La ultraderecha desaf¨ªa la resistencia de la gran coalici¨®n moderada en la UE
Los pron¨®sticos apuntan a una mayor representaci¨®n de los grupos euroesc¨¦pticos en el Parlamento Europeo tras las elecciones de junio de 2024
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¡°Creo que las pr¨®ximas elecciones europeas pueden ser m¨¢s peligrosas que las estadounidenses. Me temo que los europeos votar¨¢n sobre la base del miedo¡ y promover¨¢n el ascenso de la extrema derecha¡±. Sin rodeos y con claridad, hace poco m¨¢s de una semana, el alto representante para la Pol¨ªtica Exterior de la UE, Josep Borrell, apunt¨® a la posibilidad de que los ultraconservadores y los populistas de extrema derecha crezcan mucho en las pr¨®ximas elecciones europeas, que se celebrar¨¢n en junio de 2024. Todas las previsiones apuntan a que as¨ª ser¨¢, que los dos grupos parlamentarios de la Euroc¨¢mara que representan estas opciones pol¨ªticas ¡ªabiertamente euroesc¨¦pticas¡ª ganar¨¢n protagonismo. Ahora suman el 18% del arco parlamentario y se acercan al 25% si se incluye a buena parte del denominado grupo de los No Inscritos, en el que est¨¢n, por ejemplo, los representantes de Fidesz, el partido del primer ministro h¨²ngaro, Viktor Orb¨¢n, el dirigente que m¨¢s ha desafiado en los ¨²ltimos a?os a las instituciones europeas.
La inc¨®gnita a despejar, seg¨²n las proyecciones electorales, es si crecer¨¢n tanto como para llevar al colapso la gran coalici¨®n continental de socialdem¨®cratas, conservadores moderados y liberales que ha cimentado el proyecto europeo tomando como base el mercado ¨²nico, la democracia y el Estado de derecho. Los n¨²meros, por ahora, dicen que no, que las fuerzas europe¨ªstas tendr¨¢n suficiente respaldo y se evitar¨¢ el cataclismo que provocar¨ªa en la UE una victoria de las opciones ultras. Pero hace poco m¨¢s de un mes tampoco esperaba casi nadie que el extremista Geert Wilders ganara los comicios en Pa¨ªses Bajos, como as¨ª sucedi¨®, y que sea ahora el candidato con m¨¢s opciones de dirigir un Gobierno que suele desempe?ar un papel clave en la Uni¨®n, como uno de los Estados fundadores del proyecto comunitario.
Las elecciones europeas son una cita propensa al voto de castigo al gobernante, a opciones radicales e, incluso, a candidaturas pintorescas (en 1989, el empresario condenado Jos¨¦ Mar¨ªa Ruiz Mateos fue elegido eurodiputado por la Agrupaci¨®n Ruiz-Mateos). La baja participaci¨®n, provocada por la escasa movilizaci¨®n de quienes suelen respaldar en otras citas a los partidos tradicionales, favorece esa tendencia. En la ¨²ltima cita europea, la participaci¨®n super¨® por muy poco el 50%. Fue, pese a todo, la de menor abstenci¨®n desde 1999. En las dos anteriores (2009 y 2014) el porcentaje de votantes que acudi¨® a las urnas incluso se qued¨® alrededor del 42%.
La alerta de que las opciones ultras pod¨ªan desestabilizar la legislatura europea ya son¨® en 2019. Los principales integrantes de la llamada gran coalici¨®n (populares y socialdem¨®cratas) perdieron la mayor¨ªa absoluta en la Euroc¨¢mara por primera vez desde que el Parlamento se elige por sufragio directo, pero la superaban con el apoyo de los liberales. Sumar m¨¢s de la mitad de los eurodiputados (444 de 751, el 60%), en cambio, no les libr¨® de sustos: el primero lleg¨® muy pronto, con la elecci¨®n de la democristiana Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisi¨®n Europea. La alemana logr¨® una mayor¨ªa absoluta raspada, 383 votos de 747 (faltaron cuatro parlamentarios). Hubo muchas deserciones en el bloque.
¡°Es probable que ID [uno de los dos grupos ultras del Parlamento Europeo] se convierta en la cuarta fuerza, por delante de Los Verdes, y que eso haga m¨¢s peque?a la coalici¨®n proeuropea y m¨¢s dif¨ªcil la aprobaci¨®n de legislaci¨®n medioambiental¡±, apunta Karel Lannoo, director general del CEPS, uno de los grandes institutos de an¨¢lisis de Bruselas.
¡°En 2019, los partidos de extrema derecha intentaron elaborar una narrativa com¨²n de soberanistas defensores de los valores tradicionales. En 2024, los mismos partidos parecen mejor preparados no solo para elaborar esta narrativa, sino tambi¨¦n para presentarla como una nueva derecha capaz de defender a los europeos de los numerosos desaf¨ªos que afrontan, tanto internos [inflaci¨®n, normas clim¨¢ticas] como externos [guerras, nuevos escenarios geopol¨ªticos]¡±, apunta Alberto Alemanno, profesor Jean Monnet de Derecho de la UE en la escuela de negocios HEC Par¨ªs.
Los estudios sociol¨®gicos apuntan en la misma direcci¨®n para las pr¨®ximas elecciones. Partiendo de la media de las encuestas nacionales, Europe Elects, una organizaci¨®n que se dedica a la recopilaci¨®n de datos electorales en el continente, estimaba en su ¨²ltima proyecci¨®n, divulgada el 30 de noviembre, que los tres partidos hist¨®ricos superar¨ªan la mayor¨ªa absoluta en una Euroc¨¢mara de 720 diputados con menos margen que hace cinco a?os. La reducci¨®n podr¨ªa llegar, en parte, por la rebaja del n¨²mero de esca?os, Reino Unido ya no est¨¢ en la UE. Pero tambi¨¦n llegar¨ªa por la crisis de estos partidos; los tres pierden posiciones. Y lo mismo suceder¨ªa con el otro partido de signo inequ¨ªvocamente europe¨ªsta, Los Verdes. La suma de los cuatro dar¨ªa una mayor¨ªa holgada, pero, de nuevo, menos de lo que lo es ahora. Adem¨¢s, est¨¢ por ver que el grupo ecologista sea compatible con los populares ¡ªtambi¨¦n con los liberales¡ª despu¨¦s de que en los dos bandos se hayan empezado a cuestionar algunas de las ¨²ltimas normas medioambientales de la Comisi¨®n Europea.
¡°Es razonable pensar que los grupos pol¨ªticos tradicionales reduzcan su tama?o. Gran parte de la pr¨®xima mayor¨ªa parlamentaria depender¨¢ del mayor partido pol¨ªtico de la UE: el Partido Popular Europeo [PPE]¡±, se?ala Alemanno. El director general de CEPS, Lannoo, da un paso m¨¢s en este an¨¢lisis: ¡°Est¨¢ claro que volveremos a tener una Comisi¨®n de derechas [desde 2005 el Ejecutivo de la Uni¨®n ha sido presidido por un miembro del PPE]¡±.
La proyecci¨®n electoral de Europe Elects soporta estas afirmaciones. Aunque en ella solo crecen con seguridad las dos formaciones m¨¢s a la derecha de la Euroc¨¢mara, el PPE podr¨ªa hacerlo si logra el n¨²mero de esca?os m¨¢s alto previsto en la banda ancha de la previsi¨®n. Esos dos grupos son Conservadores y Dem¨®cratas Europeos, en el que se enmarca el espa?ol Vox, los italianos de Hermanos de Italia (liderados por Giorgia Meloni) o los polacos del PiS, y el grupo Identidad y Democracia, que integran la alemana Alternativa por Alemania, los italianos de la Liga o los franceses de Reagrupamiento Nacional (liderados por Marine Le Pen). Hay, adem¨¢s, otro elemento que sit¨²a los ultras en una posici¨®n mucho mejor que en la cita anterior. Su poder entonces en las grandes capitales era nulo, aunque dirig¨ªan los gobiernos centrales de Polonia y Hungr¨ªa. Hoy se mantienen en Budapest ¡ªya no en Varsovia¡ª y gobiernan en Roma. Y si las conversaciones de gobierno prosperan, hacerlo en La Haya en los pr¨®ximos meses.
Esto lleva a Alemanno a vaticinar que habr¨¢ varios comisarios que representar¨¢n a gobiernos ultras ¡°que desafiar¨¢n sistem¨¢ticamente su deber de independencia respecto a su pa¨ªs de origen¡±. A ello a?ade que ¡°el Parlamento tambi¨¦n contar¨¢ con suficientes eurodiputados procedentes de partidos extremistas para ocupar puestos clave en presidencias de comisiones parlamentarias que tambi¨¦n retrasar¨¢n y paralizar¨¢n la actividad legislativa y el Consejo seguir¨¢ secuestrado por la voluntad de uno (Hungr¨ªa) o m¨¢s Estados miembros (Eslovaquia, Pa¨ªses Bajos) que vetar¨¢n sistem¨¢ticamente las iniciativas, retrasando as¨ª su actividad¡±, pronostica este profesor italiano.
No obstante, cabe alg¨²n matiz. Uno es que para tener ese empuje, los ultras han tenido que suavizar mucho su euroescepticismo. Le Pen dej¨® de lado su propuesta de sacar a Francia del euro. Meloni se ha convertido al pragmatismo desde que es primera ministra en Italia y ahora es muy cuidadosa con las batallas que da en Bruselas. Por el momento no ha llevado ninguna hasta el l¨ªmite; est¨¢ lejos, muy lejos, del primer ministro h¨²ngaro, el tambi¨¦n radical Viktor Orb¨¢n. Y hay un factor clave en la geopol¨ªtica actual que separa dr¨¢sticamente a las diferentes opciones extremistas: Rusia. Mientras Le Pen, Orb¨¢n o Salvini han cultivado las relaciones con el Kremlin, otros como los polacos de Kaczynski o la propia Meloni, pese a su distancia del proyecto europeo tradicional, han respaldado a Ucrania en la invasi¨®n rusa y le han enviado armas, para disgusto de Mosc¨².
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