Marfil, rinocerontes y criminales organizados: el mundo responde
El tr¨¢fico de especies silvestres es una inmensa y creciente industria criminal. Que mueve en el mundo, con impunidad, m¨¢s de 20.000 millones de d¨®lares al a?o
Cada 15 minutos se mata un elefante, por su marfil. Cada d¨ªa, dos rinocerontes, por su cuerno. Los grupos delictivos organizados contra la fauna y la flora silvestres operan a tal escala industrial que, especies amenazadas como los elefantes o los rinocerontes, deben estar bajo vigilancia armada las 24 horas del d¨ªa.
?Impunidad total? No. Hay un marco de derecho internacional claro y que debiera servir como disuasivo y respuesta sancionatoria. Por ejemplo, la clara y precisa Convenci¨®n de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, adoptada en noviembre del 2000, establece las obligaciones de cooperaci¨®n judicial y policial internacional entre los Estados contra esas modalidades de delincuencia. Los grupos criminales organizados contra la fauna y la flora silvestres que vienen operando son, precisamente, el foco de la Convenci¨®n.
Hay algunas dificultades operacionales. Pero la verdad es que, pese a las limitaciones, hay respuestas relevantes. Destaca la colaboraci¨®n entre los Estados concernidos con organizaciones de la sociedad civil. Como las que viene impulsando, con energ¨ªa y eficacia, por ejemplo, la Wildlife Justice Commission (WJC, o Comisi¨®n de Justicia para la Vida Silvestre) con sedes en los Pa¨ªses Bajos y EE UU.
Esta convergencia de actuaciones ilustra bien sobre algunos de los caminos m¨¢s eficaces para golpear con contundencia a las redes del crimen organizado en torno a especies protegidas.
Especies ¡°protegidas¡±¡ pero en el papel
El tr¨¢fico de especies silvestres es una inmensa y creciente industria criminal. Que, se calcula, mueve en el mundo, con impunidad, m¨¢s de 20.000 millones de d¨®lares al a?o. Estas redes delictivas atraviesan naciones y continentes parte incluyen, muchas veces, funcionarios de aduana y de polic¨ªa.
Solo el tr¨¢fico de drogas, seres humanos y armas constituyen estructuras de crimen organizado m¨¢s poderosas.
En las complejas redes operativas que se extienden por diferentes pa¨ªses, encontramos un extremo marcado por la conducta pasiva de indolentes y corruptos funcionarios aduaneros de pa¨ªses proveedores de especies silvestres en extinci¨®n, como Nigeria o Sud¨¢frica, que optan por ¡°mirar al costado¡± y dejar que su bien aceitada indolencia deje salir de su pa¨ªs valiosos colmillos de elefante o escamas de pangol¨ªn.
En el otro extremo de la cadena de este comercio ilegal, est¨¢n individuos anhelantes del valioso y bello marfil. Pero en lo que destacan, m¨¢s all¨¢ de quienes buscan marfil para el ¡°ornato¡±, compradores de la tercera edad, a la b¨²squeda de un m¨ªtico equivalente del ¡°viagra¡±, supuestamente contenido en los cuernos de rinocerontes sacrificados. El precio del cuerno de rinoceronte, en el mercado negro, llega a los 60.000 euros por kilogramo. M¨¢s que la coca¨ªna. En pa¨ªses como China o Vietnam hay quienes piensan que el cuerno convertido en polvo, cura, desde la resaca hasta el c¨¢ncer.
Aunque sobre el papel, existen especies ¡°protegidas¡±, como los rinocerontes, en la pr¨¢ctica est¨¢n siendo liquidadas sistem¨¢ticamente, dejando cualquier atisbo de protecci¨®n en el olvido. Muchos de ellos son sacrificados, incluso, en parques nacionales, te¨®ricamente protegidos, como el parque nacional Kruger en Sud¨¢frica. Despu¨¦s de ser liquidados, los rinocerontes pasan, despu¨¦s, por ¨¢vidos intermediarios, operando muchas veces desde Vietnam, poniendo al acceso, y disfrute te¨®rico, de ancianos chinos, anhelantes de mayor vigor sexual, las supuestas ¡°virtudes¡± del cuerno de rinoceronte.
Casi todos los Estados cuentan con leyes contra los delitos contra la vida silvestre y el blanqueo de capitales, el fraude, la evasi¨®n fiscal y la corrupci¨®n asociados a ellos. Y son Estados parte de tratados internacionales concebidos, precisamente, contra la criminalidad organizada o para impedir el comercio ilegal de especies silvestres. Pero este comercio sigue diezmando nuestro patrimonio natural.
Tiburones: en peligro de extinci¨®n
Los h¨¢bitats fr¨¢giles est¨¢n amenazados y las comunidades y los medios de vida desestabilizados. Y no solo en ?frica, sino hasta en los mares del Pac¨ªfico sudamericano.
El ataque inmisericorde a la vida silvestre tiene que ver no solo con mam¨ªferos en proceso de extinci¨®n (como elefantes o rinocerontes). Tambi¨¦n afecta a especies marinas, como los tiburones, que estuvieron en la cima de la cadena alimenticia por millones de a?os. Al esparcir nutrientes y absorber carbono, mantienen los ecosistemas marinos en balance, desde adentro. Su eventual exterminio afecta el conjunto de ecosistemas marinos.
La tragedia incontrastable es que los tiburones y sus ecosistemas se encuentran hoy en grave peligro en pa¨ªses como Per¨², con grandes zonas de presencia mar¨ªtima. Las aletas de tibur¨®n son objetivos apetecidos para pescadores pues pueden venderse por un precio alto y sirven como un s¨ªmbolo de estatus en culturas orientales y son utilizadas en un plato popular en la China (sopa de aleta de tibur¨®n).
Seg¨²n Naciones Unidas, casi 100 millones de tiburones son matados cada a?o. La disminuci¨®n de la poblaci¨®n de tiburones en Per¨², por ejemplo, puede conducir a consecuencias no deseadas en ecosistemas marinos, tales como el colapso de poblaciones de peces que son importantes tanto a nivel comercial como econ¨®mico, adem¨¢s de contribuir al cambio clim¨¢tico global.
Golpes severos al tr¨¢fico ilegal
El mes pasado, Olivia Swaak-Goldman, directora ejecutiva de la WJC, anunci¨® golpes severos en Nigeria al tr¨¢fico de especies africanas protegidas. Antes de incorporarse a la WJC, Swaak-Goldman, entre otras responsabilidades, fue jefa del Grupo de Trabajo de Relaciones Internacionales de la Fiscal¨ªa de la Corte Penal Internacional.
En el anuncio resalt¨® el ¨¦xito de la asociaci¨®n de la WJC con el Servicio de Aduanas de Nigeria (NCS). Precis¨® que se efectuaron varias detenciones en una investigaci¨®n conjunta dirigida contra las redes de proveedores il¨ªcitos de fauna y flora silvestres.
Durante la operaci¨®n, el NCS incaut¨® nada menos que cinco piezas de colmillos de marfil, con un peso total de 25 kilogramos y un valor aproximado de 16.000 d¨®lares. Con ello, el n¨²mero total de detenidos desde el inicio de la colaboraci¨®n institucional asciende a 27; las incautaciones ascienden a casi 10 toneladas de escamas de pangol¨ªn y m¨¢s de una tonelada de marfil.
En medio de este panorama, plagado, usualmente, de desaliento, como se ve en este ejemplo, los sistemas de seguridad logran asestar golpes severos a quienes trafican con especies protegidas. No es cosa de todos los d¨ªas. Pero entran en ese listado, por ejemplo: elefantes y sus valiosos colmillos de marfil, rinocerontes y su cotizado colmillo o las, tambi¨¦n valiosas escamas de pangol¨ªn.
Por iniciativas como estas, el tr¨¢fico de estas especies ha alcanzado su nivel m¨¢s bajo en cinco a?os. Tambi¨¦n ha permitido desplazar el tr¨¢fico de marfil y escamas de pangol¨ªn de Nigeria a otros pa¨ªses.
La crucial Wildlife Justice Commission
Hechos criminales como estos se encuentran, plena y s¨®lidamente documentados por organizaciones como la WJC. Que sustenta, conceptualmente, sus an¨¢lisis en tesis jur¨ªdicamente sustentadas c¨®mo que nuestra fauna y flora silvestres no pueden estar a la venta al mejor postor, y que deben protegerse de los traficantes que convierten las especies amenazadas en baratijas y joyas.
Tengo el honor de integrar la WJC y participar en sus trabajos como integrante del llamado Panel de Revisi¨®n Independiente. He tenido el privilegio de contribuir en los ¨²ltimos a?os al papel fundamental de ese Panel y de la WJC en el examen objetivo y evaluaci¨®n de los expedientes sobre casos concretos de afectaci¨®n de la vida silvestre.
El espacio de la WJC no es el de un foro acad¨¦mico de reflexi¨®n y an¨¢lisis. M¨¢s bien, lleva a cabo actividades muy concretas y operacionales de investigaci¨®n exhaustiva en el terreno. As¨ª, hay investigadores que trabajan de inc¨®gnito para sacar de las sombras a los delincuentes contra la fauna y flora silvestres. Su objetivo es poner fin, as¨ª, a este negocio sucio, que mueve miles de millones de d¨®lares.
Sobre esa base, la WJC colabora estrechamente con autoridades locales con valiosa informaci¨®n para enfrentar la criminalidad organizada con las normas internacionales vigentes.
Agenda pendiente: especies amaz¨®nicas
El tr¨¢fico ilegal de especies, es un problema grave que tambi¨¦n afecta a la biodiversidad y el equilibrio ecol¨®gico de la regi¨®n amaz¨®nica, aunque sin la ¡°espectacularidad¡± de la matanza/tr¨¢fico de elefantes o rinocerontes africanos. Es una amenaza creciente el comercio ilegal de animales, plantas y sus productos derivados obtenidos de manera ilegal de la selva amaz¨®nica, para su venta en el mercado nacional e internacional, ya sea como mascotas ex¨®ticas, objetos de colecci¨®n, ingredientes para la medicina tradicional, o incluso como alimentos.
Este tr¨¢fico ilegal tiene consecuencias devastadoras para el ecosistema amaz¨®nico. Pone en peligro la supervivencia de especies animales y vegetales, interrumpiendo las cadenas alimenticias y desequilibrando los ecosistemas. Adem¨¢s, contribuye a la p¨¦rdida de biodiversidad y puede propagar enfermedades entre especies, incluyendo a los humanos.
Para abordar el problema del tr¨¢fico ilegal de especies silvestres amaz¨®nicas, es necesario un enfoque integral que incluya la aplicaci¨®n efectiva de las leyes ambientales, el fortalecimiento de la vigilancia y el control en las ¨¢reas protegidas, la educaci¨®n ambiental y la sensibilizaci¨®n p¨²blica, as¨ª como la cooperaci¨®n internacional
Las organizaciones gubernamentales, las ONG ambientalistas y la sociedad civil desempe?an un papel crucial en la protecci¨®n de la biodiversidad amaz¨®nica y en la lucha contra el tr¨¢fico de especies silvestres, mediante la promoci¨®n de pol¨ªticas de conservaci¨®n, el apoyo a proyectos de investigaci¨®n y monitoreo, y la denuncia de actividades ilegales. La amenaza a enfrentar en la protecci¨®n de especies amaz¨®nicas es muy poderosa. No proviene de un grupete improvisado de delincuentes sino de redes transnacionales de crimen organizado. Concurren dos variables fundamentales.
Primero, una materia criminis de mucho valor. Que pueden ser especies africanas animales protegidas y en proceso de extinci¨®n, como elefantes o rinocerontes. O, pasando a otros ejemplos , el oro de origen ilegal en Per¨², que se exporta a espacios como Suiza o la India. Segundo, una criminalidad organizada que torna las fronteras y las aduanas en c¨®modos espacios de tr¨¢nsito para que pasen por all¨ª millones de d¨®lares en colmillos de elefante u otros bienes protegidos.
Dentro de ese marco, es de resaltar lo crucial de hacer uso de tratados internacionales, como la Convenci¨®n de la ONU contra la Delincuencia Organizada Transnacional, para contrarrestar la lenidad delictiva de funcionarios de aduanas que optan por mirar al costado y dejar pasar toneladas de marfil.
Recientes acciones particularmente efectivas contra proveedores il¨ªcitos de fauna silvestre han constituido un factor de aliento. Resaltando la trascendencia del trabajo de organizaciones internacionales privadas por poner fin a ese comercio ilegal y la impunidad reinante.
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