?D¨®nde est¨¢n los liberales?
Los avances y beneficios econ¨®micos, productivos y sociales de la liberalizaci¨®n comercial hoy est¨¢n en juego. La innovaci¨®n se puede ralentizar por la falta de cooperaci¨®n tecnol¨®gica en temas cr¨ªticos como el cambio clim¨¢tico

Hubo un tiempo en el que los intelectuales y gobernantes cre¨ªan en unir al mundo usando la apertura y el comercio como arma para derribar puertas y convertir a los aut¨®cratas. Era un mundo optimista, idealista y colmado de posibilidades.
Uno de esos grandes hombres, arquitectos de la globalizaci¨®n, un iluminado y un so?ador, es Enrique Iglesias, quien presidi¨® la ronda del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) que dio lugar a la Organizaci¨®n Mundial de Comercio (OMC). Iglesias es un inmigrante asturiano que recibi¨® educaci¨®n p¨²blica y gratuita en Uruguay y lleg¨® a la cima, liderando la creaci¨®n de los mecanismos comerciales que abrieron las fronteras del mundo. Se podr¨ªa decir que Iglesias es tambi¨¦n el Alexander Hamilton uruguayo, ya que cre¨® el banco central y las principales instituciones financieras del pa¨ªs. Tambi¨¦n dirigi¨® la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina y el Caribe (Cepal), que hasta entonces estaba dominada por economistas como Ra¨²l Prebisch, con una visi¨®n proteccionista que Iglesias logr¨® matizar incorporando economistas monetaristas. M¨¢s tarde presidi¨® el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington D.C., por casi dos d¨¦cadas, transform¨¢ndolo en una instituci¨®n moderna de influencia hemisf¨¦rica, brindando apoyo al sector privado, incluyendo el microcr¨¦dito.
Conversando con Iglesias recientemente, habl¨® de su preocupaci¨®n por el devenir del mundo y el comercio mundial. Mirando el ocaso de ese periodo de apertura y crecimiento econ¨®mico, y preocupado por la fragmentaci¨®n comercial y el aislacionismo de Estados Unidos, Iglesias cree que lleg¨® el fin de una era brillante ¡ªquiz¨¢s la m¨¢s iluminada de la historia¡ª y que se vienen tiempos oscuros. Cuando se cre¨® la OMC, Estados Unidos ¡ªcomo guardi¨¢n del pensamiento econ¨®mico liberal¡ª se mantuvo para s¨ª la responsabilidad en el ¨®rgano de apelaci¨®n del sistema de soluci¨®n de controversias, pero la primera econom¨ªa del mundo lleva ya cinco a?os sin nombrar a los ¨¢rbitros, tornando a la organizaci¨®n de comercio inoperante y de paso asestando al multilaterialismo.
Respecto a la nueva pol¨ªtica comercial de Estados Unidos, el llamado friendshoring (o comercio con pa¨ªses amigos), Iglesias la considera una violaci¨®n de los ideales liberales. ¡°Este es un concepto completamente anticapitalista¡±, seg¨²n Iglesias. ¡°?Por qu¨¦ Estados Unidos tiene miedo a competir?¡±, se pregunta.
En estos d¨ªas, Estados Unidos est¨¢ liderando una pol¨ªtica industrial de grandes incentivos o subsidios, incluyendo el Inflation Reduction Act (IRA), que hacen muy dif¨ªcil a otros pa¨ªses competir. ¡°Ahora Estados Unidos tambi¨¦n quiere traer la manufactura, y no solo la sensible, toda la manufactura. No corresponde¡±, dice Enrique Iglesias. Estados Unidos puede hacer esto alimentado de d¨¦ficit fiscal porque precisamente tiene la habilitaci¨®n casi infinita que le permite el d¨®lar. Este fue otro de los grandes mecanismos que Estados Unidos mantuvo para s¨ª ¡ªel d¨®lar como patr¨®n del tipo del cambio mundial¡ª. Una concesi¨®n de Bretton Woods que hicieron Keynes y otros economistas poniendo confianza ciega en los ideales estadounidenses y en que las pr¨®ximas generaciones sabr¨ªan respetar la responsabilidad de gendarmes del comercio mundial que les fuera otorgada. Iglesias no es ajeno a la competencia comercial y tecnol¨®gica de Estados Unidos con China, pero considera que Estados Unidos como l¨ªder mundial se rebaja y que su actual pol¨ªtica comercial no est¨¢ a la altura de su historia e ideales.
Estas preguntas le hice a Iglesias, uno de los grandes l¨ªderes de la globalizaci¨®n a sus 94 a?os, como quien consulta a un or¨¢culo. Los actuales gobernantes no parecen tener la misma estatura o visi¨®n de anta?o. En estos tiempos inciertos surgen nuevas preguntas y ya no quedar¨¢ a quien preguntarle.
Me cuestiono sobre qu¨¦ pasar¨ªa si efectivamente China gana la puja tecnol¨®gica y pasa a tener en sus manos el poder total de la inteligencia artificial. Un arma tan poderosa como esta quiz¨¢s sea preferible que quede en manos estadounidenses, as¨ª sea en manos privadas. ?Se justifica destruir el sistema liberal mundial para asegurarnos los valores occidentales y que Estados Unidos contin¨²e siendo el l¨ªder? Los gigantes tecnol¨®gicos est¨¢n sujetos a regulaciones y deben dar explicaciones p¨²blicas en el Congreso de Estados Unidos. Ese pa¨ªs es una democracia imperfecta, es cierto, pero al menos tiene un sistema de contrapesos y controles.
Durante el periodo de globalizaci¨®n y de ¡°gran liberalizaci¨®n¡± en materia comercial, hubo grandes avances tecnol¨®gicos y millones de personas salieron de la pobreza. En China solamente, m¨¢s de 800 millones de personas lograron dar ese salto. Pero tambi¨¦n hubo quienes perdieron con la globalizaci¨®n. Se perdieron empleos en ciertas regiones de Estados Unidos que hoy son claves desde el punto de vista electoral, los famosos Estados pendulares (swing States). Hoy estos Estados son cortejados por ambos partidos, que compiten por qui¨¦n promete mayores aranceles y proteccionismo para devolverles el empleo que perdieron.
Los organismos multilaterales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) alertan que la desglobalizaci¨®n y la fragmentaci¨®n comercial le pueden costar al mundo 7% del PIB global. Los avances y beneficios econ¨®micos, productivos y sociales de la liberalizaci¨®n comercial hoy est¨¢n en juego. La innovaci¨®n se puede ralentizar por la falta de cooperaci¨®n tecnol¨®gica en temas cr¨ªticos como el cambio clim¨¢tico.
Visto en retrospectiva ¡ªo ¡°con el diario del lunes¡±¡ª: ?faltaron o fallaron apoyos a los perdedores de la globalizaci¨®n?, ?se debi¨® actuar de forma m¨¢s fehaciente para ayudar a los que quedaron rezagados?
El camino que ahora se toma es otro y no parece el m¨¢s id¨®neo ni que hayamos aprendido de la historia reciente. Estados Unidos se repliega, redobla el intervencionismo y el proteccionismo de forma similar a lo que sucedi¨® antes de la II Guerra Mundial, con consecuencias nefastas. ?Es que ya nadie cree que el liberalismo y la apertura sean la f¨®rmula? Es hora de que despierte la nueva generaci¨®n de liberales, inmigrantes, internacionalistas con talento diplom¨¢tico, descendientes intelectuales de Enrique Iglesias, para mejorar y defender el orden liberal internacional que tanta paz y prosperidad nos trajo.
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