Unas elecciones trascendentales
Los pol¨ªticos deben dedicar la campa?a a hablar del futuro de la UE, porque es ah¨ª donde se juega el futuro de sus ciudadanos
La campa?a para las elecciones europeas del pr¨®ximo 9 de junio entra en su recta final. Los ciudadanos de la Uni¨®n Europea est¨¢n convocados a las urnas en una cita de enorme transcendencia para definir el futuro del proyecto com¨²n. El mundo atraviesa una turbulenta fase de cambios geopol¨ªticos, tecnol¨®gicos y clim¨¢ticos que plantean graves riesgos. La UE debe abordar el reto de grandes transformaciones para adaptarse a este nuevo tiempo, y el Parlamento Europeo que salga de las urnas, con competencias mucho m¨¢s relevantes que en las primeras legislaturas, desempe?ar¨¢ un papel fundamental. Es esencial, por tanto, que haya un amplio y profundo debate p¨²blico sobre los dilemas que se nos plantean. Sin embargo, en muchos pa¨ªses de la Uni¨®n ¡ªcomo se comprueba en Espa?a¡ª las din¨¢micas pol¨ªticas nacionales monopolizan la atenci¨®n de una manera que impide un intercambio de ideas ¨²til sobre el proyecto europeo.
Es por supuesto inevitable que los comicios europeos sean percibidos tambi¨¦n como toma del pulso de las distintas fuerzas en clave nacional, y que en la campa?a afloren temas internos candentes en cada pa¨ªs. Sin embargo, los partidos tienen la responsabilidad de aprovechar esta campa?a para dar a conocer sus propuestas sobre el futuro de la UE en vez de usarla para replicar la misma pugna de siempre con los mismos latiguillos. Adem¨¢s de un sentido pol¨ªtico, esta responsabilidad tambi¨¦n tiene uno anterior, de pedagog¨ªa c¨ªvica. De entrada, porque el funcionamiento de las complejas instituciones europeas sigue sin ser bien conocido, pese a ser fundamental para el bienes?tar y la seguridad de los ciudadanos. Despu¨¦s, porque los ciudadanos de la UE todav¨ªa no formamos un demos, ni estamos cerca de ello, pero precisamente las elecciones europeas deber¨ªan ser un momento en el que los pol¨ªticos subrayaran en campa?a la transversalidad de los asuntos principales. Incluso, con mayor altura de miras, podr¨ªan hacer pedagog¨ªa sobre las circunstancias de otros pa¨ªses, motivadas por diferencias geogr¨¢ficas e hist¨®ricas. En este sentido, el primer tramo de esta campa?a es manifiestamente mejorable y es preciso exhortar a los partidos ¡ªdesde luego lo es en Espa?a¡ª a elevar el nivel del debate.
Lo que est¨¢ en juego es de enorme importancia. Es el momento de dejar aparcadas las batallas habituales y explicarles a los ciudadanos, por ejemplo, c¨®mo se pretenden financiar las grandes inversiones necesarias para hacernos menos dependientes en materia de tecnolog¨ªas estrat¨¦gicas o defensa. Si se pedir¨¢ una nueva emisi¨®n de deuda com¨²n, si se est¨¢ dispuesto a recortar en pol¨ªtica agr¨ªcola o de cohesi¨®n. Es el momento de aclarar si se est¨¢ a favor de la ampliaci¨®n de la UE y, en ese caso, con qu¨¦ procedimiento, con qu¨¦ tipo de reformas internas. Es el momento de asumir compromisos con la agenda verde, de aclarar si se da por bueno el sistema migratorio reci¨¦n reformado o si se quiere corregir. Y de mucho m¨¢s.
Es fundamental que pol¨ªticos y ciudadanos tengan clara y se tomen en serio la creciente, extraordinaria importancia de la UE como centro de decisi¨®n con un impacto directo sobre sus vidas. En un mundo cada vez m¨¢s brutal, es en esa dimensi¨®n donde se juega nuestro futuro, m¨¢s que en la nacional. Ello no puede ser relegado a un nivel secundario del debate p¨²blico, sin dar pausa a las cuestiones nacionales. El futuro de la UE merece estar en el centro del debate y que los partidos se definan con claridad ante los ciudadanos sobre el mismo, porque es lo que m¨¢s marcar¨¢ el futuro de las personas que viven en ella.
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