El hundimiento de la Administraci¨®n
Pese a trabajar en un contexto de gran confort laboral, los empleados p¨²blicos sufren ahora m¨¢s que nunca para poder responder a las demandas ciudadanas
Llevo m¨¢s de 30 a?os analizando nuestras administraciones p¨²blicas y con desaz¨®n me veo en la obligaci¨®n de denunciar que actualmente vivimos en su peor momento desde la instauraci¨®n de la democracia. Nuestras administraciones est¨¢n inmersas en un proceso de claro declive y si no se dise?an e implantan remedios urgentes van encaminadas hacia un inevitable hundimiento. Los ciudadanos constatan en su d¨ªa a d¨ªa, con sorpresa e indignaci¨®n, ...
Llevo m¨¢s de 30 a?os analizando nuestras administraciones p¨²blicas y con desaz¨®n me veo en la obligaci¨®n de denunciar que actualmente vivimos en su peor momento desde la instauraci¨®n de la democracia. Nuestras administraciones est¨¢n inmersas en un proceso de claro declive y si no se dise?an e implantan remedios urgentes van encaminadas hacia un inevitable hundimiento. Los ciudadanos constatan en su d¨ªa a d¨ªa, con sorpresa e indignaci¨®n, el deterioro de buena parte de los servicios p¨²blicos m¨¢s esenciales: sanidad, servicios sociales, tr¨¢mites administrativos vitales (desde renovaciones de los documentos de identidad o de los permisos de conducir hasta la gesti¨®n de las pensiones y del ingreso m¨ªnimo vital), etc¨¦tera. La pregunta es ineludible: ?c¨®mo hemos podido llegar de repente a este gran colapso administrativo? La respuesta es compleja, ya que la Administraci¨®n p¨²blica es poli¨¦drica.
Tenemos unas administraciones que han transitado durante los ¨²ltimos a?os por un entorno turbulento sin experimentar ninguna transformaci¨®n significativa: desde un incremento muy notable de la poblaci¨®n derivada de la inmigraci¨®n que es una demandante intensiva de servicios p¨²blicos, pasado por una profunda y larga crisis econ¨®mica que ha precarizado la gesti¨®n p¨²blica, la explosi¨®n de la inteligencia artificial y, adem¨¢s, haber tenido que afrontar la crisis maldita de la covid-19, en la que casi ning¨²n sistema p¨²blico ha logrado salir airoso. Y todo ello sin olvidar el elefante social que tenemos enfrente y que parece que todo el mundo ignora: el envejecimiento de la poblaci¨®n, que ya ha empezado a reclamar un sobreesfuerzo en servicios p¨²blicos como los sociales y sanitarios. No solo las pensiones p¨²blicas son un problema derivado de este radical proceso de envejecimiento, sino tambi¨¦n la prueba de estr¨¦s que supone para los servicios p¨²blicos m¨¢s esenciales. Estos elementos ex¨®genos han sido determinantes para erosionar una Administraci¨®n que llevaba d¨¦cadas haciendo malabarismos para prestar servicios p¨²blicos de calidad en el marco de una falta de estrategia institucional para renovar el modelo y de una evidente precariedad de recursos.
Nuestras administraciones han ido enfermando de manera lenta y silenciosa: estaban dimensionadas para atender a 40 millones de ciudadanos y resulta que deben cuidar a 47, la crisis econ¨®mica fue estresante a nivel administrativo por la falta de recursos y por la tasa de reposici¨®n cero de los empleados p¨²blicos en un momento de r¨¢pido envejecimiento de los mismos y, finalmente, la pandemia fue contestada con una resiliencia reaccionaria con la que se transform¨® el modelo de atenci¨®n a la ciudadan¨ªa mediante la profundizaci¨®n de la digitalizaci¨®n y del teletrabajo con el indeseable resultado de que, a partir de la crisis sanitaria, la atenci¨®n ciudadana ha ido claramente a peor. El acelerado proceso de digitalizaci¨®n de los tr¨¢mites administrativos y la perversa pr¨¢ctica de la extensi¨®n de la cita previa ha dejado literalmente en la estacada a una parte muy significativa de la sociedad.
La maximizaci¨®n de los derechos de los empleados p¨²blicos hasta llegar a poderse considerar como privilegios (r¨¦gimen horario, d¨ªas de asuntos propios, laxitud y cierto descontrol con el teletrabajo, etc¨¦tera), conjugada con unas plantillas envejecidas y desgastadas, conducen tambi¨¦n a las administraciones hacia su colapso. Una Administraci¨®n sin estrategia de futuro y sin liderazgo pol¨ªtico cae irremediablemente en manos de las capturas sindicales y corporativas ajenas al bien com¨²n y al inter¨¦s general. El resultado es una paradoja: a pesar de trabajar en un contexto de gran confort laboral, los empleados p¨²blicos sufren ahora m¨¢s que nunca para poder dar respuesta a las demandas ciudadanas, ya que los cuellos de botella organizativos son insuperables por una falta de actualizaci¨®n y modernizaci¨®n de los procesos burocr¨¢ticos.
Por otra parte, parece que a los dirigentes pol¨ªticos, enredados en f¨²tiles batallas, les ha pasado desapercibida la vulnerabilidad de la Administraci¨®n en un momento cr¨ªtico con el inicio de un espectacular relevo intergeneracional. Durante los pr¨®ximos 10 a?os van a jubilarse un mill¨®n de empleados p¨²blicos, algo m¨¢s del 30% de la plantilla. Lo que puede considerarse como una oportunidad para atraer talento joven, bien preparado y digitalizado puede convertirse en una cat¨¢strofe de enormes proporciones por falta de una adecuada planificaci¨®n. Adentrase en un relevo intergeneracional de estas proporciones sin plantearse cambiar las reglas del juego de la funci¨®n p¨²blica es la cr¨®nica de una muerte anunciada. Los sistemas de selecci¨®n son anticuados, farragosos y nada estimulantes para atraer al talento joven. En muchos casos, los perfiles profesionales que se convocan son totalmente obsoletos en una Administraci¨®n que est¨¢ introduci¨¦ndose de manera veloz en un nuevo paradigma de gesti¨®n de la mano de la inteligencia artificial. Este diagn¨®stico tan negativo reclama medidas urgent¨ªsimas de intervenci¨®n para intentar evitar el hundimiento de nuestras administraciones y, por tanto, de los servicios p¨²blicos del pa¨ªs. La agenda es ciertamente complicada. Veamos algunas de las propuestas.
En primer lugar, hay que redimensionar de manera urgente los empleados p¨²blicos para destinarlos a los ¨¢mbitos de gesti¨®n m¨¢s cr¨ªticos y deficitarios que interaccionan con los ciudadanos. Esto implicar¨ªa dejar en suspenso durante un tiempo la regulaci¨®n formal e informal del empleo p¨²blico para poder gestionar con la flexibilidad necesaria que reclama la grave situaci¨®n actual. Incluso habr¨ªa que plantearse suspender temporalmente algunos de los privilegios vinculados al empleo p¨²blico, como horarios de trabajo y d¨ªas de asuntos propios, que limitan seriamente las capacidades de gesti¨®n, ya que estos derechos laborales hacen que se pierda cerca del 10% de las capacidades del sistema. En segundo lugar, hay que redefinir los perfiles profesionales que reclama una Administraci¨®n moderna y con un elevado m¨²sculo tecnol¨®gico: deben desaparecer anticuados perfiles profesionales y emerger nuevos roles profesionales en consonancia con la nueva organizaci¨®n del trabajo digital, inteligente, multidisciplinar y colaborativa. Una tercera estrategia deber¨ªa consistir en redise?ar el sistema de atenci¨®n directa al ciudadano mediante un sistema h¨ªbrido de car¨¢cter digital mucho m¨¢s amable, accesible y sencillo y reinventar una imprescindible atenci¨®n presencial que deber¨ªa permanecer presente durante mucho tiempo. En cuarto lugar, hay que cambiar de manera r¨¢pida los procesos de selecci¨®n para que no se limiten a exigir solo conocimientos memor¨ªsticos y se abran de manera rotunda a evaluar competencias profesionales. Un nuevo sistema de selecci¨®n m¨¢s acorde con las nuevas exigencias laborales y mucho m¨¢s atractivo para atraer al talento joven. Por ¨²ltimo, es imprescindible transformar el modelo de gesti¨®n abri¨¦ndolo a una gesti¨®n de la informaci¨®n mucho m¨¢s madura y dise?ar un sistema de gobernanza de datos como paso ineludible para una incorporaci¨®n correcta y fluida de la inteligencia artificial. La Administraci¨®n debe apostar por la inteligencia institucional como paso previo a la absorci¨®n de la inteligencia artificial.
Si no atendemos al menos estos cinco retos, el hundimiento definitivo de la Administraci¨®n va a ser inevitable y la sociedad va a sufrir. La parte m¨¢s vulnerable de la misma se va a quedar sin ning¨²n anclaje, pero tambi¨¦n va a padecer la parte m¨¢s pudiente, ya que el mercado va a ser impotente para amortiguar el hundimiento de los servicios p¨²blicos. Sirva de ejemplo la actual saturaci¨®n de los servicios m¨¦dicos prestados por las mutuas privadas. Cuando se hunden los servicios p¨²blicos, se colapsan los privados.
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Opini¨®n
- Espa?a
- Econom¨ªa
- Administraci¨®n p¨²blica
- Sector p¨²blico
- Funcionarios
- Inteligencia artificial
- Funci¨®n p¨²blica
- Empleo p¨²blico
- Trabajo
- Servicios p¨²blicos
- Gobierno de Espa?a
- Pol¨ªtica
- Tr¨¢mites administraci¨®n
- Atenci¨®n ciudadano
- Pol¨ªtica econ¨®mica
- Pensi¨®n jubilaci¨®n
- Pensiones
- Jubilaci¨®n
- Sanidad p¨²blica
- Mutuas seguros
- Administraci¨®n Estado