La mala salud de hierro del europe¨ªsmo
El extremismo populista avanza en Europa, pero m¨¢s bien como un temporal que en modo terremoto
El europe¨ªsmo sigue mostrando una salud (casi) de hierro. La brutal alza de partidos ultraderechistas, y eurohostiles, en pa¨ªses clave (Francia, Italia¡), apenas se matiza por su desplome en Finlandia y su rev¨¦s en otros vecinos escandinavos: as¨ª que el extremismo populista avanza en Europa. Pero m¨¢s bien como un temporal que en modo terremoto.
Todo indica que el cuatripartito (democristianos, socialdem¨®cratas, liberales y verdes) que ha culminado una notable refundaci¨®n de la integraci¨®n europea en esta legislatura, podr¨¢ seguir imprimiendo su tono liberal-progresista a la Uni¨®n Europea. La agenda verde, la digital, las pol¨ªticas de exterior y de defensa, y una pol¨ªtica econ¨®mica-social m¨¢s sensata que las de la Gran Recesi¨®n de 2008/2012 podr¨¢n continuar. Adapt¨¢ndose a las nuevas necesidades de los ciudadanos.
Esa previsi¨®n se circunscribe a un solo aspecto: el juego de mayor¨ªas en la C¨¢mara de Estrasburgo. Para los asuntos fundamentales, y aun recordando la gran cantidad de ovnis y no inscritos, dif¨ªcilmente se podr¨¢ armar una mayor¨ªa alternativa.
Pero la fuerza de los clanes ultras en las otras grandes instituciones colegisladoras, el Consejo Europeo (de jefes de Estado y de Gobierno) y el Consejo de Ministros se ha multiplicado desde 2019, en elecciones nacionales celebradas desde entonces. Si entonces los renuentes a todo avance eran dos, Polonia y Hungr¨ªa (y los ¨²ltimos coletazos del Reino Unido en estampida), ahora se han aupado a ejecutivos o alianzas gubernamentales de media docena de miembros.
Atenci¨®n, la leve pero enojosa erosi¨®n del tama?o que ostentar¨¢ la mayor¨ªa europe¨ªsta, combinada con el poder extremista ya encaramado a las decisivas ¡°cumbres¡± pespuntean augurios inquietantes. La primera prueba de fuego ser¨¢ la elecci¨®n de la nueva Presidencia de la Comisi¨®n, la instituci¨®n que mantiene la iniciativa normativa y el impulso de la gobernanza. No excluyamos abruptos vaivenes y vericuetos indescifrables en ese envite.
El acceso de gentes y grupos antisistema es una mala noticia para la salud de la democracia, como lo fueron las de Trump, Bolsonaro o Milei. Aunque en este caso, nadie accede a posiciones tan relevantes en el marco europeo, otra se?al de la solidez del europe¨ªsmo liberal. Pero no es tan ins¨®lita. Otros episodios de estrenos iliberales, aunque no tan simult¨¢neos (de Haider a Berlusconi y todos los l¨ªderes del Brexit) han ocurrido. Y han sido esterilizados, deglutidos o triturados por la mayor¨ªa europe¨ªsta.
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