Hay que detener la cat¨¢strofe provocada en Sud¨¢n
En la cumbre organizada en Par¨ªs por la UE, Francia y Alemania, el 15 de abril, debe o¨ªrse un clamor com¨²n por la paz en ¡°la peor crisis del mundo¡±, que no sale en los medios
Seg¨²n la Oficina de Coordinaci¨®n de Asuntos Humanitarios de las Naciones Unidas, se est¨¢ sufriendo en Sud¨¢n ¡°la peor crisis del mundo, adem¨¢s de la m¨¢s compleja y cruel¡±, sin que d¨¦ lugar a ning¨²n titular de prensa. Con casi nueve millones de desplazados dentro del pa¨ªs (la mitad de ellos ni?os) y casi dos millones de refugiados en el extranjero, Sud¨¢n es, de hecho, el escenario de la mayor crisis de desplazados por la fuerza del mundo. Adem¨¢s, lo peor est¨¢ por llegar: los combates han perturbado las siembras en las regiones m¨¢s f¨¦rtiles de Sud¨¢n. Casi 20 millones de personas, casi uno de cada dos sudaneses, se enfrentan a una grave inseguridad alimentaria en un pa¨ªs que sol¨ªa ser un importante productor de alimentos.
El pr¨®ximo 15 de abril, la guerra de Sud¨¢n habr¨¢ cumplido un a?o. En esa fecha, la UE, junto con Francia y Alemania, organizar¨¢ una conferencia de alto nivel en Par¨ªs para recabar m¨¢s ayuda humanitaria y reclamar que se ponga fin a ese conflicto. Tal acto deber¨¢ ser una llamada de atenci¨®n para ?frica, Europa y toda la comunidad internacional.
Sabemos qui¨¦n es el responsable de esta cat¨¢strofe. Al perpetrar su golpe de Estado militar en octubre de 2021, las Fuerzas Armadas de Sud¨¢n y las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido truncaron las aspiraciones de la revoluci¨®n democr¨¢tica sudanesa. Su alianza golpista se deshizo y se degrad¨® en guerra abierta entre ambos ej¨¦rcitos el 15 de abril de 2023.
Las dos partes beligerantes decidieron librar una guerra, no solo entre s¨ª, sino tambi¨¦n contra Sud¨¢n y su pueblo. En Darfur se han reanudado las atrocidades genocidas contra los civiles por su pertenencia a determinadas etnias que llevaron a Sud¨¢n a primera plana en 2003. En todo el pa¨ªs se est¨¢n reteniendo deliberadamente las ayudas y se deniega el acceso a los trabajadores humanitarios. Cientos de miles de sudaneses han huido a pa¨ªses vecinos, sobre todo a Chad y Sud¨¢n del Sur, dos pa¨ªses que ya sufren sus propias crisis humanitarias y de seguridad alimentaria. El sufrimiento tiene causas completamente humanas y podr¨ªa pon¨¦rsele fin hoy mismo.
Patrocinadores exteriores, que aportan dinero y armas, alimentan los combates. Pa¨ªses como Ir¨¢n est¨¢n suministrando armamento, incluidos drones, a las Fuerzas Armadas de Sud¨¢n. Los Emiratos ?rabes Unidos tambi¨¦n tienen una influencia directa sobre las Fuerzas de Apoyo R¨¢pido, de la que deber¨ªan servirse para poner fin a la guerra. Rusia juega a dos bandas con ambas partes en el conflicto, con la esperanza de acceder a infraestructuras y recursos estrat¨¦gicos, y tambi¨¦n env¨ªa a mercenarios reclutados por empresas militares privadas, que buscan principalmente hacerse con oro y minerales. El mar Rojo es la conexi¨®n mar¨ªtima m¨¢s importante de Europa con Asia y el Pac¨ªfico, y Sud¨¢n podr¨ªa convertirse en una plataforma para la trata de seres humanos, los combatientes radicales, las armas y todo tipo de comercio il¨ªcito entre el Sahel, el norte de ?frica y el ?frica subsahariana. La seguridad de Europa est¨¢ en juego.
Antes de la guerra, durante la victoriosa revuelta popular contra una dictadura brutal, los numerosos j¨®venes activistas, defensores de los derechos de las mujeres y l¨ªderes comunitarios demostraron al mundo su voluntad y determinaci¨®n de construir un Sud¨¢n democr¨¢tico y pac¨ªfico. Desde entonces, la UE y sus Estados miembros se han mantenido firmes en su postura: la ¨²nica parte a la que apoyamos en este conflicto es la de la poblaci¨®n civil y la esperanza que esta abriga para su pa¨ªs.
Seguiremos dialogando con las partes beligerantes desde una posici¨®n neutra que da prioridad a la paz y al respeto de las vidas y los derechos de la poblaci¨®n civil. El 15 de abril debe o¨ªrse en Par¨ªs un clamor com¨²n por la paz. Debe ser la v¨ªa de acceso para una acci¨®n m¨¢s integral, concertada y determinante de Europa, ?frica y la comunidad internacional hacia Sud¨¢n.
Por supuesto, uno de los objetivos actuales debe ser atajar la creciente hambruna en Sud¨¢n y apoyar a los pa¨ªses y comunidades que han acogido a las personas huidas de la guerra. La ayuda disponible retenida por las partes beligerantes gui¨¢ndose por sus c¨¢lculos pol¨ªticos debe llegar a las personas necesitadas, dondequiera que se encuentren. Estas t¨¢cticas de guerra vulneran el Derecho internacional y pueden constituir cr¨ªmenes de guerra. Tambi¨¦n esperamos que los dos l¨ªderes de los bandos beligerantes, los generales Burhan y Mohamed Hamdan Dagalo Hemedti, atiendan finalmente los llamamientos a que detengan esta matanza y acudan a la mesa de negociaciones. No hacerlo tendr¨ªa consecuencias.
Nuestra acci¨®n en Sud¨¢n no est¨¢ aislada: en Sud¨¢n, como en Ucrania o en otros lugares, las aspiraciones democr¨¢ticas no deben defenderse a tiros. Los sudaneses no ped¨ªan otra cosa cuando tomaron las calles de Jartum hace cinco a?os. Esta es la raz¨®n por la que reclamamos incansablemente un alto el fuego inmediato, un acceso sin restricciones para la ayuda humanitaria y la reanudaci¨®n de la transici¨®n democr¨¢tica en Sud¨¢n. Siempre preferimos soluciones africanas para los problemas africanos. Cuando Sud¨¢n inicia el segundo a?o de su guerra m¨¢s decisiva, esperamos que la regi¨®n asuma su responsabilidad. Junto con nuestros socios regionales e internacionales, estamos dispuestos a ayudar a Sud¨¢n en sus horas m¨¢s oscuras.
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