?xitos diplom¨¢ticos de Zelenski

A falta de victorias en los campos de batalla, el presidente Volod¨ªmir Zelenski est¨¢ culminando con ¨¦xito una amplia gira diplom¨¢tica dirigida a aislar a Rusia y asegurar el apoyo internacional y el suministro de armas a Ucrania, incluso en caso de una victoria de Trump en las elecciones presidenciales, para sentar las bases de la negociaci¨®n de una paz justa y duradera. En tres cumbres consecutivas esta pasada semana, la de Berl¨ªn para organizar la reconstrucci¨®n, la del G-7 en Bari bajo presidencia italiana y la celebrada en Suiza para promover las negociaciones de paz, Ucrania ha obtenido sustanciales resultados pol¨ªticos.

La Comisi¨®n Europea se ha comprometido en Berl¨ªn a promover para este mes de junio las conversaciones de adhe?si¨®n, justo antes de que empiece la presidencia semestral de Hungr¨ªa, el ¨²nico pa¨ªs que se opone. Los pa¨ªses del G-7 han habilitado un paquete de 50.000 millones de pr¨¦stamos a Ucrania, financiados con los intereses de los activos bancarios rusos congelados fuera de Rusia. El grupo ha lanzado tambi¨¦n una dura advertencia a China por su apoyo a Mosc¨², especialmente por el suministro de materiales y componentes de doble uso a la industria militar rusa.

Finalmente, la cumbre de Lucerna ha reunido este fin de semana a m¨¢s de un centenar de pa¨ªses para arropar el plan de Zelenski. Es un primer paso para unas futuras negociaciones entre Mosc¨² y Kiev que permite dibujar el mapa exacto de la correlaci¨®n internacional de fuerzas. Rusia declin¨® la invitaci¨®n. China, su principal apoyo material y diplom¨¢tico, tampoco quiso asistir. Otras potencias del llamado Sur Global, como India, Brasil, M¨¦xico, Arabia Saud¨ª o Emiratos no han firmado el comunicado final para no incomodar al Kremlin. La cumbre ha rechazado las amenazas de uso de armas nucleares y la ocupaci¨®n militar de la central nuclear de Zaporiyia. Tambi¨¦n ha se?alado el peligro de usar el comercio de cereales como arma de guerra, pide el intercambio de todos los prisioneros y la devoluci¨®n de los millares de ni?os ucranios secuestrados por Rusia y exige el respeto a la integridad territorial. Si algo ha limitado la iniciativa de paz suiza es la sombra de la doble vara de medir de Washington y sus aliados europeos seg¨²n se trate de Vlad¨ªmir Putin o de Benjam¨ªn Netanyahu.

Mosc¨² ha exhibido simult¨¢neamente su peculiar concepto de unas negociaciones de paz, por si todav¨ªa no han terminado de entenderlo quienes critican la ayuda militar a Ucrania y demandan exclusivamente v¨ªas diplom¨¢ticas. Para sentarse a dialogar, Putin exige como premisa lo que equivale a una rendici¨®n de Kiev: la renuncia a la incorporaci¨®n a la OTAN, que es su garant¨ªa futura de seguridad, y el reconocimiento de la soberan¨ªa rusa sobre cuatro provincias ilegalmente anexionadas y ahora solo parcialmente ocupadas. La exigencia ni siquiera corresponde a la situaci¨®n de ambas fuerzas sobre el campo de batalla, sino que es una cesi¨®n de territorio actualmente en manos de Kiev.

El mensaje a Putin es claro. Con matices en el compromiso de cada pa¨ªs, la comunidad internacional le est¨¢ diciendo que no permitir¨¢ que Ucrania sucumba por falta de ayuda militar y diplom¨¢tica. En la cumbre por el 75? aniversario de la OTAN en Washington en julio, Zelenski recibir¨¢ una nueva confirmaci¨®n de su candidatura de adhesi¨®n. Tras la ofensiva diplom¨¢tica ucrania y habiendo empezado a recibir la ayuda estadounidense congelada durante seis meses, Kiev necesita ahora que le acompa?en los hechos en el frente para contener la ofensiva rusa y estabilizar las l¨ªneas. Con esa premisa, se abre la posibilidad de una negociaci¨®n sin condiciones previas de un alto el fuego.