Turismo en el infierno: ¡°Yo lo viv¨ª (y t¨² no)¡±
Muchos tuiteros se?alan a las v¨ªctimas del atentado en Afganist¨¢n, olvidando que la sociedad premia el exotismo. Viajar a Soria no luce igual en Instagram que ba?arse en Goa
Empieza en el instituto, pero el camino se bifurca definitivamente en la universidad. All¨ª el mundo se divide entre quienes cuentan sus vacaciones de verano y quienes reh¨²yen la conversaci¨®n porque se las pasaron trabajando. En las raras ocasiones en que las dos castas intiman, crey¨¦ndose iguales, algunos se sinceran y confiesan el complejo de no haber estrenado el pasaporte. Lo justo es recibir una respuesta bienintencionada, a la altura de tal candidez: ¡°Mi abuela es la persona m¨¢s cosmopolita que conozco y no ha salido de su pueblo¡±. Sobre todo, si la persona que lo dice acaba de relatar sus aventuras en una ONG en un pa¨ªs africano donde pill¨® la malaria y se enamor¨® de un americano que le cantaba I Don¡¯t Want to Miss a Thing, mientras su interlocutor repon¨ªa cremas solares en un supermercado de costa.
Entre quienes pueden viajar, existen mil motivos para hacerlo: conocer sitios remotos, buscar una electricidad vital perdida, acumular sellos en el pasaporte, desconectar, huir del desamparo ¨ªntimo, mejorar un idioma, pasar p¨¢gina de una vida anterior, disfrutar unos d¨ªas de fiesta lo m¨¢s lejos posible de casa, no perder la curiosidad... La censora comunidad de X vive atrapada en esa pregunta desde el viernes, cuando tres turistas espa?oles (dos mujeres y un hombre) fueron asesinados en un tiroteo en Afganist¨¢n: ¡°?Qu¨¦ se les ha perdido all¨ª?¡±.
¡°Iban de turismo a ver el infierno y el infierno les devolvi¨® la mirada¡±, escribe un usuario an¨®nimo que acompa?a su comentario con un v¨ªdeo de las im¨¢genes posteriores al atentado. ¡°Afganist¨¢n, ese pozo inmundo donde se venden ni?as a depravados y el mundo mirando hacia otro lado. ?Y a¨²n hay turistas?¡±, lamenta otro tuitero, con una noticia enlazada de un reportaje de la CNN, publicado en noviembre de 2021, sobre la venta por sus padres de una ni?a de nueve a?os a un hombre de 55. ¡°?Qu¨¦ tipo de persona con dos dedos de frente puede ir a Afganist¨¢n de turismo? Hay que ser muy imb¨¦cil o muy temerario¡±, resume el sentir generalizado otro usuario de X.
Aprendimos que no debemos juzgar la forma de vestir de una mujer ni decir que merec¨ªa una agresi¨®n sexual por ello.
— An¨ªbal Bueno - PhD (@Anibal_Bueno_) May 18, 2024
Quiz¨¢ ahora tendr¨ªamos que entender que nadie merece lo que ha ocurrido por decidir viajar a un pa¨ªs.
Eliminemos la culpabilidad de las v¨ªctimas.
La periodista M¨°nica Bernab¨¦, quien trabaj¨® como corresponsal en el pa¨ªs, cuenta que cada a?o se conceden entre 50 y 60 visados para viajar a Afganist¨¢n, y que hay agencias especializadas en ofrecer paquetes para visitarlo, que cuestan entre 3.000 y 4.000 euros. Una de esas agencias es la del fot¨®grafo An¨ªbal Bueno, quien aclara en X que el grupo v¨ªctima del atentado en Bamiy¨¢n no formaba parte de un viaje organizado por su compa?¨ªa, Last Places. Tampoco por la firma Ojo N¨®mada, seg¨²n escribe @LethalCrysis. Ambas est¨¢n especializadas en viajes a lugares no recomendados por el Ministerio de Exteriores espa?ol. ¡°Aprendimos que no debemos juzgar la forma de vestir de una mujer ni decir que merec¨ªa una agresi¨®n sexual por ello. Quiz¨¢ ahora tendr¨ªamos que entender que nadie merece lo que ha ocurrido por decidir viajar a un pa¨ªs¡±, pide Bueno en un tuit posterior, tras el revuelo en la red social por el atentado. ¡°Eliminemos la culpabilidad de las v¨ªctimas¡±, a?ade. ¡°Culpa no es lo mismo que responsabilidad. Ellos son responsables de su decisi¨®n de haber ido all¨ª¡±, rebate otra tuitera.
Solo los supervivientes de la expedici¨®n podr¨¢n contar qu¨¦ les llev¨® a Afganist¨¢n, y qu¨¦ riesgos estaban dispuestos a correr para conocer el pa¨ªs. En X, el debate reh¨²ye los matices, se?ala a las v¨ªctimas y olvida que la sociedad valora el exotismo, sobre todo de aquello que queda muy lejos. Viajar a Soria no luce igual en Instagram que ba?arse en las playas de Goa. La autenticidad radica en hacer lo que casi nadie conocido ha hecho, en pisar lo que pocas veces los dem¨¢s han pisado. En gritar al mundo: ¡°Yo lo viv¨ª¡±. Y, sobre todo, t¨² no.
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