Bananera manchada de sangre
La condena de un tribunal estadounidense a Chiquita Brands, la antigua United Fruits, por colaborar con los paramilitares colombianos es un hito en la lucha por los derechos humanos
La guerra que durante m¨¢s de medio siglo padecieron los colombianos no solo enfrent¨® a grupos insurgentes como las FARC, el Estado y organizaciones paramilitares. Los intereses econ¨®micos fueron a menudo parte de los engranajes del conflicto y hubo empresas c¨®mplices de esa l¨®gica. El funcionamiento de ese ecosistema perverso no representa en s¨ª una novedad, pero la justicia estadounidense ha tomado una decisi¨®n sin precedentes contra uno de esos actores, la multinacional bananera Chiquita Brands. Un juez de Florida conden¨® la semana pasada a la compa?¨ªa a indemnizar a ocho v¨ªctimas de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en dos regiones del pa¨ªs.
El fallo se?ala que la transnacional, una de las mayores del sector, financi¨® a los paramilitares entre 1997 y 2004 y que ese apoyo sirvi¨® para perpetrar homicidios, secuestros y otros cr¨ªmenes como desapariciones forzadas, torturas y extorsiones. Los montos de reparaci¨®n establecidos oscilan entre 1,8 y 2,5 millones de euros por v¨ªctima. Chiquita Brand ya hab¨ªa confesado en 2007 haber entregado fondos a las autodefensas y por ello tuvo que pagar una sanci¨®n de m¨¢s de 23 millones. Sin embargo, esa multa se impuso en el marco de la ley antiterrorista de Estados Unidos. El proceso que acaba de concluir sienta, en cambio, un precedente crucial, al tratarse de la primera vez que una empresa es declarada responsable en un tribunal estadounidense de complicidad en violaciones de los derechos humanos.
El juez y los 10 miembros del jurado escucharon testimonios de las v¨ªctimas, representadas por la ONG Earth Rights International, la versi¨®n de la compa?¨ªa y el relato de jefes paramilitares como Salvatore Mancuso, que regres¨® a Colombia en febrero tras pasar casi 15 a?os de condena por tr¨¢fico de drogas en EE UU. Los letrados de Chiquita Brands intentaron demostrar durante el proceso que los pagos no representaban ingresos significativos para la AUC frente al dinero procedente del narcotr¨¢fico. Tambi¨¦n se escudaron en el argumento de la extorsi¨®n. Esas excusas no evitaron la decisi¨®n del jurado, que seg¨²n los expertos abre ahora la puerta a que haya m¨¢s resoluciones en esa l¨ªnea entre las cientos de demandas similares presentadas ante la justicia estadounidense.
La reparaci¨®n de las v¨ªctimas es una premisa clave en todos los procesos de paz emprendidos en Colombia, y la responsabilidad civil atribuida a Chiquita Brands comienza a cerrar un terrible c¨ªrculo que se abri¨® cuando la multinacional, fundada a finales del XIX, a¨²n se llamaba United Fruit Company. La protesta de trabajadores de la empresa, reprimida por el Gobierno colombiano en 1928 y conocida como ¡°masacre de las bananeras¡±, fue evocada por Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez en Cien a?os de soledad, pero, sobre todo, fue uno de los episodios de terror que marc¨® la memoria colectiva latinoamericana durante d¨¦cadas de violencia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.