Francia se lanza a una campa?a electoral expr¨¦s con la extrema derecha en cabeza

La campa?a electoral m¨¢s r¨¢pida en d¨¦cadas y la que mayores cambios puede traer a Francia ha empezado este lunes con un favorito claro en los sondeos: el Reagrupamiento Nacional (RN), partido ultranacionalista y euroesc¨¦ptico liderado por Marine Le Pen. La izquierda, el centro y la derecha moderada tienen dos semanas para movilizar a sus votantes ante la posibilidad de un primer ministro y un Gobierno de extrema derecha.

Las legislativas del 30 de junio y el 7 de julio son el resultado de la decisi¨®n del presidente Emmanuel Macron de disolver la Asamblea Nacional tras perder con rotundidad ante el RN en las europeas del 9 de junio. Con su decisi¨®n, Macron dio unos pocos d¨ªas a los partidos para formar coaliciones, cerrar programas y designar candidatos. Quiz¨¢ esperaba caos en la oposici¨®n, pero el plazo termin¨® el domingo y las candidaturas est¨¢n cerradas y los partidos listos para actuar.

Los sondeos sobre la primera vuelta, los m¨¢s fiables a estas alturas, son un¨¢nimes: los lepenistas ser¨¢n los m¨¢s votados, con horquillas del 30% al 35%. La alianza de izquierdas bautizada como Nuevo Frente Popular, en alusi¨®n al bloque antifascista de los a?os treinta, se mueve entre el 25% y el 29%. Que la operaci¨®n de adelanto electoral puede haberle salido mal a Macron lo acreditan los sondeos, que colocan a su candidatura en tercera posici¨®n, con un margen de entre un 17% y un 20%.

Para la segunda vuelta, han circulado proyecciones que dan al RN ¨Dhoy primer partido de oposici¨®n, con 88 diputados¨D m¨¢s de 200 esca?os. Para alcanzar la mayor¨ªa absoluta se requieren 289, pero en todo caso, y seg¨²n estas proyecciones, ser¨ªan el primer grupo en la Asamblea Nacional. La inc¨®gnita, sobre la base de estas hip¨®tesis, es si los lepenistas podr¨ªan llegar a la mayor¨ªa absoluta, o cerca, y reclamar el derecho a formar un Gobierno en cohabitaci¨®n con el presidente Macron y Jordan Bardella, mano derecha de Le Pen, como primer ministro. O si habr¨ªa una mayor¨ªa alternativa: un frente republicano que impidiese llegar al poder al partido m¨¢s votado.

Pero hay leer con cautela las proyecciones en n¨²mero de esca?os, por la naturaleza misma de estas elecciones, que son en realidad 577 elecciones simult¨¢neas, y a dos vueltas, una en cada distrito electoral. Se clasifican para la segunda vuelta los dos candidatos m¨¢s votados en la primera y los que superen el 12,5% del total de votantes inscritos, incluidos los abstencionistas. Esto significa que, con una participaci¨®n alta, puede haber segundas vueltas triangulares en algunos distritos. Tras la primera vuelta, adem¨¢s, habr¨¢ alianzas entre partidos y candidatos ante el RN o en algunos casos ante la izquierda radical. Son demasiadas variables para anticipar el reparto final de esca?os.

El diputado macronista Patrick Vignal representa un distrito en Montpellier y sus alrededores donde el Reagrupamiento Nacional sac¨® en las europeas un 35% del voto. Lo tiene cuesta arriba y ve dif¨ªcil que su partido quede primero el d¨ªa 30, pero no pierde la esperanza.

¡°Pienso¡±, dice Vignal por tel¨¦fono, ¡°que llegaremos al d¨ªa del voto codo con codo con este frente popular que es un batiburrillo, una suma de gente que se detesta¡±. Alude este macronista y exsocialista a que el Nuevo Frente Popular congrega a una coalici¨®n heterog¨¦nea. Partidos y personas que van desde la extrema izquierda anticapitalista y partidaria de sacar a Francia de la OTAN, hasta el expresidente Fran?ois Hollande, un socialdem¨®crata cuya pol¨ªtica econ¨®mica e internacional no fue muy distinta de la de Macron. El actual presidente fue consejero suyo antes de traicionarlo y presentarse por libre a las presidenciales de 2017. Ahora Hollande es candidato a la Asamblea Nacional por su distrito de siempre en el departamento de Corr¨¨ze.

Las alianzas electorales como el Nuevo Frente Popular tienen una utilidad pr¨¢ctica. En vez de disgregar el voto entre los partidos que la integran (insumisos, ecologistas, comunistas y socialistas) y arriesgarse a no clasificar ninguno para la segunda vuelta, concentran el voto en un ¨²nico candidato. As¨ª garantizan el paso a la segunda vuelta y las opciones de pelear por el esca?o y evitar que se lo lleve la extrema derecha.

Otros, sin cerrar alianzas formales, han tomado decisiones similares que reflejan una mezcla de principios e inter¨¦s propio. Los macronistas, en posici¨®n de debilidad, no presentar¨¢n candidatos en 65 distritos donde creen tener pocas opciones y donde se presentan candidatos de la derecha moderada de Los Republicanos (LR) o socialistas que creen compatibles con sus ideas. Es la manera de reforzarlos ante los pujantes candidatos del RN. A cambio, hay distritos donde LR cede la plaza a los macronistas.

Para acabar de complicar la ecuaci¨®n, resulta que hoy en Francia hay dos marcas de LR. Una, liderada por ?ric Ciotti, quien legalmente es su presidente, aunque su bur¨® pol¨ªtico lo destituy¨® la semana pasada por sus pactos con Le Pen. Ciotti presenta 62 candidatos y apoyar¨¢ a los de Le Pen en el resto del pa¨ªs. La otra marca LR es la de los barones, los diputados y los senadores, que presentan 400 candidatos.

El mayor riesgo, el 30 de junio, es para LR y para Ensemble (Juntos), la lista que agrupa a los tres partidos macronistas: Renacimiento, Horizontes y MoDem. El diputado Vignal, como tantos en la mayor¨ªa saliente, no est¨¢ nada contento con Macron, porque al haber disuelto la Asamblea Nacional sin consultarles ni avisarles les env¨ªa a unas elecciones en las que tienen mucho que perder. En las filas del presidente, el malestar con el presidente es profundo.

¡°No fue elegante, lo decidi¨® ¨¦l solo¡±, dice el diputado de Montpellier, aunque hace de tripas coraz¨®n y afirma, en alusi¨®n a los bloqueos en el hemiciclo que complicaban seguir gobernando: ¡°En cierto modo, no era posible continuar as¨ª¡±. Lo que tiene claro, como otros, es que en sus carteles electorales no saldr¨¢ Macron, cuya impopularidad lo convierte en un problema para muchos candidatos: ¡°Necesitamos que [el primer ministro] Gabriel Attal haga campa?a, no el presidente... Aunque sea un poco injusto para el presidente¡±.

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