Los lunes
Cuando la vida se desmadra y se despeinan las democracias, nada mejor que vivir estos d¨ªas como una conversaci¨®n maternal, comprensiva, iluminada en medio de la oscuridad
La verdad es que los d¨ªas lunes tienen su aquel y su c¨®mo, un esp¨ªritu muy particular. Son d¨ªas que inician la semana despu¨¦s de despedir el sol de la fiesta dominguera. Y se comprometen con la luz de la luna. Resulta interesante ser lunes, d¨ªa de la luna, porque eso ayuda a sostener mejor que otros d¨ªas los secretos del tiempo. Al sol le llaman Lorenzo y a la luna Catalina, cuando Lorenzo se acuesta, se levanta Catalina. Es una rumba que cantaba Marisol y que mi padre repet¨ªa los domingos cuando nos llevaba en coche a la playa. No voy ahora a indagar en las historias de San Lorenzo y Santa Catalina, almas cristianas que sufrieron la tortura y el sacrificio antes de prestar sus nombres al sol y a la luna. Se mire a donde se mire resulta inevitable encontrar escena de usura y dolor, monedas y cabezas cortadas.
Pero cuando uno no puede disfrutar de los viernes y de Venus, es una suerte contar con el lunes. Luz, calma, conocimiento e instinto maternal. Eso dicen los cl¨¢sicos, y deben tener raz¨®n, porque los lunes son d¨ªas adecuados para recibir algunas noticias. La tarea de hacer de puente entre la fiesta y el trabajo otorga, pase lo que pase, una fuerza que se mezcla con el ma?ana, aunque el pasado est¨¦ pis¨¢ndonos los talones. La luz de la luna llega incluso a darle un verdadero sentido a los lunes al sol. Necesitamos comprender el destino de los sue?os cuando peligran sus puestos de trabajo. Nos favorece un esp¨ªritu maternal que establezca negociaciones profundas entre la sabidur¨ªa y los sentimientos.
Los lunes son un buen d¨ªa para pensar en las palabras de moda: crispaci¨®n, insulto, mentira, acoso, degradaci¨®n, ultraje, indecencia. Cuando la vida se desmadra y se despeinan las democracias, nada mejor que vivir los lunes como una conversaci¨®n maternal, comprensiva, iluminada en medio de la oscuridad. Las madres abrazan, comprenden, dan amor y ense?an el modo sabio de seguir adelante.
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