?En qu¨¦ fallamos como democracia?
Tenemos uno de los sistemas pol¨ªticos con mejor valoraci¨®n del mundo, pero es necesario perfeccionarlo
Cuando los padres fundadores de la democracia norteamericana comenzaron a reflexionar sobre el dise?o institucional de lo que ser¨ªan los Estados Unidos, hab¨ªa una idea que les preocupaba: c¨®mo evitar el abuso del poder. De ah¨ª nace la divisi¨®n de poderes, la libertad de prensa o el federalismo. El objetivo ¨²ltimo era que el poder estuviera suficientemente dividido, para que nadie pudiera excederse cuando lo ejerciera. Por ello, cuando uno de los poderes pretender limitar el ejercicio de los otros, debemos de reflexionar sobre el debate que se abre.
Todos los indicadores internacionales punt¨²an muy alto la calidad de la democracia espa?ola. De hecho, algunas mediciones como V-Dem revelan que, a?o a a?o, nuestra democracia es cada vez mejor. La revista The Economist tiene su propio ¨ªndice y situaba en 2023 a Espa?a dentro de las democracias plenas, un selecto grupo de 24 pa¨ªses, donde no encontramos a EE UU, Israel, Portugal o B¨¦lgica.
El estudio m¨¢s detallado que se hace en nuestro pa¨ªs lo realiza la Fundaci¨®n Alternativas. Desde el a?o 2007, eval¨²a a trav¨¦s de expertos diferentes dimensiones de nuestra democracia. Su primera edici¨®n se titul¨® La Estrategia de la Crispaci¨®n, algo que constata que la polarizaci¨®n empez¨® hace mucho tiempo. En su ¨²ltimo Informe sobre la Democracia en Espa?a, publicado el a?o pasado, los datos muestran que la calidad de nuestro sistema pol¨ªtico ha pasado por dos fases. Entre el a?o 2007 y 2015 observamos un descenso continuado. Y es a partir de 2015 cuando la evaluaci¨®n ha ido mejorando, hasta situarse en su ¨²ltima edici¨®n ligeramente por encima de los iniciales. En la actualidad, la nota media, en una escala de 0 a 10, es de 6,4, cuando en 2007 era de 6,2.
Los expertos ponen la debilidad de nuestro sistema pol¨ªtico en tres actores: el Gobierno, las formaciones pol¨ªticas y los medios de comunicaci¨®n. Dudan de su independencia y se?alan, por ejemplo, que ¡°los medios de comunicaci¨®n son irrespetuosos con las personas¡± o que ¡°el poder pol¨ªtico est¨¢ fuertemente influenciado por el poder econ¨®mico¡±. La corrupci¨®n tambi¨¦n aparece valorada de forma muy negativa. Las mayores fortalezas aparecen en la limpieza de los procesos electorales, la libertad de voto y todo el conjunto de derechos y libertades de los que gozamos.
Y en estos 16 a?os, ?qu¨¦ ha mejorado y qu¨¦ ha empeorado? En los estudios de la Fundaci¨®n Alternativas se observa que el mayor deterioro se ha producido en la protecci¨®n de la salud, la libertad de prensa, la independencia de los jueces y la estabilidad de los gobiernos. Las mejoras se centran en la participaci¨®n de la mujer, en la mayor responsabilidad de los gobiernos auton¨®micos y locales y en el mejor funcionamiento del Parlamento.
La pregunta que surge es: ?qu¨¦ piensa la ciudadan¨ªa? Es sorprendente que, desde el a?o 2019, el CIS no plantea en su bar¨®metro ninguna pregunta al respecto. Es por ello que voy a recurrir a la Encuesta Social Europea. Seg¨²n esta, los espa?oles muestran una gran satisfacci¨®n con el funcionamiento de las elecciones y de los medios de comunicaci¨®n. De hecho, les produce una valoraci¨®n muy positiva que los medios de comunicaci¨®n puedan criticar con libertad al gobierno. Las mayores cr¨ªticas de la opini¨®n p¨²blica se centran en la escasa reducci¨®n de las desigualdades y de la pobreza por parte del gobierno y la percepci¨®n de que la ciudadan¨ªa no es igual ante la ley en el caso de acudir a los tribunales.
La empresa Metroscopia tambi¨¦n ha preguntado durante a?os sobre algunos aspectos de nuestra democracia. Sus datos muestran que la mayor insatisfacci¨®n aparece respecto a los partidos pol¨ªticos. La gente considera que son poco representativos, que no son instrumentos ¨²tiles para la participaci¨®n pol¨ªtica y que sus miembros son unos privilegiados en t¨¦rminos de justicia.
Una vez conocemos lo que dicen los estudios internacionales, las valoraciones de los expertos y la percepci¨®n ciudadana, podemos afrontar el debate de regeneraci¨®n democr¨¢tica con mayor rigor. Partimos que, desde un punto de vista comparado, tenemos una de las democracias con mejor valoraci¨®n. Pero si queremos abordar reformas, deber¨ªamos concentrar nuestros esfuerzos en garantizar una mayor libertad de los medios de comunicaci¨®n, reforzar la independencia de los jueces y trabajar por una mayor estabilidad de los gobiernos. La ciudadan¨ªa tambi¨¦n espera que nuestra democracia sea m¨¢s efectiva en el combate de la desigualdad y de la pobreza. Y puestos a cambiar, las formaciones pol¨ªticas concentran muchas de las cr¨ªticas ciudadanas.
Acierta el presidente del Gobierno al poner el foco en los medios de comunicaci¨®n y en el poder judicial. Pero el problema no es solo que algunos medios de comunicaci¨®n sean poco respetuosos en sus cr¨ªticas. Tanto la ciudadan¨ªa como los expertos creen que debe reforzarse su independencia. Algo similar ocurre respecto al poder judicial, donde la opini¨®n mayoritaria es que no se percibe una igualdad de trato frente a la ley. Y junto a ello, tambi¨¦n debemos abordar una regeneraci¨®n de los partidos pol¨ªticos. Por ejemplo, cuesta entender que algunas personas se vean penalizadas por disentir de las opiniones mayoritarias, restando pluralidad a las organizaciones pol¨ªticas. Finalmente, ser¨¢ muy dif¨ªcil tener una democracia fuerte mientras no se reduzcan las desigualdades.
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