El debate | ?Compensa a una ciudad organizar los Juegos Ol¨ªmpicos?
En v¨ªsperas de la inauguraci¨®n de los JJ OO de Par¨ªs, los resultados han sido muy dispares entre las urbes que han sido sede de este evento
La organizaci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos sigue generando una competencia feroz entre las ciudades candidatas, pero despu¨¦s del el esfuerzo pol¨ªtico y econ¨®mico que conlleva conseguir alojar la cita deportiva, los resultados para las urbes organizadoras del evento no han sido siempre tan satisfactorios como hab¨ªan previsto.
Dos expertos, Olalla Cernuda, consultora especializada en candidaturas ol¨ªmpicas que particip¨® en la de Madrid 2020, y Ferran Brunet, profesor de Econom¨ªa Aplicada de la UAB, mant...
La organizaci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos sigue generando una competencia feroz entre las ciudades candidatas, pero despu¨¦s del el esfuerzo pol¨ªtico y econ¨®mico que conlleva conseguir alojar la cita deportiva, los resultados para las urbes organizadoras del evento no han sido siempre tan satisfactorios como hab¨ªan previsto.
Dos expertos, Olalla Cernuda, consultora especializada en candidaturas ol¨ªmpicas que particip¨® en la de Madrid 2020, y Ferran Brunet, profesor de Econom¨ªa Aplicada de la UAB, mantienen posiciones enfrentadas sobre la cuesti¨®n.
Doce a?os de paciencia pol¨ªtica y ciudadana
OLALLA CERNUDA
?Son los Juegos Ol¨ªmpicos la gallina de los huevos de oro para todas las ciudades que tocan? Pues, como dec¨ªa Jarabe de Palo, depende.
En la historia de las candidaturas a los Juegos Ol¨ªmpicos hay dos periodos clave: antes de Buenos Aires, 2013, y despu¨¦s de esa fecha. Esto es, antes o despu¨¦s de que el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI) diera el ¨²ltimo portazo a la candidatura de Madrid para ser sede de los Juegos de 2020. Ese d¨ªa en que el COI dijo que el modelo de Madrid ¡ªaustero, flexible, sostenible¡ª era ¡°el m¨¢s adecuado¡±. S¨ª, pero no, gracias. Solo unos meses despu¨¦s el COI implant¨® la Agenda 2020 para redefinir el modelo de ciudades candidatas. Un modelo ¡°como el de Madrid¡±, pero que en ciudades como Madrid es casi imposible que, a d¨ªa de hoy, funcione.
Las ciudades que acogen los Juegos bien entrado el siglo XXI tienen que entender c¨®mo compaginar las necesidades de un evento as¨ª con la situaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica y social de un pa¨ªs. Entender que no hacen falta enormes inversiones en nuevas instalaciones deportivas o en transformar toda una zona de la ciudad para los Juegos. La idea es adaptar lo que ya existe, y rentabilizar al m¨¢ximo posible las inversiones. El tan aclamado ¡°legado¡± que todos Juegos persiguen y que no es siempre f¨¢cil de alcanzar. Sobre el papel, parece sencillo y razonable. En el ¨¢mbito pol¨ªtico, dif¨ªcil de gestionar. Y para que una candidatura fructifique hace falta un apoyo pol¨ªtico incuestionable a todos los niveles de gobierno: local, regional y central. Durante mucho tiempo.
Hasta el a?o 2015, las ciudades sede se designaban siete a?os antes de que se celebraran los Juegos Ol¨ªmpicos. Un periodo de tiempo, sumado a los dos a?os aproximados de preparaci¨®n del proceso de candidatura, en el que un l¨ªder pol¨ªtico puede asumir que seguir¨¢ en el cargo, o en ciertas ¨¢reas de poder, para liderar el momento m¨¢gico de declarar los Juegos inaugurados. Ese fue el caso de Anne Hidalgo, alcaldesa de Par¨ªs, l¨ªder de la candidatura y que estar¨¢ en el palco presidencial este viernes cuando se inauguren los Juegos en su ciudad. Fue tambi¨¦n lo que ocurri¨® con Lula da Silva en los Juegos de R¨ªo, o con Yoshiro Mori en los JJ OO de Tokio 2020.
En la actualidad, el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional ya ha designado las ciudades sede para los Juegos de 2028 ¡ªLos ?ngeles¡ª y 2032 ¡ªBrisbane¡ª, y tiene ya avanzadas las negociaciones para los de 2036 y 2040. Las ciudades sede se eligen con al menos 12 a?os de antelaci¨®n, demasiado tiempo para un pol¨ªtico que tendr¨ªa que lidiar con el desgaste que supone la inversi¨®n financiera y la pelea pol¨ªtica necesaria antes de la celebraci¨®n de los Juegos, y que con toda probabilidad no va a estar en el cargo para ¡°colgarse las medallas¡± de ese esfuerzo. ?Qu¨¦ pol¨ªtico, qu¨¦ pa¨ªs quiere meterse ahora en un proyecto a tan largu¨ªsimo plazo? Es mucho m¨¢s f¨¢cil responder a esta pregunta de forma afirmativa en regiones donde los pol¨ªticos tienen apoyos fuertes y sus legislaturas son largas.
Es cierto que los Juegos Ol¨ªmpicos siguen poniendo a la ciudad sede ¡°en el mapa¡±. Las ciudades se engalanan para la ocasi¨®n, la inversi¨®n en deporte en el pa¨ªs anfitri¨®n se multiplica, los hoteles y la industria reciben una inyecci¨®n econ¨®mica important¨ªsima. Las infraestructuras ¡ª aeropuerto, transporte¡ª se acondicionan, se generan miles de puestos de trabajo.
Pero las ciudades candidatas necesitan adem¨¢s de un fuerte apoyo popular, que es dif¨ªcil mantener durante tanto tiempo hoy en d¨ªa, y los ciudadanos son tambi¨¦n plenamente conscientes de los inconvenientes de acoger unos Juegos. Durante un mes, los precios se multiplican, moverse por la ciudad es tarea casi imposible, el resto de la actividad empresarial o industrial casi se paraliza. Y disfrutar de los JJ OO como espectador no est¨¢ al alcance de casi ning¨²n bolsillo, aunque sean en tu propia ciudad. Encontrar idealistas convencidos que cuenten con el necesario apoyo pol¨ªtico, social y deportivo es cada vez m¨¢s dif¨ªcil, aunque como dicen en las pel¨ªculas, siempre nos quedar¨¢ Par¨ªs.
Merece much¨ªsimo la pena
FERRAN BRUNET
Balanceando todos los costes y los beneficios, la respuesta a si interesa organizar unos Juegos Ol¨ªmpicos es un s¨ª rotundo. Los Juegos Ol¨ªmpicos de Verano (JJ OO, as¨ª como los Juegos Paral¨ªmpicos que se celebran dos semanas despu¨¦s) son una oportunidad para una ciudad, para un pa¨ªs. Una gran oportunidad.
Los JJ OO son un megaevento, el acontecimiento no b¨¦lico que m¨¢s miradas atrae, en televisi¨®n y redes sociales. Las ceremonias de inauguraci¨®n y de clausura son el evento medi¨¢tico m¨¢s atractivo. Y durante dos semanas de retransmisi¨®n de pruebas deportivas en una treintena de especialidades, el nombre de la ciudad organizadora se ve, se lee y se pronuncia miles de millones de veces en todo el mundo. La excelencia, el esfuerzo, los desaf¨ªos encandilan. Atraen.
Para organizar unos JJ OO, la ciudad elegida dispone de varios a?os para poner a punto las instalaciones existentes, a?adir otras nuevas, construir la villa ol¨ªmpica, nuevas infraestructuras¡ Muchas ciudades y pa¨ªses pujan por organizar unos JJ OO debido a su potente impacto econ¨®mico y social, antes de los Juegos (varios a?os, 85% de los recursos), durante los Juegos (cuatro semanas, 15% de los recursos, con importante consumo de visitantes) y, sobre todo por el impacto esperado despu¨¦s (herencia o legado ol¨ªmpico, consistente en el rendimiento de las inversiones realizadas). Hay tres clases de recursos en unos JJ OO:
I. Organizaci¨®n y celebraci¨®n deportiva, que se autofinancia con los derechos de televisi¨®n y medios que el Comit¨¦ Internacional Ol¨ªmpico cede al comit¨¦ organizador local.
II. Inversi¨®n en instalaciones deportivas, en parte tambi¨¦n financiada por el comit¨¦ organizador.
III. Inversi¨®n en infraestructuras urbanas, transporte, telecomunicaci¨®n, viviendas, hoteles y oficinas, en su mayor parte desarrolladas y financiadas privadamente.
La organizaci¨®n y la inversi¨®n en instalaciones deportivas representan importes relativamente acotados. En cambio, la inversi¨®n que atrae los Juegos ser¨¢ m¨¢s o menos grande seg¨²n la idoneidad de la ciudad organizadora y la calidad de la gesti¨®n. Por consiguiente, la estrategia econ¨®mica de los JJ OO consiste en maximizar esas inversiones. ?Este es el gran juego de los JJ OO! Para ello se requiere que la organizaci¨®n se desarrolle sin traspi¨¦s, que la marca ciudad se vea potenciada y tenga capacidad de propiciar inversiones, lo que se sustenta en un proyecto de renovaci¨®n urbana ambicioso, coherente y abierto.
Fue el caso de Barcelona 1992, que inspir¨® el modelo ol¨ªmpico de los Juegos posteriores y que parte de que los recursos aplicados a unos Juegos en realidad no son gasto sino inversi¨®n. Tras los Juegos van a redundar en mayor actividad, mayor PIB, mayor renta per c¨¢pita y m¨¢s calidad de vida. Con ello tambi¨¦n se obtendr¨¢n mayores ingresos, que compensar¨¢n con creces los recursos que las administraciones aportaron al evento.
El inter¨¦s de unos Juegos y su impacto depende de las caracter¨ªsticas de la ciudad organizadora y de la gesti¨®n que hagan el comit¨¦ organizador y el ente que coordina las inversiones. Aunque en una ciudad ¡°acabada¡± (Londres 2012; Tokio 2020; Par¨ªs 2024; Los ?ngeles 2028) el impacto econ¨®mico potencial ser¨¢ menor que en una ciudad ¡°no acabada¡± (Barcelona 1992; Atenas 2004; R¨ªo de Janeiro 2016; Brisbane 2032).
Organizar unos Juegos es, ciertamente, una gran oportunidad y por ello tambi¨¦n es un riesgo: unos JJ OO pueden resultar muy mal (por ejemplo, si se produce un atentado) o peor de lo esperable (por su escaso impacto).
Finalmente, se?alemos que en el caso espa?ol unos Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno en Barcelona y el Pirineo tendr¨ªan mucho sentido y un impacto muy interesante, ya que muchas especialidades ol¨ªmpicas de invierno son indoor (instalaciones en ciudades) y ser¨ªa una ocasi¨®n para mejorar la conexi¨®n Barcelona¨CPirineo y beneficiar¨ªa a la Catalu?a interior. Los JJ OO de Invierno en Mil¨¢n-Cortina de 2026 nos dar¨¢n alguna pista sobre el inter¨¦s de esta nueva oportunidad.