Otro verano sin paz

Termina otra primavera, la tercera ya, y nada han decidido las armas. Tras el fracaso inicial de Putin en la guerra rel¨¢mpago y la recuperaci¨®n por Ucrania de la mitad de los territorios perdidos, pocas cosas se han movido. Salvo unos m¨ªnimos avances rusos, gracias al desabastecimiento ucranio de armamento y munici¨®n, la l¨ªnea de fuego lleva estabilizada casi dos a?os.

Al final hay siempre una mesa donde se sientan los enemigos. Y solo puede ser de capitulaci¨®n o de negociaci¨®n, cuando una de las dos partes o ambas a la vez han agotado las fuerzas militares y morales para seguir. La de Ucrania no tiene pinta de que vaya a resolverse exclusivamente a fuego y sangre, sino en el escenario m¨¢s intrincado y vasto del mapamundi, donde Putin trenza alianzas antioccidentales, compra obuses y vende gas y petr¨®leo.

Si el tiempo parece suspendido en el barro de las trincheras, en los vastos espacios internacionales est¨¢ tasado por la cita del 5 de noviembre, cuando los ciudadanos de Estados Unidos decidir¨¢n si llevan a Donald Trump de nuevo a la Casa Blanca. Comprometido a terminar la guerra en 24 horas, es bien conocida su inquina hacia la OTAN y sus simpat¨ªas por los l¨ªderes autoritarios y sus aplastantes victorias electorales. Si se hace con la presidencia, Zelenski solo podr¨¢ confiar en los europeos para proseguir la guerra y evitar la capitulaci¨®n. Est¨¢ por ver que los 27 en solitario y una OTAN debilitada por una Casa Blanca trumpista hayan hecho todos los deberes entonces y basten para frenar a Putin.

No son los ¨²nicos comicios de valor estrat¨¦gico. Aunque Putin no ha sacado rendimiento directo de las elecciones europeas, la convocatoria a las urnas en Francia ha abierto otra ventana de oportunidad para el Kremlin. La ¨²nica potencia de la UE con arma nuclear y derecho de veto en el Consejo de Seguridad, tambi¨¦n la m¨¢s comprometida militarmente con Ucrania, se arriesga a contar a partir del 7 de julio con un Gobierno de afinidades putinistas. Sea cual sea el resultado, saldr¨¢ debilitado Emmanuel Macron, el m¨¢s marcial y solidario con Zelenski de los l¨ªderes europeos.

Todo lo que contribuya a la derrota de Biden sirve a la estrategia de Putin. De ah¨ª que la guerra de Ucrania est¨¦ engarzada con la de Gaza, como lo est¨¢n los intereses de Putin y Netanyahu. Una Casa Blanca trumpista no tendr¨¢ remilgos con los palestinos. Cuantas m¨¢s armas y munici¨®n reciba Israel, menos habr¨¢ para Ucrania. Si Putin est¨¢ aislado, m¨¢s lo est¨¢ Netanyahu. Y m¨¢s en evidencia la doble vara de medir de Washington, que facilita al llamado Sur Global su equidistancia respecto a Ucrania, su denuncia de Israel y su discreta pero rentable relaci¨®n con Rusia. Todo perfecto para Putin. Como a Netanyahu, la paz no le interesa y le conviene una guerra larga, que se extienda al L¨ªbano y m¨¢s all¨¢ del verano, al menos hasta las elecciones en Estados Unidos.