R¨¦quiem por Mallorca

Acciones de protesta por parte de ciudadanos mallorquines, medidas dr¨¢sticas impuestas por la autoridad para penalizar el consumo de bebidas alcoh¨®licas en la v¨ªa p¨²blica, im¨¢genes vergonzosas de turistas comport¨¢ndose de manera animalesca han inducido estos d¨ªas a un sector de la prensa alemana a pronunciarse sobre la cuesti¨®n. No en vano 4,6 de los 18 millones de visitantes que, seg¨²n leo, recibi¨® Mallorca el a?o pasado partieron de aeropuertos alemanes. La isla despierta en Alemania gran simpat¨ªa, lo cual no empece para que algunos zotes la confundan con una discoteca rodeada de mar y sin horario de cierre, donde les parece permitido lo que nunca har¨ªan en su pa¨ªs, cosa a la que por lo visto se creen autorizados en Mallorca por el hecho de pagar con su peculio la jarana. En favor de los medios de comunicaci¨®n alemanes debo decir que se nota el esfuerzo que hacen por mostrarse solidarios con las reclamaciones de los mallorquines, al tiempo que tratan de llegar a las ra¨ªces del problema, puesto que problema hay y bien gordo (no s¨®lo en Mallorca, por supuesto). Una opini¨®n extendida considera que se ha rebasado una l¨ªnea roja. Entiendo que no van descaminados quienes identifican el turismo de masas con una invasi¨®n, beneficiosa para los bolsillos de estos y aquellos, pero nociva para muchos lugare?os que sufren en primera persona la destrucci¨®n del paisaje, la escasez de agua, los precios prohibitivos de alquiler, el incremento del tr¨¢fico, el ruido, la suciedad, el desorden, las peleas¡­ Es dif¨ªcil hallar una soluci¨®n eficaz y duradera si muerdes la mano que te da de comer, y el turismo, como se sabe, trae a la isla dinero y trabajo. No obstante, ayudar¨ªa tener una clase pol¨ªtica imaginativa y competente (por so?ar que no quede), capaz de jugar esa baza imposible en la Espa?a actual: el consenso. Con multas de 1.000 euros a borrachos nada se arreglar¨¢ mientras persista el modelo de negocio.