Pechos firmes, ¨®vulos frescos y coletas esponjosas

La semana pasada los usuarios de X se pusieron de acuerdo en algo. Fue para odiarlo, por supuesto, no fuese a obrarse el milagro completo. La diana com¨²n fue The Case for Marrying an Older Man (Casarse con un hombre mayor), un mediocre ensayo en primera persona en el vertical femenino The Cut donde una escritora pija y autoindulgente nos intentaba colar que comprometerse con un treinta?ero cuando est¨¢s en tu veintena es audaz por la supuesta brecha generacional que hay. Pese al t¨ªtulo, la rid¨ªcula diferencia de edad no era el tema: el texto nos aleccionaba sobre las ventajas de emparejarse con un hombre rico, uno que las mujeres solo podremos cazar mientras nos brille la melena: ¡°Ten¨ªa los pechos firmes, la mayor¨ªa de mis ¨®vulos, una negaci¨®n plausible en lo que respecta a la pureza, una cola de caballo esponjosa, un impulso en mis pasos que a¨²n no se hab¨ªa agotado. Mis disculpas al progreso, pero los hombres mayores todav¨ªa deseaban eso¡±, escrib¨ªa la autora en un p¨¢rrafo tan irritante como viral.

Bien de tetas, de fertilidad y de coleta. Ya no hace falta pasearse por los rec¨®nditos foros de la manosfera para ilustrarse con teor¨ªas pat¨¦ticas sobre la obsolescencia femenina. Hace unos a?os nos indign¨¢bamos por la existencia de rincones virtuales donde se defend¨ªa la sumisi¨®n femenina y la delgadez para conseguir un nivel alto en el Valor del Mercado Sexual (VMS, su bar¨®metro de deseo sexual). Ahora basta con abrir la web femenina m¨¢s le¨ªda para normalizar ese marco mental. Para que la misoginia de siempre se haga un rebranding con una tradwife [mujer de ideolog¨ªa tradicional] que se cree rebelde siendo la m¨¢s pacata de todas. Algunos defender¨¢n que textos como ese son la nueva incorrecci¨®n pol¨ªtica. En realidad, es la cantinela reaccionaria de siempre escondida tras la m¨¢scara del feminismo por elecci¨®n.

Aunque la teor¨ªa de la elegibilidad femenina en funci¨®n de la edad es m¨¢s vieja que internet, la pasmosa permeabilidad de la jerga incel sumada al rechazo del feminismo ha hecho que vuelva a estar vigente, reinvent¨¢ndose para sonar m¨¢s sexi. Con qu¨¦ a?os una mujer deja de ser deseable ya no se debate ¨²nicamente en foros machistas defendiendo conceptos como ¡°prime¡±, ¡°muro biol¨®gico¡± o ¡°peak f¨ªsico¡±; distintas palabras para definir el mismo juicio moral disfrazado de paradigma biol¨®gico. En abril de 2023, Don Lemon, presentador de la CNN, fue despedido tras 17 a?os en la cadena tras asegurar que la candidata republicana Nikki Haley, que por entonces ten¨ªa 51 a?os, no estaba en su prime. ¡°No est¨¢ en su mejor momento, lo siento. Se considera que una mujer est¨¢ en su prime cuando tiene 20, 30 y tal vez 40 a?os¡±, dijo, y descart¨® las objeciones de sus copresentadoras respondiendo: ¡°Solo digo cu¨¢les son los hechos: googleadlo¡±.

Envejecer es la ¡°m¨¢s larga¡± de las tragedias de las mujeres, nos advirti¨® Susan Sontag en 1972. En Los dos c¨¢nones del envejecimiento, un texto clarividente sobre el martirio que supone revelar la edad de las mujeres pasada una cierta edad, la ensayista ya predijo que esta ser¨ªa una ¡°fatalidad m¨®vil¡± condenada a repetirse, al ser ¡°una crisis que nunca se agota porque la ansiedad nunca termina en realidad¡±. En 2024, puede que la industria de la belleza haya desterrado la palabra ¡°antiedad¡± de su perverso l¨¦xico, pero el algoritmo de Instagram nos bombardea la autoestima con anuncios de iluminadores cuyas portadoras son mujeres an¨®nimas asegurando que ese es su secreto para que la gente les eche no uno ni dos, sino diez a?os menos. Cambiar¨¢n las formas, pero esa tragedia sigue inmutable. Y nos ha hecho asumir que una cara o cuerpo que delate un d¨¦ficit de reserva ov¨¢rica o de pechos firmes es nuestro peor delito. Menudo suplicio.