El aburrimiento narc¨®tico

Leo esto de J. G. Ballard: ¡°Si yo (¡­) tuviera que hacer una predicci¨®n sobre el futuro, podr¨ªa resumir mi temor en una sola palabra: aburrimiento. He aqu¨ª mi gran temor, que todo haya ocurrido; ninguna cosa que sea excitante, novedosa o interesante va a suceder de nuevo; el futuro ser¨¢ un enorme y resignado suburbio del alma, nada nuevo va a surgir, ninguna evasi¨®n tendr¨¢ lugar otra vez. Esto es lo que puede pasar y es mi gran temor¡±. El fil¨®sofo coreano Byung-Chul Han hace, en La sociedad del cansancio, una defensa del aburrimiento: ¡°Walter Benjamin llama al aburrimiento profundo el p¨¢jaro de sue?o que incuba el huevo de la experiencia. Seg¨²n ¨¦l, (¡­) el aburrimiento profundo corresponde al punto ¨¢lgido de la relajaci¨®n espiritual. La pura agitaci¨®n no genera nada nuevo. Reproduce y acelera lo ya existente¡±. Admiro a Byung-Chul Han, pero en esto soy del team Ballard. Vivo el aburrimiento como algo pesaroso que gotea su brea ab¨²lica hecha de falta de entusiasmo e insatisfacci¨®n. No me produce lucidez sino inquietud, consciencia de estar desperdici¨¢ndome. Me aflige, me corroe. Hay una frase genial en un libro del escritor argentino Sergio Bizzio. No est¨¢ referida al aburrimiento, pero lo describe: ¡°Es como si supiera lo que va a ocurrir ma?ana y no me interesara¡±. Hay art¨ªculos en la web que aseguran que ¡°aburrirse y no hacer nada es bueno para el cerebro¡±. Que lo opuesto a la hiperactividad productiva narcotizante en la que vivimos sea el aburrimiento me parece triste. El fl?neurismo vital es otra cosa. Tener la capacidad de enso?arse mirando por la ventana, de leer poemas en cualquier momento del d¨ªa, de arreglar las plantas, no consiste en no hacer nada, sino en hacer no haciendo. Uno est¨¢ ah¨ª pero est¨¢ en otra parte. Es una migraci¨®n a un mundo interior donde suceden infinidad de cosas. Son momentos que nada tienen que ver con la opacidad cansina del aburrimiento y s¨ª con una actividad de riesgo: vivir m¨¢s vivos.