Que el entusiasmo no nuble los n¨²meros
El resultado de las elecciones en Francia, m¨¢s que una victoria, es una pr¨®rroga: el descontento seguir¨¢ presente ma?ana
Cuando al filo de las ocho de la tarde se conocieron las proyecciones de las legislativas francesas, los seguidores del Nuevo Frente Popular en Par¨ªs, concentrados en la Plaza de Stalingrado, estallaron en una mezcla de alivio y alegr¨ªa: parece que la historia tambi¨¦n se reivindica en los detalles. Estas han sido unas elecciones diferentes, unas que han caminado al borde del precipicio. Despu¨¦s de la victoria de la extrema derecha en la primera vuelta, se lleg¨® a especular con que los de Marine Le Pen, esta vez, conquistaran el Hotel de Matignon.
Mientras, la noticia, la sorpresa, que el Nuevo Frente Popular se alzara con la primera posici¨®n, fue recibida en Espa?a compartiendo en redes sociales la ¨¦pica escena de Casablanca donde la banda del Caf¨¦ de Rick ahoga los himnos de los oficiales nazis tocando La Marsellesa. Se recurre a las tradiciones ante la falta de asideros del presente, casi como un sortilegio que act¨²e de cortafuegos contra la barbarie que se acerca arrogante. Si atendemos a la denominaci¨®n de la coalici¨®n de emergencia constituida por la izquierda, tambi¨¦n al ¡°no pasar¨¢n¡±, que estas semanas ha vuelto a resonar en sus m¨ªtines, ese eco ha funcionado.
Si el hilo rojo ha movilizado a la Francia progresista y la unidad a la ciudadan¨ªa republicana, lo que ha terminado de inclinar la balanza es que el centro y la izquierda retiraran a sus candidatos all¨¢ donde hubieran quedado terceros para permitir el voto ¨²til contra los ultras: en pol¨ªtica siempre es buena idea acompa?ar los sentimientos de las matem¨¢ticas. Por eso conviene que el entusiasmo por haber esquivado la bala no nuble los n¨²meros: en muchas de las 577 circunscripciones en las que se divide electoralmente el pa¨ªs vecino, la extrema derecha se ha quedado a un pu?ado de votos de obtener diputado.
Este resultado, m¨¢s que una victoria, es una pr¨®rroga: el descontento seguir¨¢ presente ma?ana. Primero contra un presidente de la Rep¨²blica, Emmanuel Macron, que ha forzado la m¨¢quina de las imposiciones m¨¢s de lo razonable. Despu¨¦s por una p¨¦rdida de poder adquisitivo que tiene mucho que ver con una ola inflacionaria y una crisis energ¨¦tica sobrevenida tras la guerra en Ucrania. Para acabar con una inseguridad creciente que act¨²a como combustible para el miedo. Nadie deber¨ªa dar por amortizados tantos factores de inestabilidad, si lo que se busca es restaurar la confianza en el ma?ana.
La UE ya carga sobre sus hombros a Orb¨¢n y Meloni. Si la extrema derecha se hubiera hecho con el Gobierno de Francia, antesala de la presidencia de la Rep¨²blica, ese peso podr¨ªa volverse insoportable. Europa respira y lo hace gracias a la izquierda, a quien tanto denost¨® la pasada d¨¦cada por oponerse al austericidio, nido donde se incubaron los peligros de nuestra cotidianeidad. El Nuevo Frente Popular no tendr¨¢ f¨¢cil conformar un Ejecutivo, uno donde convivan los de M¨¦lenchon y los renacidos socialistas, uno que tendr¨¢ que buscar alianzas con lo que venga despu¨¦s de Macron. O el giro social es notable o el voto a la contra ser¨¢ pasto del des¨¢nimo. Pero eso ser¨¢ el siguiente paso. Este domingo vivimos un d¨ªa 7 que anticipa el pr¨®ximo 14 Juillet, donde aquel viejo lema de Libertad, Igualdad y Fraternidad parece tomar un nuevo rumbo.
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