Veo golpes de Estado
Tanto la derecha espa?ola como los independentistas creen ser v¨ªctimas de una continua insurrecci¨®n contra el orden constitucional
Espa?a debe de ser uno de los pa¨ªses donde se dan m¨¢s golpes de Estado. Durante el proceso de tramitaci¨®n de la ley de amnist¨ªa se organizaron manifestaciones acusando al presidente del Gobierno de estar dando uno para mantenerse en el poder. Un grupo de veteranos de las Fuerzas Armadas fue innovador y en un manifiesto sugiri¨® que hab¨ªa llegado el momento de dar un golpe. ¡°Ninguna tolerancia frente al golpe de Estado¡±, afirm¨® el ponderado presidente de Vox (no se refer¨ªa al de los militares). Tampoco le pareci¨® mal al l¨ªder de la oposici¨®n usar esa ret¨®rica alarmadora: la democracia espa?ola habr¨ªa sufrido el golpe de 1981, el continuado de ETA, el de 2017 independentista y el ¨²ltimo en virtud del acuerdo de Pedro S¨¢nchez con los soberanistas catalanes porque supon¨ªa un desaf¨ªo a los valores de la Constituci¨®n. La presidenta de la Comunidad de Madrid, que en su d¨ªa ya acus¨® a S¨¢nchez de preparar un golpe para acabar con la Monarqu¨ªa e instaurar una rep¨²blica, nos resitu¨® en este estado de excepci¨®n constitucional permanente al decir en la tribuna del Senado que la amnist¨ªa, s¨ª, era un golpe a la democracia.
Pero hay m¨¢s gente que est¨¢ viendo golpes. Este s¨¢bado en Am¨¦lie Les Bains, por ejemplo, la peque?a localidad del sur de Francia cercana a la frontera con Catalu?a. El secretario general de Junts, en un acto del partido, lo argument¨® al establecer una sugestiva continuidad hist¨®rica. Hoy los Tejero, Armada y Milans del Bosch, afirm¨®, ya no llevan tricornio sino toga. Es ¡°la c¨²pula judicial¡± que act¨²a como ¡°una banda organizada¡± y est¨¢ integrada por los jueces Llarena, Marchena, Garc¨ªa Castell¨®n y Aguirre. ?El objetivo de su rebeld¨ªa al tratar de evitar la aplicaci¨®n de la ley de amnist¨ªa? ¡°Garantizar que todo seguir¨¢ como siempre y nadie tocar¨¢ su cortijo particular de aquella Espa?a que so?aba el dictador¡±. Por si nos lee alg¨²n columnista objetivo, aclaremos que el dictador al que se refer¨ªa no era el caudillo S¨¢nchez, sino el exhumado Francisco Franco. Y Carles Puigdemont, en el acto del s¨¢bado, subray¨® que ¡°solo un golpe de Estado podr¨¢ impedir¡± que est¨¦ presente en el Parlament de Catalunya en la probable sesi¨®n de investidura de Salvador Illa, al que se vincul¨® a esa banda. Su detenci¨®n, si se produce, ser¨ªa un golpe m¨¢s.
Claro que ahora, de repente y sin previo aviso, el Tribunal Supremo tambi¨¦n ha empezado a ver golpistas. Hemos sido informados del cambio de criterio durante esta semana. Aunque los l¨ªderes del proc¨¦s a los que se juzg¨® en la Sala de lo Penal hab¨ªan sido acusados de rebeli¨®n, usando una peregrina descripci¨®n de insurrecci¨®n con violencia, el tribunal presidido por Marchena ¡ªel m¨¢s inteligente de los l¨ªderes de la oposici¨®n¡ª sentenci¨® que lo ocurrido en 2017 no pasaba de ¡°se?uelo¡±. Finalmente, para decepci¨®n de muchos, los conden¨® por sedici¨®n, delito que ya no existe en el C¨®digo Penal. Pero desde esta semana, desde la presentaci¨®n de una cuesti¨®n de inconstitucionalidad contra la ley de amnist¨ªa, sabemos que la sala que ¨¦l preside cataloga a esos l¨ªderes, y a los que no pudo juzgar pero le toca amnistiar, como ¡°m¨¢ximos responsables del golpe de Estado¡±. De un ensue?o a un golpe hay alg¨²n matiz. Al ponente Leopoldo Puente la definici¨®n debe pacerle relevante. En la nota distribuida, con variantes, se repite en 15 ocasiones.
A lo mejor el problema es m¨ªo al pensar que vivimos en una democracia europea que, con problemas, va tirando mejor que peor. Pero debe ser la miop¨ªa. Porque el peligro de una crisis del Estado nos acecha y la tentaci¨®n golpista se repite porque el mal siempre est¨¢ presente entre nosotros. ?No lo ven?
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