaciones de metro sin asientos, bancos met¨¢licos redondos, m¨¢s bancos individuales que de varias plazas, reposabrazos intermedios¡ X recoge numerosos ejemplos. ¡°Le llamaremos arquitectura hostil porque cabrones miserables no queda bien¡±, considera una usuaria.
Li direm arquitectura hostil perqu¨¨ cabrons miserables no queda b¨¦. pic.twitter.com/UwKWjvV9Kp
— Carlota (@carlotaluque) January 19, 2023
Desde hace una semana, la Fundaci¨®n Arrels, que trabaja ayudando a las m¨¢s de 1.300 personas sin techo que viven en Barcelona, cuelga en sus redes sistemas variopintos para impedir el descanso en la calle. Es el resultado de un estudio colectivo en la ciudad de Barcelona y otros municipios catalanes, en el que han implicado a m¨¢s de 400 estudiantes, escuelas y todo aquel que haya querido sumarse. Han elaborado un mapa p¨²blico con un millar de ubicaciones de la arquitectura hostil de una sociedad insensibilizada que olvida que la mayor¨ªa est¨¢ m¨¢s cerca de dormir en la calle que de comprarse un yate.
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