Netanyahu, como Putin
El fiscal del Tribunal Penal Internacional, el jurista brit¨¢nico Karim Khan tiene sobre la mesa las ¨®rdenes de detenci¨®n
Las ¨®rdenes de detenci¨®n est¨¢n sobre la mesa del fiscal del Tribunal Penal Internacional (TPI), el jurista brit¨¢nico Karim Khan. Son cr¨ªmenes de guerra los investigados por el tribunal creado por el Estatuto de Roma de 1998, al que 124 pa¨ªses est¨¢n adheridos. El sospechoso m¨¢s notable es Benjamin Netanyahu, pero no el ¨²nico. Por el lado israel¨ª est¨¢n tambi¨¦n su ministro de Defensa, Yoav Gallant, y el jefe militar, Herzi Halevi. Por el palestino, los dirigentes militares de Ham¨¢s.
Siendo numerosos los cr¨ªmenes, el fiscal tiene donde escoger para empezar. Como ha hecho con Putin, sometido tambi¨¦n a una orden de detenci¨®n internacional, se ha centrado all¨ª donde hay mayor urgencia. En el caso del presidente ruso, es el secuestro de ni?os ucranianos. En el del primer ministro israel¨ª, la estrategia de privaci¨®n de alimentos, agua y suministros sanitarios a Gaza. Las matanzas de civiles, los bombardeos indiscriminados y otras atrocidades quedar¨¢n para m¨¢s adelante.
El fiscal del TPI pretende presionar a Israel para que facilite la entrada de tanta ayuda humanitaria como se precise, ahora todav¨ªa muy restringida a pesar de la relajaci¨®n que sigui¨® a la matanza de los siete cooperantes de World Central Kitchen, la organizaci¨®n del chef Jos¨¦ Andr¨¦s. Tambi¨¦n los jueces del Tribunal Internacional de Justicia (TIJ), dependiente de Naciones Unidas, acaban de reconvenir por tercera vez a Israel para que garantice los suministros, en una resoluci¨®n que rechaza las acusaciones contra Alemania por complicidad con el delito de genocidio que Sud¨¢frica ha denunciado.
El TPI dicta sentencias contra individuos, pero el TIJ dirime diferencias entre estados socios de Naciones Unidas, en este caso sobre la Convenci¨®n sobre el Genocidio. Solo las primeras comportan c¨¢rcel, mientras que las segundas consisten en arbitrajes o medidas cautelares, como las impuestas ahora para aliviar el cerco sobre Gaza. Su cumplimiento queda en manos del Consejo de Seguridad, donde Estados Unidos tiene derecho de veto. Israel firm¨® la Convenci¨®n sobre Genocidio, pero no el Estatuto del TPI, cuyas ¨®rdenes no piensa cumplir y que su primer ministro ha tachado de ¡°cr¨ªmenes de odio antisemitas¡±.
Aunque no reconoce la jurisdicci¨®n del TPI, la Casa Blanca aplaudi¨® la orden de detenci¨®n contra Putin, pero se ha limitado a recordar su posici¨®n contraria a la justicia penal internacional en el caso de Netanyahu. Todos sus esfuerzos se concentran en la obtenci¨®n de una nueva tregua a cambio de la liberaci¨®n de otro grupo de rehenes. Tanto la ofensiva sobre Rafah como las ¨®rdenes de detenci¨®n har¨ªan descarrilar esta oportunidad para la paz en la que trabaja Estados Unidos. Con tregua o sin ella, no es seguro que Netanyahu pueda cumplir su prop¨®sito de atacar Rafah. Cuando el fiscal Khan firme la orden de detenci¨®n, en cambio, seguro que se le har¨¢ m¨¢s dif¨ªcil desplazarse por el mundo, exactamente igual que le sucede a Putin.
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