Padres explotados
No es de extra?ar que los ni?os crezcan sinti¨¦ndose siempre muy especiales, muy distintos a los dem¨¢s, seres ¨²nicos que merecen tener todas las necesidades cubiertas
Anoto en la agenda el en¨¦simo festival de fin de curso al que debo asistir en cumplimiento de mis obligaciones parentales. Unas obligaciones que han ido creciendo de modo exponencial en los ¨²ltimos a?os y son inversamente proporcionales al n¨²mero de hijos que tenemos. Aunque esto no importa porque el sistema escuela-familia-gur¨²s de crianza funciona como si todos los hijos fueran ¨²nicos y nacieran con el derecho a disponer de atenci¨®n y cuidados exclusivos. Antes, los alumnos pod¨ªan darse con un canto en los dientes si sus progenitores aparec¨ªan por la escuela una vez al a?o en una cita excepcional, pero ahora no hay trabajador o profesional que no mueva citas y reuniones, cambie turnos o gaste d¨ªas de asuntos propios para sentarse a ver desfilar todos los cursos cantando o actuando y aplaudir con entusiasmo. Remedios Zafra deber¨ªa escribir un libro sobre el entusiasmo parental, tan alienante como el laboral.
Fiesta de oto?o, conciertos, funci¨®n de Navidad, desfile de carnaval, fiesta de primavera, semana cultural, demostraci¨®n de judo, fin del cursillo de nataci¨®n, de la escuela de verano¡ Yo me di cuenta de que ¨ªbamos de perdidos al r¨ªo cuando asist¨ª a una ceremonia de graduaci¨®n en la guarder¨ªa. ?En la guarder¨ªa!
?De d¨®nde viene esta autoexplotaci¨®n? De la culpa, sin duda. Y de tantas pel¨ªculas americanas en las que el ni?o se pone muy triste cuando el padre no llega a tiempo de ver c¨®mo hace de arbolito y ya est¨¢ pensando en c¨®mo le contar¨¢ a su futuro psic¨®logo lo traum¨¢tico que fue sentirse abandonado. Las madres nunca hab¨ªan hecho disfraces, ni jugaban con los cr¨ªos porque los cr¨ªos suelen preferir a sus iguales como compa?eros, pero ahora, los padres (y m¨¢s las madres) lo somos todo y tenemos que hacerlo todo. Como si no trabaj¨¢ramos ni tuvi¨¦ramos vida m¨¢s all¨¢ de cuidar los frutos de nuestro proceso reproductivo. No es de extra?ar que crezcan sinti¨¦ndose siempre muy especiales, muy distintos a los dem¨¢s, seres ¨²nicos que merecen tener todas las necesidades cubiertas. Las reales y las inventadas porque me temo que en la trampa de las exigencias desmedidas los padres nos hemos metido solitos sin que nadie nos lo pidiera. La primera fiesta de cumplea?os cuando la criatura ni sabe ni andar, la segunda cuando se dedica a pasar de los invitados y va a su bola si no es que les da con alg¨²n juguete. Muchas de las cosas a los que los acostumbramos desde muy pronto no eran necesidades suyas sino nuestras. ?Pobres padres explotados! ?Pobres ni?os con sobredosis de atenciones, asfixiados por la parentalidad total!
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