La duda de cada Halloween: ?compro el disfraz de mi hijo o lo hacemos juntos en casa?
La noche de muertos est¨¢ m¨¢s cada vez m¨¢s arraigada en Espa?a. Los colegios se preparan para engalanar sus patios y pasillos y, mientras los ni?os eligen vestimenta, los padres se debaten sobre c¨®mo complacerles teniendo en cuenta el dinero y el tiempo
Halloween est¨¢ a la vuelta de la esquina y a pesar de ser una fiesta importada de Estados Unidos, cada a?o est¨¢ m¨¢s arraigada en Espa?a. El ritual es el mismo desde hace a?os: a finales de octubre, los colegios, sobre todo en Educaci¨®n Infantil y Primaria, se preparan para engalanarse y llenar los pasillos y patios de calabazas, brujas y esqueletos. Sin duda, un d¨ªa de diversi¨®n para muchos ni?os y ni?as, pero que no deja de tener de fondo la muerte, el terror y la oscuridad. Aunque parece no importarles. Y con la celebraci¨®n, un a?o m¨¢s, llega la duda de muchos padres y madres: ?Se querr¨¢ disfrazar mi hijo? ?De qu¨¦? Y si quiere disfraz, ?se lo hago en casa o se lo compro?
¡°Como en otras muchas festividades anglosajonas, esta ha ido haci¨¦ndose un hueco entre las fiestas espa?olas, e incluso desplazando algunas, como es en este caso el D¨ªa de todos los Santos, que nada tiene que ver la una con la otra en el modo en que se celebran¡±, subraya Eva Bail¨¦n, madre, ingeniera de Telecomunicaciones y profesora de Secundaria. ¡°Creo que la ense?anza del ingl¨¦s, adem¨¢s de por el marketing, ha tenido mucho que ver en que se haya extendido tanto. En ocasiones, es precisamente en los centros educativos desde donde se promueven estas fiestas de disfraces¡±, a?ade.
Bail¨¦n tambi¨¦n recalca que, para ella, la tem¨¢tica puede ser un poco tenebrosa, sobre todo para los ni?os m¨¢s peque?os. ¡°Pienso que es positivo que los menores se disfracen, sobre todo cuando se trata de una actividad de grupo, como puede ser en la escuela infantil o en el colegio, para que no se les excluya y se les permita participar de la fiesta. Pero si el disfraz de bruja o de zombi no le gusta, no hay que forzarlo o se le puede dar a elegir otra opci¨®n que le guste¡±, opina. Adem¨¢s, la experta puntualiza que celebrar esta fiesta tiene un trasfondo educativo que acerca la cultura espa?ola a la anglosajona: ¡°En los colegios se aprovecha la ocasi¨®n para relatar c¨®mo es la tradici¨®n y aprender de una manera m¨¢s l¨²dica¡±.
Como cada a?o, se acerca la fecha en la que los progenitores reciben la notificaci¨®n del colegio o la escuela y comienza la carrera a contrarreloj de las familias para encontrar el disfraz de Halloween, seg¨²n explica Ruth Alfonso Arias, maestra de Educaci¨®n Infantil desde hace m¨¢s de una d¨¦cada. Ella apunta que son muchos los motivos que llevan a padres y madres a decidirse por la opci¨®n de comprar; reciclar alg¨²n antiguo o incluso hacer uno nuevo. ¡°Cuando tienes poco tiempo, recurres a lo hecho, y m¨¢s ahora que lo compras por internet y te lo llevan a casa¡±, explica Mar¨ªa Palomar Cintas, de 44 a?os y madre de Sof¨ªa, de ocho. ¡°Tambi¨¦n, a veces, te gastas m¨¢s dinero en comprar el material que en comprar uno hecho. Pero para m¨ª, lo ideal, es hacerlo¡±, reconoce Palomar. Para esta madre, esto propicia que padres e hijos pasen m¨¢s tiempo juntos: ¡°As¨ª se hace al gusto del ni?o y pensamos juntos c¨®mo hacerlo y qu¨¦ materiales usar. Opino que fomenta la imaginaci¨®n y une lazos familiares¡±.
¡°Efectivamente, lo bueno de los disfraces de Halloween es que se pueden hacer con ropa vieja y un poco de imaginaci¨®n¡±, retoma Bail¨¦n. ¡°Adem¨¢s, cuando los ni?os tienen autonom¨ªa y capacidad para colaborar o hacerlos ellos solos, me parece que la mejor opci¨®n es dejarlos que rasguen alguna ropa vieja, la ensucien con algo de pintura roja y se maquillen la cara, solos o con la ayuda de un adulto¡±, prosigue esta experta. Bail¨¦n a?ade que si no se quiere o no se puede hacer, en los bazares de barrio hay opciones econ¨®micas: ¡°Pero creo que es m¨¢s divertido hacerlos en casa¡±.
¡°Yo tambi¨¦n prefiero el disfraz casero porque es distinto y original, adem¨¢s de m¨¢s barato¡±, a?ade Esther Moreno Rubia, de 37 a?os y madre de dos hijos. Aun as¨ª, admite que por tiempo o porque ahora sus hijos son m¨¢s mayores, los prefieren de la tienda. ¡°El ritmo de vida y la falta de tiempo hacen que compre los disfraces. A veces los hacemos usando cosillas que haya por casa. En esto el tiempo es clave¡±, a?ade M¨®nica Nieto, madre de Olivia, una peque de ocho a?os.
¡°En mi opini¨®n, los disfraces improvisados son m¨¢s comunes entre los ni?os mayores, y los comprados en los bazares, o en otras tiendas m¨¢s especializadas, en funci¨®n del presupuesto de la familia, son m¨¢s comunes entre los ni?os peque?os¡±, argumenta Bail¨¦n. ¡°Adem¨¢s, hoy en d¨ªa tenemos poco tiempo para coser y hay disfraces baratos, de comprar y tirar, aunque sean telas malas, que nos sacan del apuro¡±, a?ade Laura Gonz¨¢lez Tom¨¦, de 37 a?os y madre de dos ni?os. ¡°De esta forma, los ni?os tienen m¨¢s disfraces econ¨®micos y var¨ªan de atuendo, mientras que un disfraz bien hecho con trabajo en casa, te dura m¨¢s¡±, a?ade. ¡°Con tiempo, prefiero hacerlos en casa porque es m¨¢s divertido, pero tambi¨¦n depende del disfraz. Ahora se los suelo pedir a amigas que tienen ni?as y los reutilizamos¡±, argumenta Silvia Cruz Cornejo, de 42 a?os y madre que lleva a sus hijos al colegio Joyfe en Madrid.
¡°En definitiva, ambas opciones tienen sus ventajas, y la elecci¨®n depende de diversos factores: el tiempo disponible, el dinero, las habilidades para la confecci¨®n y las preferencias del ni?o¡±, explica Marta Guerra, Psic¨®loga General Sanitaria en Instituto Psicol¨®gico Cl¨¢ritas en Madrid. Por un lado, seg¨²n resume Guerra, los comprados ahorran tiempo y se puede encontrar una amplia variedad de opciones en tiendas especializadas y bazares: ¡°Adem¨¢s, muchos de ellos est¨¢n bien dise?ados, con detalles realistas que pueden hacer que el ni?o se sienta a¨²n m¨¢s inmerso en su personaje¡±. Por otro lado, en cuanto a los hechos en casa, esta experta explica que ofrecen la oportunidad de personalizarse completamente el traje seg¨²n los gustos y preferencias del menor: ¡°Pueden adaptarse para que sean ¨²nicos. Y fomenta la creatividad y el trabajo en equipo si el ni?o participa en el proceso de dise?o y confecci¨®n¡±. Para ella, muchos padres optan por comprar disfraces debido a la conveniencia, pero tambi¨¦n hay una creciente tendencia a valorar la creatividad y el toque personal de los disfraces hechos en casa: ¡°En ¨²ltima instancia, la elecci¨®n depende de las circunstancias individuales y las preferencias de la familia¡±.
Mi hijo no quiere disfrazarse, ?qu¨¦ hago?
Ruth Alfonso Arias, maestra de Educación Infantil desde hace más de una década, reconoce que, según su experiencia, muchas familias se angustian porque sus hijos o hijas no quieren ir disfrazados: “Esto no debería ser nunca una imposición, ni por parte de las familias ni del centro educativo. Eso sí, anticipar lo que va a acontecer ese día puede ser de gran ayuda para los niños y que se animen a participar”.
La maestra incide en que obligarles a disfrazarse anula su elección y capacidad de decisión: "En cambio, si la respetamos, estamos permitiendo la autoafirmación de su identidad”. Por tanto, para Alfonso, es un buen momento para trabajar la paciencia y no sentir ninguna presión social por ello: “Cuándo los niños estén preparados o hayan adquirido la madurez suficiente, disfrutarán de ese día como los demás”. Por último, siempre tenemos la opción de llevar el disfraz guardado, por si una vez que lleguen al sitio cambian de opinión.
Para Sonia López Iglesias, psicopedagoga, es bueno que los niños se disfracen en Halloween, pero si les da miedo o no les apetece no se les debe obligar porque puede ser muy contraproducente. "Pueden sentirse poco respetados o que sus necesidades no se tienen en cuenta”, afirma.
“No soy partidaria de forzar a los niños a hacer nada contra su voluntad, y disfrazarse puede ser muy divertido para algunos, pero para otros puede resultar un suplicio”, argumenta Eva Bailén, profesora de Secundaria. En tal caso, esta experta recomienda entender sus motivos. “Y, siempre, y ante todo, se debe respetar su elección, que no quiera disfrazarse no significa que no pueda disfrutar de la fiesta”, agrega López Iglesias.
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